Clinton comparece 11 horas en el Congreso sobre el ataque en Bengasi
La ex secretaria de Estado responde por el atentado en Libia en 2012
La ex secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, compareci¨® este jueves durante 11 horas en una audiencia en el Congreso sobre el atentado contra el consulado de Estados Unidos en Bengasi (Libia) en 2012. En una sesi¨®n maratoniana, en que se mostr¨® segura y tranquila, la candidata a la presidencia por el Partido Dem¨®crata respondi¨® tambi¨¦n por el caso de los correos electr¨®nicos durante su etapa al frente de la diplomacia estadounidense y que ha marcado el inicio de su campa?a.
A pesar de que las audiencias para investigar el atentado en Bengasi, que cost¨® la vida a cuatro estadounidenses -entre ellos el entonces embajador en Tr¨ªpoli, Christopher Stevens- forman parte de los procesos de investigaci¨®n del Congreso, la cita de Clinton ofrec¨ªa una oportunidad ¨²nica al Partido Republicano para influir en una campa?a electoral en la que la dem¨®crata parte como favorita por delante de todos sus rivales.
Los riesgos del viaje
En su comparecencia en la C¨¢mara de Representantes, Clinton defendi¨® su papel como secretaria de Estado durante el atentado y el viaje a Bengasi del entonces embajador. ¡°Am¨¦rica tiene que liderar en un mundo peligroso y nuestros diplom¨¢ticos tienen que seguir represent¨¢ndonos en lugares peligrosos¡±, dijo. ¡°Cuando Am¨¦rica est¨¢ ausente especialmente de lugares inestables, hay consecuencias¡±.
Ante las preguntas punzantes de los legisladores republicanos, Clinton admiti¨® que el viaje a Bengasi era una ¡°tarea arriesgada¡±. Pero subray¨® que entonces consider¨® "vital" para los "intereses de seguridad" de EE UU el viaje para conocer la situaci¨®n sobre el terreno y destac¨® que el embajador fallecido lo hizo voluntariamente y estaba dispuesto a asumir riesgos.
Clinton destac¨® que Stevens ¡°nunca recomend¨®¡± cerrar el consulado en Bengasi, que estaba en una instalaci¨®n temporal, como tampoco ten¨ªa previsto la CIA cerrar sus instalaciones en esa ciudad, en la que nacieron las revueltas de 2011 contra el r¨¦gimen de Muamar el Gadafi. Y dijo que el embajador?¡°entendi¨® decididamente los riesgos¡± de su viaje a Bengasi que le acab¨® costando su vida.
Como ya hab¨ªa dicho en el pasado, la exsenadora dem¨®crata destac¨® las "lecciones" de seguridad aprendidas tras ese atentado, pero sostuvo que, en general, la preparaci¨®n fue la adecuada. Y record¨® que, como principio, los embajadores no tienen que pedir permiso para viajar dentro del pa¨ªs en el que est¨¢n destinados.
Una investigaci¨®n independiente determin¨® en 2012 que el Departamento de Estado estableci¨® un dispositivo de seguridad ¡°sumamente¡± insuficiente en Bengasi pese a las solicitudes de Stevens y otros diplom¨¢ticos de reforzar la protecci¨®n.
El atentado
Con la voz entrecortada, Clinton repas¨® el asalto al consulado el 11 de septiembre de 2012, en el und¨¦cimo aniversario de los atentados del 11-S. ¡°Est¨¢bamos desesperados¡±, reconoci¨® la exdiplom¨¢tica, respecto a las dificultades de conocer desde el Departamento de Estado, en Washington, la situaci¨®n sobre el terreno en Bengasi tras el ataque.
¡°Esto era la niebla de la guerra¡±, enfatiz¨® Clinton. Explic¨® que un grupo de libios traslad¨® al embajador a un hospital, donde m¨¦dicos locales trataron durante dos horas de resucitarlo. Y subray¨® que los agentes estadounidenses respondieron al ataque con ¡°hero¨ªsmo y profesionalismo¡±.
La situaci¨®n en Libia
Clinton tambi¨¦n rehuy¨® las cr¨ªticas de que no estaba al corriente de la situaci¨®n en Libia. ¡°Sab¨ªa lo que estaba pasando¡±, subray¨®. Y preguntada por sus correos electr¨®nicos sobre Bengasi, esgrimi¨® que la ¡°mayor¨ªa¡± de su trabajo no lo desarrollaba por correo electr¨®nico sino en encuentros en persona o llamadas por l¨ªneas telef¨®nicas seguras.
Ante las cr¨ªticas republicanas sobre la respuesta titubeante del Gobierno tras el atentado, Clinton replic¨®: ¡°Hicimos lo mejor que pudimos con la informaci¨®n que ten¨ªamos en ese momento¡±.
La ex secretaria evit¨® entrar en la batalla pol¨ªtica. ¡°Pese a todas las investigaciones previas y toda la charla sobre las agendas partidistas, estoy aqu¨ª para honrar a aquellos que perdimos y hacer lo que pueda para ayudar a aquellos que a¨²n nos sirven¡±, dijo al inicio de su comparecencia, alrededor de las 10 de la ma?ana en Washington.
Cr¨ªticas republicanas
El Comit¨¦ sobre Bengasi de la C¨¢mara de Representantes est¨¢ liderado por una mayor¨ªa de legisladores republicanos. Los dem¨®cratas han protestado en los ¨²ltimos d¨ªas por lo que consideran una manipulaci¨®n, acusando a los republicanos de utilizar el comit¨¦ para perjudicar electoralmente a Clinton, no para esclarecer lo que ocurri¨® en 2012.
El presidente del comit¨¦, el congresista republicano Trey Gowdy, que en el pasado fue fiscal federal, neg¨® que la comparecencia fuera sobre Clinton, pero sus preguntas se focalizaron en el papel de la entonces secretaria de Estado.
El republicano Peter Roskam sostuvo que Clinton -que apoy¨® los bombardeos de 2011 contra las fuerzas de Gadafi- fue la principal arquitecta de la pol¨ªtica estadounidense en Libia. ¡°Hoy las cosas en Libia son un desastre¡±, le espet¨®. Clinton se defendi¨®, esgrimiendo que las decisiones finales sobre Libia las tom¨® el presidente Barack Obama.
Apoyo dem¨®crata
Varios legisladores dem¨®cratas apoyaron a Clinton y acusaron a los republicanos de tratar de da?ar electoralmente a la candidata dem¨®crata. Uno de los m¨¢s elocuentes fue el representante Adam Schiff. Dijo que los republicanos est¨¢n en una ¡°posici¨®n muy dif¨ªcil¡± y que, despu¨¦s de 17 meses de comisi¨®n sobre Bengasi que ha supuesto un gasto de 14 millones de d¨®lares, ¡°necesitan algo que mostrar¡±.
La pol¨¦mica por el ataque
El Departamento de Estado, con Clinton al frente, y la Administraci¨®n Obama recibieron importantes cr¨ªticas sobre el atentado por tres razones: los republicanos aseguran que la Casa Blanca tard¨® en calificar el incidente de atentado terrorista, que Clinton no hizo lo suficiente para reforzar la seguridad del consulado, y que Clinton fue una de las principales defensoras de la operaci¨®n militar que derrib¨® a Gadafi y que deriv¨® en un importante deterioro en la seguridad en todo el pa¨ªs.
Como ya hizo en el pasado, la exjefa de la diplomacia de la primera potencia asumi¨® este jueves su papel en la crisis de Bengasi. "Fui responsable de mandar a Chris Stephens a Bengasi", dijo Clinton. "Fui responsable en la pol¨ªtica de antes y despu¨¦s del fin del r¨¦gimen de Gadafi".
Pero la ex secretaria de Estado marc¨® excepciones. "No fui responsable de solicitudes espec¨ªficas de seguridad", dijo respecto a las peticiones de diplom¨¢ticos estadounidenses en Libia de reforzar la protecci¨®n.
El caso de los correos
La candidata presidencial tambi¨¦n afront¨® una vez m¨¢s preguntas sobre por qu¨¦ utiliz¨® una cuenta de correo electr¨®nico personal durante su etapa en el Departamento de Estado. El esc¨¢ndalo, que destap¨® precisamente ese Comit¨¦ sobre Bengasi, oblig¨® a Clinton a arrancar su campa?a electoral a la defensiva y que ha marcado algunas de sus intervenciones p¨²blicas. Clinton ha reconocido que fue un error el uso de esa cuenta, que adem¨¢s estaba alojada en un servidor en su propia vivienda, y ha entregado la mayor¨ªa de los correos a las autoridades para su investigaci¨®n.
La pol¨¦mica se nutre tambi¨¦n del hecho de que la ex secretaria de Estado borrase parte de los archivos del servidor por contener informaci¨®n personal. Hasta el momento, ni el Departamento de Estado ni las autoridades federales han detectado que pusiera en peligro la seguridad nacional al manejar informaci¨®n clasificada ni que incurriera en delito alguno.
Los equilibrios del Comit¨¦
La mayor¨ªa republicana que domina el Comit¨¦ para Bengasi de la C¨¢mara de Representantes lidera una investigaci¨®n desde hace m¨¢s de dos a?os del atentado en Bengasi y la responsabilidad de Clinton, como jefa de la diplomacia, en relaci¨®n con la protecci¨®n de la delegaci¨®n estadounidense en Libia. Los legisladores dem¨®cratas les han acusado de centrarse ahora en el esc¨¢ndalo de los correos ante la falta de m¨¢s detalles relacionados con Bengasi y la oportunidad de perjudicar a la candidata del Partido Dem¨®crata.
Los republicanos del Comit¨¦ necesitaban hacer un dif¨ªcil equilibrio de cumplir con las obligaciones de la investigaci¨®n sin que su interrogatorio pareciera un uso partidista para perjudicar a la candidata.
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