?De qu¨¦ ¡°raza¡± es su empleada dom¨¦stica?
Por favor, que eliminen cuanto antes esa pregunta en los formularios para contratar a las empleadas del hogar
Los que contratan a una empleada o empleado dom¨¦stico, necesitan ahora, aqu¨ª en Brasil, rellenar un cuestionario que pide los datos tanto del patr¨®n como de la empleada, con una diferencia que ya est¨¢ indignando a sociedad, como puede observarse en las redes sociales.
Mientras entre los datos de la empleada o empleado figura una pregunta sobre su "raza", eso no se exige a quien la emplea. Ello, adem¨¢s de sorprender, deber¨ªa avergonzarnos. Se supone, en efecto, que los patronos pertenecen a la categor¨ªa de los privilegiados, que ser¨ªan la raza noble, mientras que las empleadas pueden pertenecer a otra "raza", que se supone inferior, por ejemplo, si es negra o ind¨ªgena.
En el programa de las 18.00 de Globo News, Eliane Neubarth, pregunt¨® a un experto el por qu¨¦ de aquella pregunta sobre la raza de los empleados dom¨¦sticos. Y lo hizo con una no disimulada cara de disgusto. La respuesta del experto fue que, seguramente, era por una motivaci¨®n estad¨ªstica.
Una vez m¨¢s, quedaba claro que los que prepararon el formulario, supon¨ªan que alguien de otra raza que no fuera la de los privilegiados, no pod¨ªa ser patr¨®n. ?C¨®mo puede, por ejemplo, una familia negra contratar a una empleada blanca? La "raza" de los patronos se supone, la de la empleada es preciso declararla.
El problema que plantea la pregunta disparatada del formulario es m¨¢s grave de lo que podr¨ªa parecer, y el gobierno deber¨ªa eliminarlo lo antes posible, para no ofender a la sociedad que respeta a todas las personas por igual.
En el mundo se multiplican peligrosamente los movimientos que vuelven a desenterrar conceptos nazis
Hoy, en cualquier sociedad desarrollada que respete los derechos civiles, ya ha sido eliminado el concepto de "raza" referido a los humanos. Existe, en efecto, una sola raza, con diferencias que en modo alguno pueden discriminar a las personas.
El mundo ya vivi¨® la iniquidad del nazismo que decidi¨® un d¨ªa acabar con la "raza jud¨ªa", a quienes tambi¨¦n se les obligaba a identificarse como tales en los formularios policiales, y extermin¨® a seis millones de personas.
Aquel Holocausto, que se convirti¨® en emblema de todos los dem¨¢s holocaustos perpetrados en la historia, sigue hoy estrecha y peligrosamente ligado al concepto de que existan razas mejores o peores, superiores o inferiores, dentro de la Humanidad.
Los fundamentalistas del Estado Isl¨¢mico han anunciado su deseo de acabar de nuevo "con la raza jud¨ªa".
En el mundo se multiplican peligrosamente los movimientos que, retrocediendo en la historia, vuelven a desenterrar conceptos nazis, que vuelven a dividir y discriminar a las personas por sus ideas, credos y hasta gustos personales.
El diab¨®lico deseo de Hitler de exterminar a las razas que no fueran "puras", es hoy rechazado m¨¢s que nadie por la sociedad alemana en cuyo seno hab¨ªa nacido aquella aberraci¨®n.
Brasil se precia de ser un pa¨ªs democr¨¢tico, moderno, que respeta los derechos humanos, admirado muchas veces por su sensibilidad y respeto con otras creencias y costumbres que, en su gran mayor¨ªa, conviven en ¨¦l pac¨ªficamente.
Quienes tuvieron la idea pedir que se?ale a qu¨¦ raza pertenece la posible empleada de su hogar, que, por favor, eliminen cuanto antes esa pregunta que hiere o deber¨ªa herir a todos.
?O es que los aldabonazos de la esclavitud a¨²n no han dejado de resonar en nuestras casas y nuestras conciencias?
No me pregunten, por favor, de qu¨¦ "raza" son nuestros empleados, Vanda y Samuel. Yo soy de la suya y ellos de la mia. Somos, simplemente, humanos. ?Les parece poco?
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