Erdogan azuza la tensi¨®n para buscar la mayor¨ªa absoluta de los islamistas
La oposici¨®n ve la mano del presidente turco tras la ola de violencia y la inestabilidad de los ¨²ltimos meses
Hay pol¨ªticos que concurren a las elecciones sin necesidad de presentarse. Es el caso del islamista Recep Tayyip Erdogan, quien durante 11 a?os dirigi¨® Turqu¨ªa como primer ministro y ahora lo hace como presidente de la Rep¨²blica y que se juega su futuro en las elecciones legislativas del domingo. Lo saben incluso sus propios votantes. ¡°El primer ministro, Ahmet Davutoglu, no puede ir siquiera al ba?o sin pedir permiso al presidente¡±, bromea Mehmet, un joven seguidor. ¡°Nosotros votamos por Erdogan¡±.
Por eso, cuando se dirige a su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista) ¡ªal que ya no pertenece pues su cargo le exige ¡°neutralidad¡±, pero del que sigue siendo el l¨ªder entre bambalinas¡ª, le pide: ¡°Dadme 400 diputados¡±. Su objetivo, nada disimulado, es que el AKP obtenga una mayor¨ªa suficiente para cambiar la Constituci¨®n y convertir el actual r¨¦gimen parlamentario en un sistema presidencialista dirigido por ¨¦l mismo. Pero es una petici¨®n descabellada en un hemiciclo de 550 esca?os y con una previsi¨®n de que al menos cuatro formaciones pol¨ªticas obtengan representaci¨®n.
Pero seg¨²n el ¨²ltimo estudio de Pew, el 56% de los turcos prefieren un Gobierno democr¨¢tico frente a un 36% que opta por un ¡°l¨ªder fuerte¡±. La imagen de Erdogan tambi¨¦n se ha deteriorado: el 51% de los turcos tiene una visi¨®n negativa del presidente, cuando hace s¨®lo dos a?os el 62% de la poblaci¨®n ten¨ªa buena opini¨®n de ¨¦l.
Para el AKP, el hecho de que su fundador obtuviese el 52% de los votos en las presidenciales de 2014 lo capacita para actuar con el respaldo de la mayor¨ªa. Los analistas le achacan haber sustituido el pluralismo democr¨¢tico por la hegemon¨ªa. Can D¨¹ndar, director del diario Cumhuriyet, ejemplifica este cambio de paradigma con la reciente llamada de un delegado del Gobierno a la polic¨ªa, inst¨¢ndole a detener a un periodista que hab¨ªa criticado a Erdogan en Twitter. ¡°Le dijo que si la justicia le pon¨ªa obst¨¢culos para entrar en casa del periodista, no le hiciese caso. ¡®Somos un partido con el 52% de apoyo y, si hace falta, cambiaremos las leyes¡¯, le dijo, en una muestra de c¨®mo Turqu¨ªa se est¨¢ deslizando hacia el totalitarismo¡±, cuenta D¨¹ndar.
Por eso las elecciones legislativas del pasado 7 de junio fueron un duro golpe para Erdogan. El AKP no logr¨® la mayor¨ªa absoluta por vez primera tras 13 a?os de Gobierno, y el presidente turco presion¨® para que Davutoglu no pactase una coalici¨®n; se neg¨® a otorgar el mandato de formar Ejecutivo a la oposici¨®n y forz¨® la vuelta a las urnas. Erdogan sabe que si el AKP se ve obligado a compartir el Gobierno puede dar por perdidos sus sue?os presidencialistas.
De aqu¨ª que la oposici¨®n vea la mano de Erdogan detr¨¢s de la espiral de violencia ¡ªatentados yihadistas y retorno de la guerra a la regi¨®n kurda¡ª en la que se ha visto sumido el pa¨ªs en los ¨²ltimos cinco meses. ¡°Es un intento de Erdogan por mantenerse en el poder¡±, denuncia Naci Sapan, candidato del socialdem¨®crata Partido Republicano del Pueblo (CHP) .
Los dirigentes del AKP han reiterado que la violencia es el resultado directo de que su partido no pudiese formar Ejecutivo en solitario. Seg¨²n los nacionalistas kurdos, el objetivo de esta estrategia del miedo es que su Partido de la Democracia de los Pueblos (HDP) quede por debajo del 10% de los votos nacionales, umbral necesario para obtener representaci¨®n parlamentaria, lo que facilitar¨ªa al AKP conseguir la mayor¨ªa absoluta.
Pero la polarizaci¨®n generada por el pol¨¦mico mandatario turco puede volverse en su contra: las encuestas apuntan a que el domingo los turcos emitir¨¢n unos resultados muy similares a los de junio. Si se repite el escenario, ?qu¨¦ har¨¢ esta vez Erdogan?
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