Catarina Martins, la actriz que dio un vuelco a la pol¨ªtica en Portugal
La dirigente del Bloco de Esquerda ha forjado el pacto con socialistas y comunistas para gobernar el pa¨ªs por primera vez en 40 a?os
Ella acaba por hacer siempre lo que quiere¡±. La frase es de su padre, Ars¨¦lio Martins, y ¡°ella¡± es su hija Catarina, la mujer que ha cambiado el panorama pol¨ªtico de Portugal. ¡°Ella¡± ha acabado con el statu quo pol¨ªtico de Portugal.
Catarina Martins (Oporto, 1973) es la l¨ªder del Bloco de Esquerda (BE), un partido de extrema izquierda para algunos, a la izquierda del Partido Socialista en cualquier caso, que en las pasadas elecciones de Portugal obtuvo 19 esca?os y el 10,2% de los votos; pocos, pero definitivos. Los suyos, m¨¢s los del PC, m¨¢s los de los socialistas configuran una mayor¨ªa absoluta que no entraba en los c¨¢lculos de ning¨²n analista pol¨ªtico. Los comunistas, de siempre se negaban a pactar con los socialistas cualquier acuerdo de gobierno y as¨ª en estos 40 a?os de democracia portuguesa se han ido alternando en el Gobierno los centristas del PSD, los derechistas del CDS y los socialistas del PS, solos o acompa?ados en sus m¨¢s diversas combinaciones. Catarina Martins ha acabado con ese inmovilismo en donde toda la clase pol¨ªtica ¡ªel PC tambi¨¦n¡ª y econ¨®mica viv¨ªa confortablemente.
Ella es metro y medio de energ¨ªa positiva; una bomba compuesta de persistencia y pragmatismo; baste como prueba que en 2010 se sac¨® el carn¨¦ del partido y dos a?os despu¨¦s era la jefa. Y del nido de grillos que hered¨®, pues, pese al nombre, el Bloco era de todo menos un bloque, hizo un partido de un sola voz, la suya, y un solo fin, gobernar.
Es metro y medio de energ¨ªa positiva; una bomba compuesta de persistencia y pragmatismo; baste como prueba que en 2010 se sac¨® el carn¨¦ del partido y dos a?os despu¨¦s era la jefa
Con carn¨¦ o sin ¨¦l, Martins siempre fue de izquierdas; creci¨® y se educ¨® en un ambiente de izquierdas. En Santo Tom¨¦, donde sus padres trabajaban como cooperantes. Un t¨ªo abuelo de Catarina fue asesinado por la polic¨ªa de Salazar, y sus padres iban de piso en piso esquivando a la dictadura. En 2000, los padres estuvieron entre los fundadores del Bloco; no as¨ª su hija, por entonces implicada en las reivindicaciones del mundo teatral.
A los 17 a?os abandon¨® el domicilio familiar en Aveiro para estudiar Derecho en la Universidad de Coimbra. Se introdujo en el activismo estudiantil, vivero de la clase pol¨ªtica portuguesa, y cambi¨® la ley por la lengua. Se licenci¨® en Literatura Moderna, m¨¢s cercana a su aut¨¦ntica pasi¨®n, el teatro. Con 21 a?os fund¨® la compa?¨ªa Vis?es Ut¨¦is (visiones ¨²tiles), donde ejerc¨ªa de mujer-orquesta: escen¨®grafa, actriz, gestora, t¨¦cnica de luces y, tambi¨¦n, autora de textos. La compa?¨ªa representaba a Genet, Ionesco, ?Beckett o Kafka y a veces obras de la misma Catarina. Es el caso de 667, O vizinho da besta (667, el vecino de la bestia), una obra de tintes kafkianos donde un hombre se obsesiona con los extra?os movimientos de un vecino hasta destruir su propia vida familiar.
El miedo no es uno de los problemas de Catarina Martins, pero s¨ª cree que est¨¢ paralizando a la sociedad portuguesa. En una campa?a electoral donde el debate era entre m¨¢s o menos austeridad, ella propagaba la esperanza, la ilusi¨®n calle a calle, persona a persona, como si su objetivo fuera llevar su palabra a cada uno de los 10 millones de portugueses.
Es autora de 667, O vizinho da besta, una obra de tintes kafkianos donde un hombre se obsesiona con los extra?os movimientos de un vecino hasta destruir su propia vida familiar
No esquiv¨® ni una pregunta ni un debate. Fue la ¨²nica l¨ªder que se enfrent¨® en televisi¨®n a todos, al derechista Pablo Portas, al centrista Passos ?Coelho, al comunista Jer¨®nimo de Sousa y al socialista Ant¨®nio Costa, y nadie la derrot¨®. Abandon¨® su tono algo redicho y sabiondo ¡ªque parece com¨²n a los nuevos pol¨ªticos, apell¨ªdense Iglesias, S¨¢nchez, Errej¨®n o Rivera¡ª, y derroch¨® una hiperactividad electoral imposible de seguir. La voz de Martins no fall¨® ni un d¨ªa. ¡°Aprend¨ª a impostar la voz a los 13 a?os con mi primera clase de teatro¡±, le gusta recordar. Ahora se conforma con ser espectadora asidua de cine y escenarios.
Padres, amigos, su marido, f¨ªsico de profesi¨®n y tambi¨¦n actor, sus dos hijas de 9 y 13 a?os, su hermano m¨²sico Jo?o ya se han acostumbrado a bailar a su fren¨¦tico ritmo, a cubrir sus ausencias o completar sus necesidades, cada vez m¨¢s grandes.
Su decisi¨®n de pactar con los socialistas ha acabado por arrastrar a los comunistas, que, por una vez, han decidido abrazar a su demonio antes que ser arrollados por la fuerza y el tes¨®n de Catarina Martins. Entre prometer el cielo ¡ªla salida de OTAN¡ª o conseguir lo b¨¢sico ¡ªreposici¨®n de pensiones¡ª, no hay rojos ni hoces ni martillos que nublen su criterio pr¨¢ctico. Ella no es el cambio de Portugal, es el vuelco.
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