Trabajadoras sexuales se enfrentan al alcalde de Quito
El regidor intenta eliminar la prostituci¨®n del centro hist¨®rico
El alcalde de Quito, Mauricio Rodas, ha fracasado en su primer intento de eliminar la prostituci¨®n del centro hist¨®rico de la ciudad. Tras el cierre de siete hoteles que alquilaban sus habitaciones, Rodas ha tenido que soportar la protesta de las trabajadoras sexuales, que exigen quedarse en el casco antiguo. La semana pasada protagonizaron varias acciones para llamar la atenci¨®n del alcalde; bloquearon las v¨ªas del centro y una de ellas, que m¨¢s tarde fue detenida, incluso simul¨® tener sexo con un vendedor ambulante en plena calle. La opci¨®n de crear un bulevar para el trabajo sexual en el centro de la ciudad ha despertado el recelo de las asociaciones de vecinos y comerciantes.
El alcalde Mauricio Rodas ha tratado de resolver al problema de la prostituci¨®n en el centro de la ciudad pr¨¢cticamente desde que lleg¨® al puesto, en marzo de 2014, pero el eje de su plan es la reconversi¨®n laboral. A trav¨¦s de las secretar¨ªas de Inclusi¨®n Social y Seguridad se acerc¨® a las trabajadoras sexuales en agosto de ese a?o y presume de haber conseguido que seis mujeres participaran en proyectos de emprendimiento y haber brindado ayuda psicol¨®gica a otras 140.
Rodas insiste en que su Administraci¨®n no tiene nada en contra del trabajo sexual, pero que su deber es ¡°mantener el orden en la ciudad¡± y ¡°exigir a todos el cumplimiento de las normas¡±. Alrededor de la prostituci¨®n, seg¨²n el alcalde, ocurren fen¨®menos sociales graves como la trata de personas, microtr¨¢fico, delincuencia y trabajo infantil.
Las cerca de 300 mujeres que se dedican al trabajo sexual en el casco antiguo han hecho una tregua a su protesta esta semana, pero se niegan a abandonar sus sitios de trabajo y quieren que el Ayuntamiento permita que puedan prestar sus servicios en los establecimientos clausurados.
Una reubicaci¨®n
Seg¨²n las trabajadoras, la negociaci¨®n avanzaba en ese sentido, por eso se organizaron, entregaron carnets de afiliaci¨®n, y asistieron a varios talleres, pero ahora el plan es otro. ¡°El municipio de Quito nos ha dado una bofetada, se ha burlado de nuestros derechos como trabajadoras, como madres¡ ?bamos a recuperar las calles, pero paso a paso. Ahora el alcalde nos cierra los hoteles de un d¨ªa para otro y nos deja sin el pan de nuestros hijos¡±, dice Nelly Hern¨¢ndez, que preside la organizaci¨®n Unidas por Nuestros Derechos, que agrupa a 46 mujeres.
El rechazo a la reubicaci¨®n se da, en parte, por la experiencia anterior, cuando las mujeres de los burdeles hist¨®ricos de la c¨¦ntrica avenida 24 de Mayo ¡ªque fueron cerrados en 2001¡ª fueron reubicadas en una antigua cantera, que no era de f¨¢cil acceso y que colindaba con la mayor c¨¢rcel de la ciudad, ahora cerrada. Esa zona de tolerancia no se consolid¨® porque la Administraci¨®n municipal pasada se desentendi¨® del asunto y tambi¨¦n porque las mujeres que salieron de los burdeles prefirieron captar los clientes en la calle y no alejarse de su tradicional zona de trabajo.
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