Iv¨¢n M¨¢rquez: ¡°Queremos decirles a los colombianos: ¡®Cometimos errores¡±
El n¨²mero 2 de las FARC y jefe de la delegaci¨®n de paz en La Habana hace balance de los tres a?os de negociaci¨®n con el Gobierno de Colombia
Luciano Mar¨ªn Arango, de 60 a?os, es desde hace m¨¢s de 30 Iv¨¢n M¨¢rquez, su alias en las FARC. Miembro del secretariado desde 1991, est¨¢ considerado el n¨²mero dos de la guerrilla, por detr¨¢s de Timochenko, y lidera la delegaci¨®n de paz que desde hace tres a?os busca una salida negociada con el Gobierno de Colombia a un conflicto que se prolonga durante m¨¢s de 50 a?os. Con decenas de ¨®rdenes de captura a su espalda, el discurso de M¨¢rquez durante la hora de conversaci¨®n gira en torno a la reconciliaci¨®n y a la b¨²squeda de la paz. De hablar pausado y con tono de voz bajo, se disculpa antes y despu¨¦s de la charla, la pasada semana, por las d¨¦cimas de fiebre que, dice, le incomodan. Solo al comentar su vida en la guerrilla se para a pensar las respuestas.
Pregunta. ?Qu¨¦ se ha logrado en estos tres a?os?
Respuesta. Lo m¨¢s importante es haber alcanzado tres acuerdos. Uno en torno a la reforma rural integral, otro en torno a la participaci¨®n pol¨ªtica, que podemos llamar ampliaci¨®n de la democracia y el tema del soluci¨®n al problema de los cultivos de uso il¨ªcito. Ning¨²n proceso hab¨ªa avanzado tanto en tan poco tiempo.
P. ?En qu¨¦ momento se encuentran las negociaciones?
R. En la aproximaci¨®n al acuerdo final. Lamentablemente, despu¨¦s del 23 de septiembre, cuando se hizo el anuncio en torno a la jurisdicci¨®n especial, surgieron algunos reparos por parte del Gobierno. Esto nos ha hecho perder tiempo. El presidente Santos y el comandante Timole¨®n Jim¨¦nez [Timochenko] anunciaron que iban a trabajar para llegar a ese acuerdo final en seis meses. Como ese acuerdo no ha sido rubricado por las partes a d¨ªa de hoy, algo que esperamos que ocurra antes de que acabe noviembre, para las FARC no ha empezado a correr ese plazo. El reloj se activa a partir de la firma del acuerdo de la jurisdicci¨®n especial. Por supuesto, aunque hay a¨²n temas complicados, a¨²n es posible llegar al acuerdo final en marzo. Pero seguramente nos podemos extender un poquito m¨¢s, los temas a discutir son complejos, de verdad.
P. ?Qu¨¦ ha aprendido de la delegaci¨®n del Gobierno?
Hay que estar loco para pensar que hay que vivir en guerra eternamente"
R. A entender las razones de la contraparte. Tenemos al frente a un dirigente pol¨ªtico muy reconocido, el doctor Humberto de la Calle; al general Mora, comandante del Ej¨¦rcito, un hombre que condujo f¨¦rreamente al estamento militar contra la guerrilla; al general Naranjo¡ En un primer momento usted puede mirar con cierta desconfianza al interlocutor, pero aunque sea por el hecho de rememorar momentos de confrontaci¨®n, como ha sucedido con el general Mora, eso quita barreras y hace que tengamos una interlocuci¨®n franca, directa.
P. ?Lo m¨¢s complicado ha pasado ya?
R. Creo que s¨ª. La desconfianza est¨¢ quedando atr¨¢s, cada vez la vemos m¨¢s lejana, pero ambas partes somos conscientes que debemos construir a¨²n m¨¢s. La no aceptaci¨®n por parte del Gobierno del acuerdo de jurisdicci¨®n especial nos pone a dudar. Si ocurre esto, m¨¢s adelante pueden hacer lo mismo.
P. ?Qu¨¦ es lo m¨¢s complicado que queda?
R. Lo m¨¢s dif¨ªcil es justicia. Si sale, el proceso va a adquirir una din¨¢mica arrolladora. Quedan algunos temas complejos, como puede ser la dejaci¨®n de las armas. Estamos analizando f¨®rmulas de c¨®mo logramos colocar las armas lejos. Habr¨¢ una veedur¨ªa y la posibilidad de que terceros pa¨ªses ayuden, que puedan recibir armamento y garantizar que est¨¦n lejos de nuestro uso. Por otro lado, el orden interno tiene que estar en manos de la Polic¨ªa. El Ej¨¦rcito tiene que retroceder al rol institucional de defensa de las fronteras.
P. ?En qu¨¦ no est¨¢n dispuestos a ceder?
R. Nosotros hemos hecho m¨¢s de 18 gestos unilaterales, entre ellos 6 treguas. No tenemos una posici¨®n obstruccionista, no hay temas vedados, lo que no queremos es que el Gobierno pretenda lograr el sometimiento de la guerrilla.
P. ?Qu¨¦ posibilidades hay de una disidencia en la guerrilla si se logra el acuerdo final?
R. Si algo ha distinguido a las FARC durante su historia es la cohesi¨®n. Los guerrilleros est¨¢n informados, est¨¢n siempre atentos a lo que convengamos. No hay nada que insin¨²e que exista un movimiento de inconformidad interno.
P. Las encuestas dicen que la opini¨®n p¨²blica los rechaza. ?C¨®mo pretenden acercarse a ellos?
R. No es que seamos esc¨¦pticos ante las encuestadoras pero percibimos un afecto enorme de muchos sectores, no solo de los campesinos, tambi¨¦n a nivel urbano hay un fuerte respaldo.
Para tener paz debemos dejar atr¨¢s el odio y la venganza"
P. ?Les asusta el rechazo del resto?
R. No, tenemos que abordarlos. Hay que hablar con los adversarios de la paz, no los llamemos enemigos. Se necesita estar un poco loco para pensar que Colombia tiene que vivir eternamente en guerra. La paz es un bien que va a irradiar beneficios para todos: campesinos, empresarios, militares, guerrilleros¡ Esto es una empresa com¨²n.
P. El mayor opositor al proceso es el expresidente Uribe, que agrupa a gran parte de los colombianos. ?La paz sin Uribe es menos paz?
R. Uribe va a tener que abrazar el anhelo colectivo de los colombianos de reconciliaci¨®n y paz. No creo que se vaya a quedar al margen.
P. ?Entiende que haya gente que pida prisi¨®n por los delitos de los que se les acusa?
R. No hemos venido a La Habana a negociar impunidades o a intercambiarlas. La funci¨®n de perseguir no es necesariamente c¨¢rcel, tambi¨¦n est¨¢ en la reparaci¨®n. El acuerdo de justicia garantiza la no impunidad, se ajusta a los c¨¢nones internacionales.
P. Pero, ?entiende la cr¨ªtica?
R. Aqu¨ª no solo han intervenido militares o guerrilleros, tambi¨¦n la c¨²pula pol¨ªtica, los empresarios que han financiado la guerra¡ el asunto es complejo. Por eso lo mejor es un entendimiento en torno a esto. Si queremos paz en Colombia hay que dejar atr¨¢s el odio y la venganza, que son sentimientos un poco mezquinos, y abrir el coraz¨®n a la reconciliaci¨®n.
P. ?C¨®mo la concibe?
R. Si no hay verdad es dif¨ªcil que haya reconciliaci¨®n. Estamos dispuestos a dejar atr¨¢s los odios, la ley del tali¨®n no nos va a llevar a la paz en Colombia. Han ocurrido cosas que no debieron ocurrir jam¨¢s, hecho no calculados, pero que afectaron de manera grave a la poblaci¨®n civil. Hay que afrontar ese problema y decir: ¡®S¨ª, nos equivocamos aqu¨ª¡¯.
P. ?C¨®mo valora la figura del presidente Santos y su apuesta por la paz?
R. Este proceso se inici¨® desde un extremo dif¨ªcil, que fue la orden del presidente de asesinar a Alfonso Cano [l¨ªder de las FARC] estando reducido, prisionero, despu¨¦s de un bombardeo, lo que le hace sujeto de trato preferencial si nos atenemos al derecho internacional humanitario. Pero Alfonso era el comandante de la paz en Colombia. Quisimos hacerle un homenaje. Creo que Santos quiere la paz, aunque a veces se ponen las cosas dif¨ªciles en la mesa.
P. ?Qu¨¦ le parece el papel de Estados Unidos en el proceso?
R. Ha nombrado a Bernie Aronson como enviado especial. Conversamos con periodicidad. Es obvio que Estados Unidos apoya al Gobierno de Colombia, no a la guerrilla. Sobre nosotros lo que ejerce es cierta presi¨®n. Pero tienen una actitud positiva frente al proceso. Nos gustar¨ªa que tomaran algunas decisiones como excluir a las FARC de la lista de organizaciones terroristas.
P. Lejos de eso, el ultimo informe de la DEA asegura que las FARC siguen traficando con coca¨ªna.
R. Lo que ocurre es que hay muchos montajes y la DEA es la generadora de todas esas versiones. Las FARC han tomado una decisi¨®n y est¨¢ plasmada en la soluci¨®n al problema de los cultivos il¨ªcitos. Hemos explicado hasta la saciedad que si hemos tenido alg¨²n tipo de relaci¨®n sobre todo con el cobro de impuestos ha sido en funci¨®n de la rebeli¨®n.
Uribe tendr¨¢ que abrazar el anhelo de todos los colombianos, no creo que vaya a quedarse al margen"
P. Ustedes mantienen que el paramilitarismo existe, pero el Gobierno habla de bandas criminales.
R. La denominaci¨®n de Bacrim es un disfraz. El paramilitarismo existe. ?Por qu¨¦ meter la cabeza en la arena?
P. ?Van a dejar de reclutar menores de edad?
R. Estamos considerando la posibilidad de frenar el reclutamiento. Si vamos para la paz, no tiene sentido ingresar muchachos.
P. ?Piensan permitir que dejen la guerrilla?
R. Por ahora no. Eso significar¨ªa quedarnos sin fuerza.
P. ?De qu¨¦ porcentaje se tratar¨ªa?
R. No lo tengo en la cabeza. Pero s¨ª puedo decir que la guerrilla mayoritariamente est¨¢ integrada por gente joven. En el campo nos dicen: ¡®Pasaron los muchachos¡¯, somos gente joven, yo me siento joven aunque tenga mis a?os.
P. Despu¨¦s de tantos a?os, ?cu¨¢l cree que ha sido la gran victoria de la guerrilla?
R. Nuestra gran victoria tiene que ser la paz.
P. ?Cu¨¢l ha sido su mayor error?
R. La rebeli¨®n es un derecho. En el ejercicio de este derecho universal de levantarse contra reg¨ªmenes tir¨¢nicos est¨¢ que hayamos podido causar v¨ªctimas inocentes por errores que se presentan en la confrontaci¨®n. Eso es lo que nos pone a pensar un poco. No me atrever¨ªa a se?alar alguno en particular. Ojal¨¢ no hubi¨¦semos tenido que recurrir al uso de las armas para dirimir nuestras diferencias. En la guerra se cometen errores y queremos decirle al pueblo colombiano: "Cometimos errores, s¨ª".
P. A usted lo han intentado matar, pero est¨¢ acusado de muchas muertes. ?De qu¨¦ se arrepiente?
R. Yo lo que he hecho fundamentalmente es conducir operaciones militares. Uno no sabe lo que ocurre en el combate. Al final, claro, hay bajas. La rebeli¨®n se hace con armas, la rebeli¨®n causa muertes, heridos. Ojal¨¢ hubi¨¦semos podido encontrar mucho antes un mecanismo para evitar que esto ocurriera.
P. ?Pero se arrepiente de algo?
R. De la rebeli¨®n no. He tratado de ser justo e inculcar lo mejor a las tropas guerrilleras que me han acompa?ado.
P. Usted ha estado desde el inicio en las negociaciones, ?tiene marcha atr¨¢s este proceso?
R. Yo soy muy optimista. Deseo con todas las fuerzas que este proceso no tenga reversa, ojal¨¢ en el primer semestre del pr¨®ximo a?o hayamos logrado un acuerdo de paz con el Gobierno de Colombia.
P. Existe la concepci¨®n de que despu¨¦s de tres a?os en Cuba no ser¨ªan capaces de volver a la guerra. ?Se le pasa por la cabeza tener que volver al monte?
R. Se necesita conocer a las FARC para entender que, si no hay acuerdo, lamentablemente tendremos que volver a la confrontaci¨®n. No quisi¨¦ramos. Si tuvi¨¦semos que hacerlo lo har¨ªamos con un intenso dolor en el alma, ojal¨¢ no vaya a ocurrir.
¡°Podr¨ªamos ser un nuevo partido pol¨ªtico¡±
Uno de los aspectos que se tendr¨¢ que abordar de aqu¨ª a que se firme el acuerdo final ser¨¢ el de la incorporaci¨®n de las FARC a la vida pol¨ªtica. Ante la posibilidad de que no todos los guerrilleros decidan hacer pol¨ªtica, Iv¨¢n M¨¢rquez asegura: ¡°Hay que tener presente que somos una organizaci¨®n pol¨ªtico-militar. Gran parte de la dirigencia y de los combatientes vamos a estar trabajando por la transformaci¨®n pol¨ªtica de Colombia, por consolidar la paz¡±. Recientemente, las FARC pidieron que se le asigne de forma directa una serie de curules (esca?os). ¡°El mismo Gobierno lo ha ofrecido como una derivaci¨®n del acuerdo. Si tenemos equis cantidad de esca?os, bienvenido sea. Eso contribuye a dar confianza¡±, asegura M¨¢rquez, que incide en que a¨²n no se ha abordado la forma en que entrar¨¢n en la pol¨ªtica: ¡°La verdad es que todav¨ªa no lo hemos discutido internamente. En 2000 lanzamos un movimiento clandestino que se llam¨® Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia. Eso est¨¢ ah¨ª y se representa con el rostro del libertador Bol¨ªvar con el antifaz tricolor. Sencillamente habr¨ªa que quitarle el antifaz para que pueda salir a la legalidad. Podr¨ªamos quedarnos con un Frente Amplio para la Reconciliaci¨®n de Colombia, es decir, para mantener nuestras siglas. Puede ser un nuevo partido pol¨ªtico¡±.
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