Rivales en la tierra, aliados en el espacio
Estados Unidos depende de la cooperaci¨®n espacial de Rusia pese a la tensi¨®n por Ucrania
Pese al incipiente acercamiento sobre Siria, las injerencias rusas en Ucrania han situado la relaci¨®n diplom¨¢tica entre Estados Unidos y Rusia en su peor momento desde el fin de la Guerra Fr¨ªa hace m¨¢s de 25 a?os. Washington ha impuesto sanciones a Mosc¨² y ha tratado de aislarlo internacionalmente. Pero en el espacio son aliados estrechos: la cooperaci¨®n se mantiene. EE UU necesita a Rusia para transportar a sus astronautas a la Estaci¨®n Espacial Internacional (EEI) y sus cohetes dependen de motores rusos.
Tras cuatro d¨¦cadas de competici¨®n y recelos, la construcci¨®n de la EEI en 1998 impuls¨® la cooperaci¨®n entre EE UU y Rusia fuera de la ¨®rbita terrestre. La dependencia espacial de Mosc¨² incomoda en Washington. No hay forma de acabar con ella a corto plazo, pero esos lazos ahora se cuestionan.
Tras las primeras sanciones estadounidenses contra Mosc¨², en marzo de 2014, la NASA anunci¨® que suspend¨ªa todo contacto no esencial con sus hom¨®logos rusos. Pero ese t¨¦rmino es amplio y no afecta a la EEI.
La NASA extendi¨® el pasado agosto hasta 2017 su contrato con Rusia para que lleve a sus astronautas a esa plataforma. Tras la retirada en 2011 de los transbordadores estadounidenses, la agencia aeroespacial ide¨® la alianza con Rusia como una soluci¨®n temporal hasta que subcontratara a empresas privadas para transportar a astronautas. El sector todav¨ªa no lleva a astronautas a la estaci¨®n espacial. La NASA culpa al Congreso del retraso. Alega que no ha sido posible por la falta de fondos.
La extensi¨®n del contrato con Rusia costar¨¢ a los contribuyentes estadounidenses unos 490 millones de d¨®lares. El pago se efect¨²a a la vez que Washington penaliza a empresas e individuos rusos en represalia por la anexi¨®n rusa de la pen¨ªnsula ucrania de Crimea el a?o pasado y el apoyo a insurgentes separatistas en el este de Ucrania.
¡°No creo que un pa¨ªs como el nuestro deba depender tanto de otros pa¨ªses para llevar a nuestros astronautas¡±, dijo el jefe de la NASA, Charles Bolden, en un coloquio en Washington a finales de octubre. Tras ese acto, Bolden explic¨® a EL PA?S que tanto EE UU como Rusia ¡°esperan¡± acabar con esa dependencia, que calific¨® de un ¡°relleno¡± que ¡°no es ideal¡±.
Peter Juul, experto del laboratorio de ideas Center for American Progress, con sede en Washington, subraya que la crisis ucrania no ha tenido un impacto significativo en el espacio. ¡°Ese tipo de cooperaci¨®n no va a desaparecer, aun cuando tengas una disputa pol¨ªtica en la tierra¡±, dice en una entrevista telef¨®nica. ¡°Creo que es bueno que contin¨²e y se prevenga que estas relaciones se conviertan completamente en hostiles¡±.
La presi¨®n del Pent¨¢gono
Las sanciones a Mosc¨² s¨ª han afectado a la cooperaci¨®n bilateral. Desde el a?o 2000, el Pent¨¢gono utiliza, para enviar sat¨¦lites militares y de espionaje al espacio, cohetes de los fabricantes estadounidenses Lockheed Martin y Boeing que est¨¢n equipados con motores de la empresa rusa Energomash. Tras la invasi¨®n de Crimea, el Congreso prohibi¨® el a?o pasado comprar nuevos motores rusos para esos lanzamientos.
Mosc¨² controla la mayor¨ªa de Energomash y uno de los accionistas minoritarios es un multimillonario cercano al presidente ruso, Vladim¨ªr Putin. El senador republicano John McCain fue uno de los principales impulsores de la prohibici¨®n. Defiende que se ha prevenido un ¡°subsidio¡± de 300 millones de d¨®lares al entorno de Putin y al aparato militar industrial ruso.
Sin embargo, en un reflejo de la supeditaci¨®n a Rusia, el Pent¨¢gono presiona desde mayo para relajar la restricci¨®n. La c¨²pula militar defiende la necesidad de dejar de depender de motores rusos, pero sostiene que es imposible a corto plazo y puede tener consecuencias de seguridad nacional.
El debate recae en si los fabricantes estadounidenses pueden recibir todos los motores ya solicitados, mientras preparan en los pr¨®ximos a?os nuevos cohetes sin motor ruso. El Pent¨¢gono defiende que se puedan utilizar todos los motores, pero el Congreso, en el presupuesto de defensa aprobado la semana pasada, solo ha eximido a unos pocos de la restricci¨®n. La presi¨®n de McCain y otros legisladores partidarios de la mano dura con Mosc¨² ha sido clave.
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