?Dejar¨ªas que tu abuela saliera con un Stone?
La cirug¨ªa ha convertido el envejecimiento en algo tan misterioso como el secreto bancario
Los Rolling Stones regresar¨¢n a Am¨¦rica Latina en 2016 en un intenso espect¨¢culo geri¨¢trico. Sus conciertos son como una invitaci¨®n a la ?ltima Cena, la oportunidad de decirle adi¨®s a los profetas. Si a los 40 a?os Mick Jagger parec¨ªa demasiado viejo para cantar Satisfaction, a los 72 fascina por la misma causa. Los heraldos de la juventud se transformaron en acaudalados decanos del alto volumen. Lo peculiar es que, mientras sus facciones se curt¨ªan con los navajazos de los a?os, la inmadurez dejaba de ser atributo de los adolescentes para afectar a la especie entera.
La noci¨®n de edad se ha relativizado, alguien de 15 a?os puede haber agotado sus aspiraciones
En No somos los ¨²ltimos, Massimo Rizzante habla del infantosaurus, criatura suspendida en el tiempo. La noci¨®n de edad se ha relativizado en tal forma que alguien de 15 a?os puede ser un melanc¨®lico que ya agot¨® sus aspiraciones cibern¨¦ticas y alguien de 68 puede vivir una etapa bio-er¨®tica donde todos los alimentos son org¨¢nicos, menos el viagra. En palabras de Rizzante: ¡°Una masa amorfa y sonriente, que ya no sabe cu¨¢l es su verdadera edad, intenta descubrir, por medio de cualquier instrumento que la t¨¦cnica le ofrece, la posibilidad de no verse inmersa en la madurez¡±. Esta tendencia ha dado lugar a una nueva categor¨ªa sociol¨®gica: los post-adultos.
Los Rolling Stones comenzaron su trayectoria con una est¨¦tica de lo ef¨ªmero: ¡°El tiempo no espera a nadie¡±, ¡°te has quedado anticuada, mi peque?a¡±, ¡°?qui¨¦n quiere los peri¨®dicos de ayer?¡±. Uno de sus covers m¨¢s conocidos, Time is on my Side, es un parad¨®jico elogio de la impaciencia: la amada se ha ido, pero regresar¨¢ corriendo (decir ¡°el tiempo est¨¢ de mi parte¡± significa que ella resistir¨¢ la separaci¨®n durante los tres minutos que dura la melod¨ªa).
Andrew Loog Oldham, autoproclamado descubridor del grupo, narra en su autobiograf¨ªa (que lleva el apropiado t¨ªtulo de Stoned) los a?os casi inveros¨ªmiles en que Jagger y Richards no hab¨ªan sido descubiertos. Para promover su rebeld¨ªa, lanz¨® una campa?a con el lema: ¡°?Dejar¨ªas que tu hija se casara con un Rolling Stone?¡±.
Los Rolling Stones recorrer¨¢n Latinoam¨¦rica con un guitarrista que suma las eras en su rostro de piedra.
Hoy la frase tendr¨ªa que referirse a las abuelas. La cultura pensionista de la ¡°serenidad activa¡±, como la llama Rizzante, y los trabajos de la cirug¨ªa pl¨¢stica han convertido el envejecimiento en algo tan misterioso como el secreto bancario.
?Qu¨¦ se pierde cuando se pierden las diferencias de edad? Los pueblos originarios de Am¨¦rica consideran que la vejez es un dep¨®sito de experiencia. En Chiapas, un anciano es un ¡°hombre de juicio¡±. Llegar a ese punto no representa una tragedia, sino una aspiraci¨®n.
Cuando entrevist¨¦ a Jagger, en 2001, me sorprendi¨® que no supiera de qu¨¦ discos proven¨ªan sus canciones: ¡°No soy un bibliotecario de m¨ª mismo¡±, explic¨®. En cierta forma, lo enaltece no estar tan consciente de su pasado; al mismo tiempo, eso lo convierte en icono de una era que ha delegado la memoria en pr¨®tesis (en el caso de los Stones, los seguidores somos su disco duro). Por contraste, en las asambleas de los indios de M¨¦xico el m¨¢s viejo resume lo que se ha dicho. De acuerdo con el fil¨®sofo y ling¨¹ista Carlos Lenkersdorf, esos ancianos son ¡°archivos y bibliotecas de sabidur¨ªa acumulada¡±.
Pero los Rolling Stones tienen otra lecci¨®n que dar. En 2016 recorrer¨¢n Latinoam¨¦rica con un guitarrista que no refuta la edad, sino que suma las eras en su rostro de piedra. Si Jagger es el emblema del ejecutivo que niega el tiempo corriendo maratones y desayunando cereal antioxidante, Keith Richards es un acervo del blues, una legendaria y esquiva muestra de que es posible sobrevivir en la sociedad del espect¨¢culo sin perder la autenticidad. En tiempos de infantosaurios, es un ¡°hombre de juicio¡±.
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