La canciller herida

La escena que el microcosmos pol¨ªtico-period¨ªstico berlin¨¦s ansiaba lleg¨® el pasado 22 de septiembre. La canciller Angela Merkel presentaba la biograf¨ªa de su antecesor, Gerhard Schr?der, con el morbo a?adido de recordar el tono arrogante que el socialdem¨®crata hab¨ªa dedicado a su rival justo diez a?os antes. ¡°?De verdad cree que mi partido la va a apoyar para que sea canciller?¡±, le hab¨ªa espetado con una mueca de desprecio infinito en un debate televisado la misma noche de las elecciones que ella acababa de ganar por la m¨ªnima.

Merkel tiene a¨²n que anunciar si se presenta en 2017 a un cuarto mandato

Una d¨¦cada m¨¢s tarde, las formas eran mucho m¨¢s amables. Entre los elogios que ambos se dedicaron, la canciller record¨® lo que consideraba el error m¨¢s grave de su predecesor. En plena guerra interna por las reformas de la Agenda 2010, Schr?der renunci¨® a la presidencia del Partido Socialdem¨®crata. ¡°Fue un momento en el que pens¨¦: esto va a tener consecuencias¡±, dijo Merkel. Se refer¨ªa a una vieja batalla ya casi olvidada; pero el comentario son¨® casi como un aviso a sus rivales en la Uni¨®n Cristianodem¨®crata (CDU): si contin¨²an debilitando a la l¨ªder, lo acabar¨¢n pagando todos con la p¨¦rdida del poder.

Hoy se cumplen diez a?os del d¨ªa en el que aquella mujer a la que Schr?der defini¨® como ¡°clara perdedora¡± ascendi¨® a la Canciller¨ªa. Una d¨¦cada en la que Merkel se ha convertido en la l¨ªder m¨¢s influyente de Europa. Pero frente a los elogios del exterior ¨CThe Economist la considera ¡°la europea imprescindible¡±, y son¨® como Nobel de la paz-, los miles de inmigrantes que cada d¨ªa llegan a Alemania la han dejado en una situaci¨®n de extrema fragilidad. Fuentes de su entorno aseguran que, por primera vez, se la ve tocada. Incluso personalmente.

¡°Tiene los pies en el suelo. Es lo contrario a pol¨ªticos como Schr?der, en los que el espect¨¢culo son ellos mismos¡±, asegura el secretario de Estado de Finanzas

¡°Este es el momento m¨¢s complicado de su mandato. Pero tambi¨¦n lo es para toda Europa, que se juega su futuro en esta crisis¡±, asegura Ulrike Gu¨¦rot. Pese a haber criticado a Merkel en otras ocasiones, esta polit¨®loga cree que, con decisiones como la de abrir las puertas en septiembre a miles de refugiados atrapados en Hungr¨ªa, ha ganado ¡°estatura moral como estadista¡±.

La avalancha de reproches de su partido ha cesado esta semana. Parece como si los atentados de Par¨ªs le hubieran concedido un periodo de gracia; y que los dirigentes democristianos m¨¢s cr¨ªticos hubieran pensado que en momentos dif¨ªciles conviene no hacer experimentos y respetar a la l¨ªder m¨¢s experimentada de toda la UE. Pero Merkel no tiene carta blanca. El tiempo apremia. Y si a comienzos de a?o no da muestras de tener la situaci¨®n bajo control y no logra reducir el flujo migratorio, el paisaje pol¨ªtico alem¨¢n ser¨¢ impredecible, alertan fuentes de la CDU.

¡°Su gesti¨®n totalmente err¨®nea en la crisis del euro ha roto muchos consensos en la UE", responde la l¨ªder de la oposici¨®n, de Die Linke

Pronto se resolver¨¢ la inc¨®gnita que gravita desde hace tiempo en la pol¨ªtica alemana. ?Volver¨¢ en 2017 a presentarse a las elecciones por cuarta vez, tras 12 a?os de mandato, retando los r¨¦cords de sus dos m¨¢s ilustres antecesores, Konrad Adenauer (14 a?os en el Gobierno) y Helmut Kohl (16)? ¡°Se ha hablado de un golpe en la CDU, pero lo descarto. No tienen otro candidato. Mi apuesta es que se presentar¨¢ en 2017 y que no terminar¨¢ la legislatura¡±, aventura Josef Janning, del think-tank ECFR.

Muchos analistas han tratado de desentra?ar el secreto del ¨¦xito de esta hija de pastor protestante y f¨ªsica de profesi¨®n que ha llegado a lo m¨¢s alto de la pol¨ªtica gracias a una extra?a mezcla de falta de pretensiones que llev¨® a muchos a subestimarla y una voluntad de hierro para deshacerse de todos sus rivales.

¡°Tiene los pies en el suelo. Es lo contrario a pol¨ªticos como Schr?der, en los que el espect¨¢culo son ellos mismos¡±, asegura Jens Spahn, secretario de Estado de Finanzas y miembro de la direcci¨®n de la CDU. ¡°Su gesti¨®n totalmente err¨®nea en la crisis del euro ha roto muchos consensos en la UE. Y en Alemania las diferencias entre ricos y pobres se han disparado durante su mandato¡±, a?ade la reci¨¦n nombrada l¨ªder de la oposici¨®n, la diputada de Die Linke Sahra Wagenknecht. Pero, por encima de todo, su popularidad en casa se explica porque ha logrado convencer a los alemanes de que, mientras ella est¨¦ al mando, est¨¢n a salvo de los problemas externos. Un espejismo que se ha roto con la crisis migratoria.

Adem¨¢s de pilotar la pol¨ªtica de rescates y de austeridad en el sur de Europa, Merkel ha dejado su huella en Alemania con decisiones como el fin del servicio militar o la renuncia a la energ¨ªa nuclear. Ahora, tras un periodo en el que otros l¨ªderes ya estar¨ªan pensando en la retirada, se enfrenta a la crisis que puede definir su legado. Ella defiende lo que denomina ¡°su visi¨®n¡±: ofrecer ¡°una cara amable¡± a los hombres y mujeres que huyen de guerras o persecuci¨®n. Sus rivales ¨Ctanto en la oposici¨®n como, muy especialmente, en su partido- le reprochan carecer de plan. A lo largo de los pr¨®ximos meses quedar¨¢ claro cu¨¢l de los bandos ten¨ªa raz¨®n.?