?Maduro a las barricadas!
El odio y la violencia instigados por sus palabras han causado decenas de muertes
Por segunda vez en el curso de la turbulenta campa?a electoral venezolana, y de modo inequ¨ªvoco, Nicol¨¢s Maduro ha amenazado con ¡°tomar las calles¡± y gobernar ¡°junto con pueblo y Ej¨¦rcito¡± si los resultados de las elecciones parlamentarias del pr¨®ximo domingo fuesen, como todos los estudios de opini¨®n parecen indicar, adversos al Gobierno chavista. ?Puede despacharse esa declaraci¨®n como mera bravuconada?
Maduro ha resultado, es verdad, un personaje lastimoso cuyos desprop¨®sitos a menudo mueven a risa. Pero lo cierto es que, para no ser m¨¢s que un mostrenco imitador del dicaz Hugo Ch¨¢vez, el odio y la violencia pol¨ªtica instigados por sus palabras han causado, en los tres a?os que ha ocupado la presidencia, la muerte de decenas de venezolanos. Es un buf¨®n, pero un buf¨®n mort¨ªfero. La campa?a se cierra con un candidato opositor muerto a balazos durante un acto p¨²blico.
Todas esas muertes constituyen verdaderos asesinatos pol¨ªticos, imprescriptibles cr¨ªmenes perpetrados por cuerpos del mismo Estado delincuente que encabezan Maduro y el capit¨¢n Diosdado Cabello, en el curso de manifestaciones pac¨ªficas y en las mismas calles que el palad¨ªn bolivariano piensa salir a tomar, imagino yo que desde la madrugada del lunes 7 de diciembre, cuando, luego de mil trapisondas dilatorias a cargo de la impert¨¦rrita Tibisay Lucena, obsecuente presidenta del Consejo Nacional Electoral, le sea forzoso al Gobierno reconocer la derrota. La expresi¨®n que paladinamente ha usado Maduro ha sido: ¡°Este pa¨ªs solo pueden gobernarlo los revolucionarios¡±.
Maduro ha resultado un personaje lastimoso cuyos desprop¨®sitos mueven a risa
La tentaci¨®n primera es imaginar a este grandul¨®n, vestido de ch¨¢ndal de colores patrios, tocado con un sombrero de palma, subido, meg¨¢fono en mano, a la torreta de un tanque ruso mientras tartajea arengas a los ¡°colectivos¡± de motociclistas armados, llamando ¡°al pueblo¡± a defender las conquistas de la revoluci¨®n bolivariana. Pregunta insoslayable: ?Qu¨¦ vestir¨¢ Cilia Flores, su esposa, la ¡°Primera Combatiente¡± (la Reina del sur del cartel de los sobrinos, seg¨²n la cr¨®nica roja), para la ocasi¨®n? ?Llevar¨¢ un espacioso bolso, marca Zagliani o Loewe, donde quepa holgadamente un fusil de asalto HK XM8, el favorito de los c¨¢rteles mexicanos en esta temporada oto?o-invierno?
El patente desencanto de la base social del chavismo, los niveles de impopularidad de Maduro, el cariz plebiscitario que las circunstancias infunden a estas elecciones, llevan a pensar que ese ¡°tomar las calles¡± no ser¨ªa m¨¢s que un pat¨¦tico n¨²mero de stand-up comedy ante un auditorio desierto.
Sin embargo, la historia reciente no deja mucho margen para echar por completo a broma las expresiones de Maduro. Como se?ala Carlos Malamud en un libro imprescindible para captar la ¡°endocrinolog¨ªa¡± de nuestros colectivismos, en la cabeza del perfecto populista latinoamericano ¡ªy el chavismo es, actualmente, su cepa m¨¢s virulenta¡ª no cabe la idea de que el poder, una vez alcanzado, pueda dejarse jam¨¢s.
La tarea m¨¢s nefasta que han cumplido los ¡°populismos posmodernos¡± ?ha sido demoler la separaci¨®n de poderes
La alternabilidad no es para ellos una opci¨®n. Por esto, la tarea m¨¢s nefasta que prioritariamente han cumplido las ¡°democracias no-liberales¡±, los ¡°populismos posmodernos¡± en nuestra regi¨®n, ha sido demoler la separaci¨®n de poderes; hacer por completo inviable toda ¡°cohabitaci¨®n¡± con el adversario pol¨ªtico.
La violencia pol¨ªtica generalizada es hoy una posibilidad real en Venezuela si Maduro optase por deso¨ªr la voz de la mayor¨ªa. Ojal¨¢ prevalezca en los suyos la noci¨®n de que perder las parlamentarias, e incluso el casi seguro desalojo de Maduro por v¨ªa del refer¨¦ndum el a?o entrante, no deber¨ªan significar el fin del mundo para el chavismo.
Al contrario, igual que los proteicos peronismos, siempre podr¨ªan mutar y hasta volver al poder, ¡°cual torna la cig¨¹e?a al campanario¡±.
Twitter: @ibsenmartinez
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