Una rampa para silla de ruedas contra la pobreza

?Usa gafas? Qu¨ªteselas un momento. A partir de este instante, usted califica como una persona con discapacidad, seg¨²n las definiciones internacionales. Las organizaciones defensoras de los derechos de las personas con discapacidad van m¨¢s all¨¢, y afirman que todos hemos tenido o tendremos alguna discapacidad en alg¨²n momento de nuestras vidas.

Esta visi¨®n es fundamental a la hora de fomentar los derechos de personas que por distintas razones no pueden interactuar con el entorno de la misma manera que lo hacemos otros. Por ejemplo, la rampa para la silla de ruedas en una acera, es ¨²til tambi¨¦n para el anciano aquejado por la artritis y para la madre que empuja un cochecito de beb¨¦.

Esta facilidad de acceso deber¨ªa existir tambi¨¦n en ¨¢reas como el empleo, la educaci¨®n y la participaci¨®n pol¨ªtica, entre otras, seg¨²n defiende la Organizaciones de Naciones Unidas, que este a?o dedica el D¨ªa Internacional de las personas con discapacidad a la inclusi¨®n.

La inclusi¨®n de las personas con discapacidad no es ¨²nicamente una cuesti¨®n de derechos, sino que tambi¨¦n se toma en cuenta cada vez m¨¢s en el dise?o de estrategias para combatir la pobreza, especialmente en los pa¨ªses en desarrollo.

¡°Tienen m¨¢s probabilidades de experimentar situaciones socioecon¨®micas adversas, tales como menor nivel de educaci¨®n, peores condiciones de salud, alto desempleo y tasas m¨¢s elevadas de pobreza¡±, se?ala el Informe Mundial sobre la discapacidad, publicado por el Banco Mundial y la Organizaci¨®n Mundial de la Salud.

Estas organizaciones calculan que son cerca de mil millones de personas en todo el mundo las que est¨¢n en riesgo de pobreza, precisamente, por alg¨²n tipo de discapacidad. Adicionalmente, las tasas de discapacidad son m¨¢s altas entre los m¨¢s pobres que entre el resto de la poblaci¨®n, seg¨²n c¨¢lculos del Banco Mundial.

En Am¨¦rica Latina, los m¨¦todos de recolecci¨®n de datos y las definiciones de lo que implica tener una discapacidad var¨ªan entre los distintos pa¨ªses. De todas maneras, los diferentes organismos encargados del tema calculan que en la regi¨®n puede haber entre 50 y 85 millones de personas con alg¨²n grado de discapacidad.

Las organizaciones defensoras de los derechos de las personas con discapacidad eval¨²an muy positivamente la Convenci¨®n de Naciones Unidas sobre este tema, que fue aprobada en 2006 y que ha sido ratificada despu¨¦s por varios pa¨ªses.

A medida que fueron ratificando la Convenci¨®n, estos pa¨ªses fueron elaborando leyes espec¨ªficas sobre el tema. El desaf¨ªo, sin embargo, especialmente en Am¨¦rica Latina, sigue siendo la implementaci¨®n.

¡°No es suficiente con que una empresa contrate a una persona ciega y la tenga en una mesa de la oficina sin hacer nada, solo para cumplir con la ley", afirma Luis Vicente Gonz¨¢lez, un profesor de secundaria ciego de la ciudad de Loja, en Ecuador, y defensor de los derechos de las personas con discapacidad visual en ese pa¨ªs.

La ley ecuatoriana, por ejemplo, establece que el 4% de los empleados p¨²blicos y privados deben ser personas con discapacidad, algo relativamente sencillo de poner en pr¨¢ctica en empresas grandes, organismos del Estado y las ciudades, pero que plantea otros desaf¨ªos en empresas peque?as o en las zonas rurales.

La Fundaci¨®n ONCE para Am¨¦rica Latina (FOAL), filial de la Organizaci¨®n Nacional de Ciegos de Espa?a, reconoce los avances en materia de leyes, pero advierte que en nuestra regi¨®n las tasas de inscripci¨®n en el sistema escolar de personas con discapacidad es a veces inferior al 20% y que la situaci¨®n es peor para grupos espec¨ªficos, como las mujeres o los ind¨ªgenas con discapacidad.

¡°La implementaci¨®n (de las leyes) es deficiente. Se requiere el compromiso de las autoridades p¨²blicas para llevarlas a cabo¡±, explic¨® Javier G¨¹emes, Secretario de la FOAL, en una reciente visita a Washington.

Para lograr el objetivo de la inclusi¨®n de las personas con discapacidad en la sociedad, la Organizaci¨®n de Naciones Unidas tiene tres prioridades:

Hacer que las ciudades sean inclusivas y accesibles para todos

Mejorar los datos y las estad¨ªsticas sobre personas con discapacidad

Incluir en la sociedad y el desarrollo a las personas con discapacidades invisibles

Se calcula que para 2050, el 66% de los seres humanos viviremos en ciudades, lo cual requiere que el crecimiento de los centros urbanos tome en cuenta las necesidades de las personas con discapacidad en los planes de urbanizaci¨®n.

El Banco Mundial y otras organizaciones de desarrollo ya est¨¢n incorporando el tema de la discapacidad en sus proyectos relacionados con salud, educaci¨®n, protecci¨®n social, fragilidad, conflicto y violencia.

En definitiva, es un esfuerzo que tendremos que hacer ¨Cy pagar- entre todos, porque como dec¨ªamos al principio, todos en alg¨²n momento de la vida fuimos o seremos personas con discapacidad.