El ejemplo de la meritocracia china
El sistema funcionarial se inspira en las ense?anzas de Confucio, figura que hoy ensalza el presidente Xi con orgullo nacional
Las culturas son importantes por su contribuci¨®n al progreso de la humanidad. Y la gran aportaci¨®n de China a la cultura universal ha sido la invenci¨®n del funcionariado meritocr¨¢tico. Mientras en Europa la gobernaci¨®n del Estado se basaba en la fuerza bruta y las relaciones familiares de un c¨ªrculo cerrado de parientes con el soberano, los chinos establecieron una burocracia eficiente, abierta y secular, seleccionada con criterios de talento, m¨¦rito y erudici¨®n. Este sistema no solo permiti¨® la permanencia y florecimiento del Imperio Chino durante 2.000 a?os, sino que acab¨® siendo imitado en todas partes, incluso en nuestras oposiciones actuales a los cargos p¨²blicos.
He regresado recientemente de la Universidad de Pek¨ªn, donde he podido comprobar que de nuevo se estudia la tradici¨®n confuciana, a la que la burocracia china ha estado siempre asociada. El presidente Xi Jinping ha ensalzado a Confucio, incluso ha honrado su memoria visitando su pueblo natal de Qufu. La palabra confucianismo ¡ªnombre que los jesuitas dieron al pensamiento del maestro Kong (en chino, Kong Fuzi, latinizado como Confucio)¡ª no existe en chino; en vez de ello, se habla de la rujia o escuela de los bur¨®cratas eruditos (ru). Incluso los nuevos institutos recientemente creados para difundir la cultura china en el mundo se llaman oficialmente institutos Confucio.
El pensador cre¨ªa que los males de la ¨¦poca de continuos conflictos que le toc¨® vivir (en los siglos VI y V antes de Cristo) solo se remediar¨ªan con la formaci¨®n de una clase de funcionarios profesionales, eruditos y bondadosos. Sin embargo, fue la escuela rival de los legalistas, la fajia o escuela de la ley (fa), la que acab¨® con el caos y las guerras mediante la unificaci¨®n de China bajo el gobierno ¨²nico, totalitario e implacable del primer emperador, Qin Shihuangdi. Los legalistas despreciaban el moralismo y la erudici¨®n de los confucianos y pretend¨ªan gobernar seg¨²n un sistema de castigos crueles para los desobedientes y de recompensas para los sumisos. La unificaci¨®n de China constituy¨® un gran ¨¦xito, pero la ferocidad de sus castigos desacredit¨® a la escuela legalista, que desapareci¨® tras la muerte del primer emperador, aunque su influencia subterr¨¢nea permanece hasta nuestros d¨ªas. Si Qin Shihuangdi hac¨ªa quemar los libros de las otras escuelas, ahora se censura Internet.
Aunque ya bajo la dinast¨ªa Han, hace 2.000 a?os, se inici¨® la selecci¨®n de funcionarios a partir de su conocimiento de los textos confucianos, fue el emperador Yangdi, de la dinast¨ªa Sui, el que en 606 estableci¨® de un modo oficial y definitivo el Keju o sistema de ex¨¢menes imperiales, que acabar¨ªa permitiendo la selecci¨®n competitiva de 10 millones de bur¨®cratas eruditos, que tan decisiva influencia tendr¨ªan en la administraci¨®n y la cultura de China en los 1.300 a?os siguientes.
Los ex¨¢menes imperiales para la selecci¨®n de funcionarios ten¨ªan lugar a diferentes niveles. Empezaban con las oposiciones o pruebas locales, a las que segu¨ªan las provinciales, y as¨ª sucesivamente hasta llegar a las ¨²ltimas o imperiales. Los que aprobaban estas ¨²ltimas recib¨ªan el t¨ªtulo de jinshi y pasaban a ocupar los puestos m¨¢s altos del Estado. Todav¨ªa ahora, en el templo de Confucio en Pek¨ªn, se pueden contemplar 198 grandes l¨¢pidas de piedra que contienen grabados los nombres de los 51.624 candidatos que aprobaron estos ex¨¢menes finales y obtuvieron el t¨ªtulo de jinshi durante las dinast¨ªas Yuan, Ming y Qing.
El m¨¦todo acab¨® siendo imitado en todos lados, incluso en nuestras oposiciones actuales a cargos p¨²blicos
Los candidatos al funcionariado se pasaban m¨¢s de 20 a?os preparando los ex¨¢menes y memorizando los escritos confucianos. Se pon¨ªa a prueba su conocimiento de esos textos y su estilo literario, no sus capacidades t¨¦cnicas o administrativas. Los que aprobaban ten¨ªan su futuro asegurado; incluso su familia obten¨ªa ventajas y adquir¨ªa un estatus social m¨¢s alto. Idealmente, el sistema produc¨ªa una clase gobernante meritocr¨¢tica y culta, elegida solo en funci¨®n de sus m¨¦ritos y talento. Esta burocracia proporcion¨® al Imperio Chino una extraordinaria estabilidad. A pesar de las rebeliones, conquistas extranjeras y cambios de dinast¨ªa, los funcionarios eruditos y meritocr¨¢ticos permanec¨ªan en sus puestos de trabajo y aseguraban la continuidad y la eficiencia de la administraci¨®n.
Los ex¨¢menes imperiales ten¨ªan lugar en enormes instalaciones especiales divididas en celdas individuales donde se encerraba a los candidatos durante los tres d¨ªas y noches que duraba la prueba. El candidato no pod¨ªa abandonar su celda. Todo el sistema estaba pensado para evitar la trampa y el favoritismo. As¨ª, para excluir la posibilidad de que los examinadores reconociesen la letra del candidato y eso influyera en su juicio, todos los ex¨¢menes escritos eran recopiados de nuevo por escribas profesionales, de tal modo que la identidad del candidato permaneciese irreconocible.
Los misioneros jesuitas llegaron a China a finales del siglo XVI. Matteo Ricci fue autorizado a residir en Pek¨ªn y tener acceso a los expertos y bur¨®cratas de la corte. Los jesuitas escribieron cartas a Europa describiendo la realidad china en t¨¦rminos muy halag¨¹e?os, lo cual influy¨® decisivamente en la actitud que adoptaron intelectuales como Leibniz y Voltaire, ¨¢vidos lectores de esas cartas. Voltaire calific¨® a China como ¡°la naci¨®n m¨¢s sabia y mejor gobernada del mundo¡±. Incluso pensaba que el emperador Qianlong era el rey-fil¨®sofo ideal y compuso poemas en su honor. Voltaire recalc¨® especialmente la idea revolucionaria de sustituir la nobleza de la sangre por la del m¨¦rito, que atribu¨ªa a Confucio, considerado por ¨¦l como un pensador racionalista e ilustrado.
El sistema fue pronto imitado por los pa¨ªses m¨¢s pr¨®ximos, como Corea y Vietnam, que incluso adoptaron el chino como lengua de sus oposiciones. El sistema confuciano de ex¨¢menes p¨²blicos estuvo vigente en Vietnam unos 1.000 a?os, hasta que los franceses lo abolieron en 1913. En Corea, el neoconfucianismo se convirti¨® en la ideolog¨ªa oficial de la dinast¨ªa Joseon. Aunque m¨¢s tarde, tambi¨¦n en Europa y Am¨¦rica se imit¨® el sistema chino.
Si comparamos la India actual con China, nos llama la atenci¨®n que en India hay m¨¢s libertad, mientras que el Estado chino es mucho m¨¢s eficiente. Hartos de la org¨ªa ideol¨®gica de la ¨¦poca de Mao, los comunistas chinos conf¨ªan m¨¢s en la racionalidad elemental de la ingenier¨ªa que en la desprestigiada pol¨ªtica. De hecho, para hacer carrera en los m¨¢s altos escalones del Estado conviene ser ingeniero, como pude constatar en la Universidad Tecnol¨®gica Tsinghua, en la que estuve el a?o pasado. Tanto el actual presidente, Xi Jinping, como el anterior, Hu Jintao, son ingenieros egresados de la Universidad Tsinghua. Y el presidente previo, Jiang Zeming, era tambi¨¦n ingeniero.
Jes¨²s Moster¨ªn es fil¨®sofo.
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