?Nos queda grande el mundo?

El mundo, la pol¨ªtica exterior, la definici¨®n de nuestra ambici¨®n internacional, lamentablemente, no aparecieron en el primer debate electoral organizado esta semana por EL PA?S. No soy tan iluso de pensar que lo internacional mande en unas elecciones generales, pero su clamorosa ausencia es alarmante. Confirman la imagen de una Espa?a pol¨ªtica reconcentrada sobre s¨ª misma, abstra¨ªda en sus cuitas interiores, con unos dirigentes que refuerzan el ombliguismo que destila la vida p¨²blica.

Los l¨ªderes empresariales construyen empresas globales y nuestra juventud m¨¢s preparada se desparrama por el mundo por falta de oportunidades en Espa?a, mientras nuestra clase pol¨ªtica mira al campanario. Esta malsana tendencia, ya detectada con Zapatero, que sin embargo consigui¨® nuestra inclusi¨®n en el G20, se ha acentuado con Rajoy: dos presidentes dom¨¦sticos, que no hab¨ªan viajado antes de llegar al poder y que una vez en ¨¦l lo han hecho lo justo ensimismados en los debates interiores, como si el mundo les quemara. Adem¨¢s, no se han manejado con los idiomas.

Esto no siempre ha sido as¨ª. Hace 30 a?os firmamos el Tratado de Adhesi¨®n a la UE, con un presidente, Felipe Gonz¨¢lez, activista y ambicioso en Europa. Durante una larga d¨¦cada jugamos en una liga superior a nuestro peso espec¨ªfico. Solana fue secretario general de la OTAN y Alto Representante de la pol¨ªtica exterior europea. Aznar, con otra visi¨®n, m¨¢s atlantista, tambi¨¦n fue un presidente internacional.

En los ¨²ltimos a?os nos hemos replegado. Sin voz propia ni visibilidad, ni siquiera en Latinoam¨¦rica o el Mediterr¨¢neo. Arrastramos una pol¨ªtica exterior a remolque de una Europa en crisis y debilitada. Combinado con el colapso econ¨®mico y social perpetrado por la Gran Recesi¨®n, Espa?a ha perdido peso en Europa, que el nuevo Gobierno deber¨¢ recuperar. No hace tanto se hablaba del milagro espa?ol. Espa?a, hoy, est¨¢ detenida como historia de ¨¦xito.

Los comicios son el examen, cuando los aspirantes debieran responder a qu¨¦ har¨ªan enfrentados a una crisis internacional, o a un nuevo ataque terrorista en una gran capital europea. Precisamente porque estamos inmersos en unas elecciones, los ciudadanos merecen conocer sus propuestas concretas sobre Siria, qu¨¦ grado de implicaci¨®n debe tener Espa?a, que aportar¨ªamos. No esperar agazapados, S¨¢nchez detr¨¢s de Rajoy, a que Francia nos haga la lista. Alemania y el Reino Unido ya nos han dejado atr¨¢s.

?Y qu¨¦ hacer en Cuba ante la nueva ¨¦poca abierta por Estados Unidos? ?El nuevo presidente viajar¨ªa a La Habana en el primer trimestre de 2016? Latinoam¨¦rica vive un momento crucial. Brasil se tambalea, Venezuela puede cambiar, Argentina abandona el peronismo. ?Qu¨¦ propugnan para construir una pol¨ªtica com¨²n de inmigraci¨®n ante el ¨¦xodo masivo de refugiados hacia Europa?

Ninguno de los tres nuevos j¨®venes l¨ªderes en los que podr¨ªa recaer la gobernaci¨®n de Espa?a tiene un perfil internacional. Y Rajoy se define y act¨²a como un se?or de Pontevedra. Los programas internacionales de los cuatro partidos abundan en generalidades. Hab¨ªamos superado nuestro aislamiento, la sociedad no est¨¢ replegada, pero a los pol¨ªticos parece que les queda grande el mundo.

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