Lo que aprendimos en 2015
Asum¨ª que muchas cosas podr¨ªan fallar, pero nunca imagin¨¦ la fuga de El Chapo
A veces creo que tendr¨ªa m¨¢s sentido consultar el hor¨®scopo que intentar construir escenarios y planificar decisiones para anticipar el futuro inmediato. Algunos de los acontecimientos de 2015 que tendr¨¢n mayor impacto en nuestras vidas habr¨ªan sido imposibles de prever en enero. El destino encuentra extra?as v¨ªas para restregarnos en la cara la naturaleza falible y precaria de la condici¨®n humana.
El a?o arranc¨® con la firme determinaci¨®n de Washington de echar del poder al presidente de Siria, Bachar el Asad, y para ello volc¨® ingentes recursos b¨¦licos e incontables ataques con drones; 11 meses despu¨¦s pacta con Putin una estrategia para ayudar al dictador en su lucha contra el Estado Isl¨¢mico. Claro, nadie pod¨ªa prever la masacre terrorista en Par¨ªs y su profundo impacto en la geopol¨ªtica internacional.
Como tampoco anticipamos la posibilidad de un triunfo de un candidato independiente en las elecciones de gobernador en Nuevo Le¨®n. La campa?a de Jaime Rodr¨ªguez, El Bronco, parec¨ªa la nota de color de una lucha circunscrita a los abanderados del PRI y el PAN. Resultaba impensable que un candidato pudiese ganar, en Nuevo Le¨®n o en cualquier otro lado, al margen de la aceitada estructura de los partidos pol¨ªticos. M¨¢s all¨¢ de las virtudes y defectos del ahora gobernador, el triunfo de un candidato independiente introduce una afortunada variable en la infecta y anquilosada partidocracia que se ha instalado en nuestra vida p¨²blica.
La fortuna no le sonri¨® al Gobierno del presidente Enrique Pe?a Nieto en 2015. Y no es que en 2014 le fuera mejor despu¨¦s de la desaparici¨®n de 43 estudiantes de Ayotzinapa y el esc¨¢ndalo de la casa blanca vinculada a la primera dama. El mayor infortunio este a?o es menos morboso, pero quiz¨¢ m¨¢s impactante en lo que ser¨¢ el saldo final del sexenio: el desplome de los precios de los hidrocarburos que pone en jaque a la reforma petrolera. Sobre todo si consideramos que esta era la joya de la corona de las reformas econ¨®micas.
Es innegable que las modificaciones constitucionales y las licitaciones para la exploraci¨®n de yacimientos tendr¨¢n efectos importantes al largo plazo; pero eso le servir¨¢ de poco al presidente para alcanzar la cacareada meta de una tasa de crecimiento del 5% en los dos ¨²ltimos a?os del sexenio. El precio del barril de la mezcla mexicana apenas rebasa los 28 d¨®lares; en enero era de 45 d¨®lares y se supon¨ªa que habr¨ªa de recuperarse a lo largo del a?o. Parad¨®jicamente el mayor impacto de esta debacle se lo llevar¨¢ el Gobierno: M¨¦xico ya no es una econom¨ªa petrolizada (el hidrocarburo representa el 11% del PIB y el 6% de las exportaciones), pero las finanzas p¨²blicas s¨ª que est¨¢n petrolizadas: en 2014 los hidrocarburos aportaban un 30% de los ingresos estatales, en 2015 bajar¨ªan a poco menos del 20%, pero la diferencia abrir¨¢ un boquete de endeudamiento y d¨¦ficit p¨²blico porque los ingresos tributarios no han crecido en la proporci¨®n necesaria para sustituir a los petroleros (existen coberturas y seguros contra¨ªdos pero no alcanzan a paliar el impacto).
Asum¨ª que en 2015 muchas cosas podr¨ªan fallar, pero nunca imagin¨¦ que entre ellas se contase la fuga de El Chapo. No cuando el presidente mismo hab¨ªa asegurado, despu¨¦s de una aprehensi¨®n celebrada triunfalmente, que el pa¨ªs nunca ser¨ªa ridiculizado con una nueva fuga. Por lo general no conf¨ªo mucho en las resoluciones oficiales, pero asum¨ª que el Estado mexicano alcanzaba para cumplir un mandato presidencial e impedir la evasi¨®n de un prisionero solitario. En 2015 aprend¨ª que el Gobierno tampoco puede garantizar eso. Esperemos que el 2016 sea un poco menos pedag¨®gico y nos d¨¦ un respiro.
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