Gordo de Navidad
Por corruptelas y descarados cochupos desde hace ya mucho tiempo en M¨¦xico se ha perdido la fe en la Loter¨ªa Nacional
Tristemente, pero por corruptelas y descarados cochupos desde hace ya mucho tiempo en M¨¦xico se ha perdido la fe irrestricta en la Loter¨ªa Nacional. Baste recordar la misteriosa chiripada cuando el nefando Fidel Herrera ¨Cexgobernador de Veracruz, hoy triste C¨®nsul ya no General en Barcelona¡ªgan¨® no una sino, dos veces el Premio Gordo que si acaso fue azar libre de culpas, la enrevesada realidad en la que hab¨ªa sumado al estado que gobernaba sigue ama?ando la suerte de sus ciudadanos ¨Cy la muerte de sus periodistas¡ªhasta la fecha. De aqu¨ª que, a?o con a?o, llame la atenci¨®n de viajeros y visitantes mexicanos la intacta fidelidad y generalizada fe ciega que deposita una inmensa mayor¨ªa de la ciudadan¨ªa de Espa?a en el canto tradicional del Gordo de Navidad.
Llama la atenci¨®n de viajeros y visitantes mexicanos la intacta fidelidad que deposita una inmensa mayor¨ªa de la ciudadan¨ªa de Espa?a en el canto tradicional del Gordo de Navidad
Aunque la iluminaci¨®n de ciertas calles y la instalaci¨®n de portales de Bel¨¦n y Santa Closes en escaparates empieza desde noviembre, la verdadera Navidad no empieza a llegar en Espa?a hasta que los ni?os de un hospicio cantan los n¨²meros y sus respectivos premios a ojos de todo mundo. Quedan para el recuerdo las lacrim¨®genas publicidades, las an¨¦cdotas ver¨ªdicas, los vecinos ba?ados en cava en los bares y expendios afortunados y tambi¨¦n se volvi¨® inolvidable el d¨ªa en que un hombre malencarado tuvo a bien rega?ar delante de Espa?a entera a la pobre ni?a del hospicio que se equivoc¨® al cantar el Gordo del a?o 1987, pero por encima de las an¨¦cdotas, el conmovedor gesto colectivo de creer fielmente en las combinaciones de los n¨²meros y en el ba?o de azar de cada premio correspondiente, fiscalizados minuciosamente los debidos impuestos y la trayectoria de los funcionarios que velan por la honestidad de este tema ya de siglos. Es como si Espa?a filtrara una muestra m¨¢s de esa fe ciega hasta hoy en lo que se conoce como ¡°El Estado¡±, a contrapelo de la libre burla, vituperio, sustituci¨®n por votos en las urnas y posibilidades de pactos con eso que llaman ¡°El Gobierno¡±.
Acostumbrados a que la pol¨ªtica entre partidos y facciones se realiza en lo oscurito, en M¨¦xico por eso le llamamos grilla, como canto de insectos invisibles en medio del follaje de las noches. Por lo mismo, a m¨¢s de un mexicano se le ocurr¨ªa pensar en ello el pasado domingo durante la jornada de elecciones generales celebradas en Espa?a: es quiz¨¢ muy probable que ciertos agentes y funcionarios busquen puentes, negociaciones en m¨®viles y charlas de barra con sus opositores, pero llama poderosamente la atenci¨®n que al despertar del lunes, ya computados los resultados, todos los involucrados hablen de la necesidad de pactar y armar alianzas para que el partido con mayor n¨²mero de esca?os en el Parlamento pueda formar gobierno y, por ende, gobernar. ?Qu¨¦, qu¨¦, queee¨¦? ?Bar¨¢jamela m¨¢s despacio! ?C¨®mo que formar gobierno? Si en M¨¦xico sabemos sin saberlo de cierto que el gobierno se forma en la libretita que trae el Mero-mero desde que lanza su candidatura, y cuantim¨¢s cuando han vuelto los tiempos a la vieja usanza del PRI donde un funcionario puede ocupar durante un mismo tiempo la Secretar¨ªa de Construcci¨®n de Andamios y pasar sin problema vocacional alguno (y para servir mejor a la Patria) a la Suprema Direcci¨®n del Salto de Altura y Relevos Generacionales; el Secretario de Pupitres y Pizarrones puede ser ma?ana mismo Director de Perforaci¨®n Petrolera y la Ministra de Acentos Mundiales pudo haber sido primero designada Secretaria de Fertilizaci¨®n Agropecuaria¡
La verdadera Navidad no empieza a llegar en Espa?a hasta que los ni?os de un hospicio cantan los n¨²meros
As¨ª que para el primer asombro del guerrero azteca que viene a Madrid para alfombrar con claveles la Gran V¨ªa est¨¢n los espa?oles analistas, catedr¨¢ticos y ciudadanos en general hablando abiertamente en la v¨ªa p¨²blica y en los espacios diversos que ofrece por ejemplo este peri¨®dico del brete de formar gobierno que enfrenta en estos fr¨ªos el renovado presidente Mariano Rajoy y su partido, buscando alianzas con el decepcionante clon juvenil de Ciudadanos e incluso buscando tender puentes con el PSOE, abiertamente ubicado (aunque ahora est¨¦ de moda decir posicionado) como formal Oposici¨®n (con un lamentable porcentaje hist¨®rico de votos en su favor) e incluso, ventilar en p¨²blico la agenda que se ha de dialogar o dirimir con Podemos, que no de la nada amaneci¨® esta semana con 69 esca?os en el Parlamento de Espa?a.
?C¨®mo que formar gobierno? Si en M¨¦xico sabemos sin saberlo de cierto que el gobierno se forma en la libretita que trae el Mero-mero
Se trata nada menos que del Gordo de Navidad, aquel a quien invitamos porque simplemente no hay manera de no hacerlo a la cena, sabiendo que si lo descuidamos se come solito el pavo y los callos, la rosca y los mazapanes, la botana y las esferas del ¨¢rbol. El Gordo no tan inc¨®modo que en M¨¦xico se obvia con fajas y las sombras donde grillan los grillos, y que en Espa?a ¨Cpor lo visto¡ªse muestra a plena luz del d¨ªa para precisamente definir ¨Cetimol¨®gicamente¡ªel arte de gobernar, que en M¨¦xico lamentablemente ha mucho tiempo que perdi¨® su br¨²jula en los diccionarios.
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