Retrato de se?ora con sobrinos
El nepotismo de Cilia Flores la llev¨® a designar a su propia hermana en la Asamblea Nacional
La untuosa parla chavista bautiz¨® hace tiempo a Cilia Flores, esposa del atribulado y err¨¢tico presidente Nicol¨¢s Maduro, como ¡°Primera Combatiente¡± de la revoluci¨®n bolivariana.
Quiz¨¢ los chavistas dieron en llamarla as¨ª por no incurrir en el soso convencionalismo peque?oburgu¨¦s de llamarla ¡°Primera Dama¡±.
No descarto, sin embargo, que haya sido ella misma quien escogi¨® y exija hoy ese tratamiento: la Flores es una voluntariosa y temida dama, muy pagada de su preeminente lugar en el tir¨¢nico y saqueador desgobierno que, en solo algo m¨¢s de tres lustros, ha hecho de Venezuela una dictadura militar dispuesta a abandonar sus ropajes y usos mendazmente democr¨¢ticos.
La leyenda de los or¨ªgenes otorga a Cilia Flores un papel destacado en el comit¨¦ de abogados defensores del M¨¢ximo L¨ªder mientras este permaneci¨® encarcelado por su rebeli¨®n militar en 1992. Sin embargo, sus talentos como abogada nunca debieron ponerse a prueba porque una controversial medida de gracia, otorgada en 1996, por el extinto presidente Rafael Caldera, puso en libertad a Ch¨¢vez. Tal ser¨ªa, sin embargo, la gratitud del M¨¢ximo L¨ªder que, una vez se vio due?o del poder, recompens¨® a la Primera Combatiente con singular largueza pol¨ªtica
La empresa familiar es el saqueo de los bienes p¨²blicos, el narcotr¨¢fico y el lavado de d¨®lares
Gracias a ello, el sindicalista del Metro de Caracas, Nicol¨¢s Maduro, por entonces concubino de Flores, sali¨® de la oscuridad pol¨ªtica, entr¨® a gozar de la privanza del Jefe, y convertido como era desde los a?os ochenta en aut¨¦ntico ¡°topo¡± del G2 cubano, lleg¨® a ser ministro de Interior, canciller, vicepresidente y, m¨¢s tarde, presidente de la Rep¨²blica, hasta culminar actualmente su carrera como hablantinoso pelele de la satrap¨ªa narcomilitar venezolana.
Entre tanto, la Primera Combatiente se convirti¨® en la Mam¨¢ Grande de lo que un antrop¨®logo llamar¨ªa una ¡°familia extendida¡±: una vasta red de parentesco consangu¨ªneo cuyos tent¨¢culos se tienden hasta muy lejos de la pareja presidencial. La empresa familiar es el saqueo de los bienes p¨²blicos, el narcotr¨¢fico y el lavado de d¨®lares. El avilantado nepotismo de Cilia la llev¨® a designar a su propia hermana, Numidia, en el cargo de Recursos Humanos de la Asamblea Nacional, de la que Flores fue presidenta, entre 2006 y 2011. En ese lapso pasaron ?de 16 a 47! los parientes consangu¨ªneos que la Flores hizo ¡°enchufar¡± en la n¨®mina del Parlamento chavista.
La Primera Combatiente experimentaba ya suficiente congoja al ver a dos de sus sobrinos acusados de narcotr¨¢fico por la DEA ante una corte federal de Nueva York cuando un extraordinario equipo de periodistas venezolanos ha venido a publicar, en un escrupuloso trabajo de investigaci¨®n, premiado internacionalmente, desverg¨¹enzas a¨²n m¨¢s elocuentes acerca de qui¨¦n ¡°gobierna¡± hoy Venezuela.
Se trata del m¨¢s arrebolado y consentido de los sobrinos de Cilia y quien m¨¢s lejos ha llegado: Carlos Erik Malpica Flores es, al mismo tiempo, flamante Tesorero de la Rep¨²blica Bolivariana y jefe de las finanzas de Petr¨®leos de Venezuela (Pdvsa). El reportaje lo muestra celebrando uno de sus nombramientos en una discoteca de San Bartolom¨¦, caribe?a posesi¨®n francesa muy favorecida por la jet-set.
Me ocurre pensar que una foto familiar de Cilia Flores y sus 47 ¡°sobrinos¡± lucir¨ªa como retrato en grupo del tren de ejecutivos de una transnacional de la coima, el narcotr¨¢fico y el lavado de d¨®lares, negocio este en el que Pdvsa juega ya un papel de primer orden mundial.
Fantaseo con lo que Boris Izaguirre tendr¨ªa que decir del atuendo de la Primera Combatiente. A m¨ª se me antoja la se?ora un cruce entre Imelda, la esposa del exdictador filipino Ferdinand Marcos, y la cantautora tucumana Mercedes Sosa, con bolso de Marc Jacobs y zapatos de Christian Louboutin.
Twitter: @ibsenmartinez
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