Los ultraconservadores polacos se aseguran el control del poder judicial
El Gobierno emprende reformas para eliminar obst¨¢culos a su plan de reformas
El partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS) se ha propuesto darle la vuelta a Polonia para convertir la sexta econom¨ªa de la Uni¨®n Europea en un pa¨ªs acorde con sus ideales: una naci¨®n m¨¢s patri¨®tica y piadosa alejada de las perversiones del liberalismo econ¨®mico y social europeo. Para conseguirlo, el Gobierno, elegido en octubre con una amplia mayor¨ªa, considera que necesita librarse de cualquier contrapoder mediante reformas pol¨ªticas y judiciales que est¨¢n generando una fuerte contestaci¨®n interna y exterior.
La ¨²ltima es una modificaci¨®n de la ley que rige al Tribunal Constitucional y que fue aprobada ayer por el Parlamento tras una re?ida sesi¨®n de 11 horas. La reforma eleva a una mayor¨ªa de dos tercios el respaldo que deben tener los fallos del Constitucional. El cambio es especialmente significativo despu¨¦s de que el Gobierno nombrara para este tribunal a cinco nuevos jueces (de un total de 15) nada m¨¢s acceder al poder.
El cambio tambi¨¦n retrasa a seis meses el plazo m¨¢ximo en que deben emitirse los veredictos, suprime toda menci¨®n a la independencia del tribunal respecto del poder pol¨ªtico, y obliga al Constitucional a atender en orden cronol¨®gico las demandas, lo que postergar¨ªa las que pudiesen ir en contra de las decisiones que comiencen a tomar ahora los conservadores.
La oposici¨®n pol¨ªtica, la sociedad civil y el poder judicial han criticado la reforma por considerar que maniata a la instituci¨®n. La Comisi¨®n Europea y el Parlamento Europeo tambi¨¦n se han mostrado hostiles con la deriva del Gobierno. La Comisi¨®n incluso pidi¨® a Varsovia el martes que retirara el proyecto de ley y lo calific¨® de ¡°atentado contra el Estado de derecho¡±. El l¨ªder del PiS, Jaroslaw Kaczynski, no oculta que todas las reformas emprendidas est¨¢n dirigidas a liberar de obligaciones a su partido para poder operar las profundas transformaciones en el pa¨ªs que ambiciona. El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, provoc¨® la semana pasada una queja del Gobierno polaco al declarar que lo que est¨¢ sucediendo se asemejaba a un golpe de Estado. Ante la pol¨¦mica, Polonia ha solicitado al Consejo de Europa que revise la reforma legal por si percibe violaciones de los derechos humanos.
En las ¨²ltimas semanas las posturas se han polarizado en Polonia, con manifestaciones que condenan al Gobierno y otras que defienden sus medidas. Perfiles de corte muy conservador, como el expresidente anticomunista Lech Walesa, han coincidido con los movimientos feministas o de defensa de los gais en alertar sobre la deriva autoritaria del Gobierno. El PiS ha eliminado las ayudas a la fecundaci¨®n in vitro (a la que se opone por principios religiosos), ha exigido a respetados teatros que cancelen representaciones por considerar que atentan contra la moral, se ha opuesto a los planes de la UE de acoger refugiados, ha amenazado a los medios de comunicaci¨®n con proyectos para controlar sus contenidos y ha comenzado lo que la oposici¨®n considera una ¡°purga¡± en la Administraci¨®n dirigida a expulsar a los cargos ¡°poco patri¨®ticos¡±. Sus partidarios recuerdan que, al mismo tiempo, ha activado un ambicioso paquete de reformas sociales (en las que se bas¨® su victoria electoral) que van desde el adelanto de la edad de jubilaci¨®n a subvenciones por el segundo hijo. Ante las dudas que genera en los inversores la viabilidad de estas medidas y, en general, la actitud del PiS ante la libre empresa, la Bolsa polaca ha ca¨ªdo un 17,5% desde las elecciones.
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