Ni conquista irreversible ni soluci¨®n militar
Por mucho que traten de presentarla como una victoria clave contra el ISIS la toma de Ramadi es apenas una gota en el oc¨¦ano
Antes fue Tikrit y ahora Ramadi. Pero conviene atemperar el entusiasmo que lleva a algunos a vislumbrar la inmediata reconquista de Mosul y el final de ISIS (acr¨®nimo en ingl¨¦s del Estado Isl¨¢mico de Irak y el Levante).
Por mucho que la propaganda de Washington y Bagdad trate de presentarla como una victoria que marcar¨¢ un giro cualitativo en el proceso de eliminaci¨®n de Daesh, la toma de Ramadi es apenas una gota en el oc¨¦ano. Aunque es la capital de la provincia occidental de Anbar no constituye un punto estrat¨¦gico de mayor nivel que tantas otras localidades cercanas, en las que Daesh a¨²n mantiene efectivos muy activos.
Y, desde luego, no supone dejar el paso franco a las tropas que en su momento deben encarar la ofensiva para recuperar Mosul (segunda ciudad del pa¨ªs), una tarea que todav¨ªa se adivina lejana por la incompetencia demostrada hasta ahora por el Ej¨¦rcito iraqu¨ª, el rechazo occidental a desplegar tropas propias en el terreno y el reiterado fracaso de tantos programas orientados a mejorar la operatividad de las fuerzas locales. El tiempo transcurrido desde la proclamaci¨®n del delirante califato yihadista ense?a que ninguno de los actores combatientes en presencia tiene fuerza suficiente para imponerse definitivamente a sus oponentes en todos los frentes.
Eso deriva en un recurrente proceso que registra episodios de aparente avance (en cuanto un actor concentra fuerzas en un punto que ha sido abandonado por el contrario), seguidos de inmediato de nuevos retrocesos (en cuanto se reorienta el despliegue militar hacia la plaza perdida anteriormente, dejando desguarnecidos otros objetivos que pasan de inmediato a ser ocupados por el adversario). Y eso vale tambi¨¦n para Ramadi, que ya ha cambiado de due?o varias veces.
En definitiva, tanto Washington como Bagdad necesitaban imperiosamente ¡°vender¡± alguna buena noticia para autosugestionarse con los aires de la victoria y para transmitir la idea de que su estrategia militar funciona. Lo malo es que ni hay conquista irreversible (aunque Daesh ser¨¢ desmantelado en su actual formato), ni mucho menos soluci¨®n militar a la amenaza del terrorismo yihadista.
Obnubilados en una huida hacia adelante que no repara en jugar con fuego (aunque finalmente sus promotores acaben tambi¨¦n quem¨¢ndose), nadie parece detenerse a considerar que apostar por fuerzas armadas de un gobierno crecientemente sectario, por milicias chi¨ªes deseosas de seguir marginando a los sun¨ªes iraqu¨ªes y por peshmergas kurdos interesados en controlar el n¨²cleo petrol¨ªfero de Kirkuk para solidificar su sue?o nacional es apostar por m¨¢s violencia futura.
Jes¨²s A. N¨²?ez Villaverde es codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acci¨®n Humanitaria (IECAH).
S¨ªgueme en @SusoNunez.
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