Victorias escurridizas
La reconquista de Ramadi no eclipsa las derrotas europeas autoinfligidas ante el ISIS
Si apenas sabemos qu¨¦ es esta guerra, ?c¨®mo sabremos qu¨¦ ser¨¢ la victoria? Cabe preguntarse incluso si la idea de victoria tiene hoy alg¨²n sentido m¨¢s all¨¢ de la propaganda. Tras el desastre de George W. Bush, que tuvo que arrepentirse de aquella falsa victoria militar sobre Sadam Husein tan prematuramente proclamada, apenas queda margen para la credulidad ante las s¨²bitas victorias que se nos anuncian en cualquiera de los borrosos frentes de batalla.
Ahora Ramadi, la capital de la provincia iraqu¨ª de Anbar, de mayor¨ªa sun¨ª, ha sido reconquistada por las fuerzas iraqu¨ªes, despu¨¦s de permanecer seis meses bajo control del Estado Isl¨¢mico. Aunque no est¨¢ claro ni siquiera que las tropas gubernamentales controlen toda la ciudad y sean capaces de mantenerlo posteriormente, ha bastado la toma de control del centro urbano para que la coalici¨®n saludara su recuperaci¨®n como el paso previo e incluso el anuncio del siguiente paso, la reconquista de Faluya, tambi¨¦n en el tri¨¢ngulo sun¨ª, y Mosul, segunda ciudad iraqu¨ª e importante fuente de ingresos para el califato terrorista.
Han sido tropas sun¨ªes las que han reconquistado Ramadi, sin participaci¨®n de soldados chi¨ªes y kurdos, en un intento de hacerse con la poblaci¨®n local que el sectarismo del anterior primer ministro, Nuri el Maliki, hab¨ªa lanzado en brazos del ISIS. Los bombardeos de la coalici¨®n liderada por Washington han sido imprescindibles, pero por s¨ª solos no bastaban. Tambi¨¦n ha sido decisivo el papel de los instructores estadounidenses que han entrenado a esas tropas sun¨ªes.
La victoria de Ramadi contiene un mensaje de optimismo, pero no es ni un paliativo para la ausente estrategia global contra el Estado Isl¨¢mico ni mucho menos para la fragmentaci¨®n de las m¨²ltiples y contradictorias alianzas e intereses que basculan sobre los equilibrios de la regi¨®n y explican el vac¨ªo en el que ha crecido el monstruo. Ni siquiera es seguro que lo que all¨ª ha funcionado pueda hacerlo en la reconquista de los siguientes objetivos, donde probablemente no bastar¨¢n las actuales tropas sun¨ªes.
Pero si se trata de presentar la recuperaci¨®n de esta ciudad como una victoria no tan solo militar sino tambi¨¦n de orden pol¨ªtico, deber¨¢ servir para recordar que el Estado Isl¨¢mico no ser¨¢ plenamente derrotado sin un nuevo orden internacional en Oriente Pr¨®ximo con la participaci¨®n y el acuerdo de las cuatro potencias regionales. Al final, entre las causas de los conflictos siempre est¨¢ una de las cuatro o varias a la vez: Israel, Turqu¨ªa, Arabia Saud¨ª e Ir¨¢n, cada una de ellas crecida ahora en cuanto a protagonismo ante el repliegue occidental y sobre todo de Estados Unidos.
Vale para Oriente Pr¨®ximo la vieja y lamentable sentencia de Xabier Arzalluz sobre el ¨¢rbol y las nueces. Todos los reg¨ªmenes, incluidos los democr¨¢ticos como Israel y Turqu¨ªa, han utilizado en provecho propio en un momento u otro la violencia pol¨ªtica, el terrorismo o los desplazamientos de poblaci¨®n (refugiados, asilados e inmigrantes) para arrear al ¨¢rbol y recoger luego las nueces. Un monstruo como el Estado Isl¨¢mico no crece sin complicidades en los servicios secretos extremadamente eficaces que hay en la zona.
Tampoco habr¨¢ victoria sobre el Estado Isl¨¢mico si Europa termina cediendo, no en el territorio militar en el que tiene tantas reservas y reticencias, sino en el de los valores y los derechos, como est¨¢n haciendo, entre otros, Francia y Dinamarca. La primera, con la creaci¨®n de dos clases de ciudadanos entre quienes han nacido en su territorio: los hijos de inmigrantes con doble nacionalidad que incurran en terrorismo ser¨¢n candidatos a la expulsi¨®n, pero no ser¨¢ el caso si se trata de hijos de familias francesas de pura cepa. La segunda, con la confiscaci¨®n de bienes a los refugiados que pidan asilo. Dos pa¨ªses de profunda tradici¨®n democr¨¢tica se hallan ya camino de esta derrota, autoinfligida en nombre de una falsa victoria y perfectamente acorde con los objetivos ideol¨®gicos del califato terrorista y con la pol¨ªtica del ¨¢rbol y de las nueces.
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