Los refugiados cubanos vuelven a so?ar con alcanzar EE UU

El albergue ahora es diferente. La incertidumbre y la ansiedad parecen haberse ido con el a?o viejo para los refugiados cubanos que desde hace casi dos meses esperan en la poblaci¨®n costarricense de La Cruz a proseguir su viaje hacia Estados Unidos. Las mujeres se ti?en el cabello, los hombres se arreglan la barba y en los patios otros se esmeran en asar la carne de cerdo o pollo para celebrar la llegada de 2016. Decenas hablan por m¨®vil con sus familiares en Cuba o Miami con otro tono, con entusiasmo. ¡°Mamita bella, ahora s¨ª que s¨ª, ya casi nos vemos¡±, le dec¨ªa Ulises, un profesor de 44 a?os, a su madre en EE UU.

Ya saben que se van, que el estancamiento en suelo costarricense se acaba y que pronto pisar¨¢n EE UU. No tienen detalles, costos ni fecha, pero saben que hubo un acuerdo internacional para retomar a principios de este mes su ruta hacia el sue?o americano. La noticia les lleg¨® el 28 de diciembre y desde entonces se frotan las manos; ya esto no es zozobra. Solo esperan precisiones sobre un viaje que los obligar¨¢ tomar un vuelo a El Salvador, para evitar el rechazo de Nicaragua al paso de los migrantes cubanos, y viajar despu¨¦s en autobuses por el resto de Centroam¨¦rica y M¨¦xico hasta tocar la frontera terrestre estadounidense, donde pueden obtener beneficios migratorios por la Ley de Ajuste Cubano.

Esta forma ¡°excepcional, segura y ordenada¡± de emigrar fue la que acordaron las autoridades centroamericanas despu¨¦s de semanas de desencuentros pol¨ªticos. Los beneficiarios son 7.802 cubanos que llegaron por tierra desde Ecuador ¡ªque no les exige visado¡ª con ayuda de coyotes, hasta quedar estancados por el portazo de Nicaragua en su frontera. Costa Rica debi¨® desplegar una red de ayuda humanitaria con 32 albergues, uno de ellos instalado en un colegio de La Cruz, el pueblo m¨¢s cercano al puesto fronterizo con Nicaragua, Pe?as Blancas. El ambiente era festivo el pasado jueves: algunos beb¨ªan ron barato o armaban el tradicional mu?eco de trapo que quemar¨ªan a medianoche; otros asaban un puerco ¡°en p¨²a¡±, al estilo de la isla que abandonaron por razones econ¨®micas, explicaban.

Los beneficiarios son 7.802 cubanos que llegaron por tierra desde Ecuador con ayuda de coyotes

Otros cocinaban en casas cercanas de familias costarricenses que los han acogido en estos dos meses. ¡°Hoy nos toca a nosotros, les vamos a hacer congr¨ª [arroz con frijoles] y carne de puerco. Es una forma de agradecerles porque ya casi nos vamos¡±, dec¨ªa Jos¨¦ Alberto saliendo del supermercado, mientras otros hac¨ªan cola ante la peque?a oficina de Western Union para sacar d¨®lares que les env¨ªan familiares desde EE UU. Uno de ellos, Roberto D¨ªaz, un m¨²sico percusionista, hac¨ªa c¨¢lculos de dinero para guardar lo suficiente para el vuelo a El Salvador: ¡°Cueste lo que cueste, yo lo pago, para eso sal¨ª de Cuba, para irme a EE UU¡±.

La salida de los cubanos de Costa Rica comenzar¨¢ con un plan piloto para probar la coordinaci¨®n entre pa¨ªses y empezar¨¢ por quienes tienen el dinero para pagar el avi¨®n, aunque ¡°todos ser¨¢n atendidos paso a paso¡±, asegur¨® la directora de Migraci¨®n de Costa Rica, Kathya Rodr¨ªguez.

Se prev¨¦ que sea en esta primera semana de enero cuando viajen los primeros y se comience a resolver la mayor crisis migratoria de Costa Rica en 30 a?os, que la llev¨® a suspender su participaci¨®n en la mesa pol¨ªtica del Sistema de Integraci¨®n Centroamericana (Sica) como medida de protesta por la ¡°falta de solidaridad¡± de otros pa¨ªses. M¨¦xico, Colombia, Ecuador, Cuba, EE UU y la Organizaci¨®n Mundial de las Migraciones tambi¨¦n se han involucrado en dar salida a la crisis.

Una de las migrantes, la enfermera Nasandy Soto, prefiri¨® trabajar de camarera en una fonda junto al puesto fronterizo de Pe?as Blancas. No habr¨ªa soportado pasar los d¨ªas tumbada en las colchonetas de espuma que el Gobierno costarricense reparti¨® en los albergues. Con su marido, Eduardo Valdez, alquil¨® una habitaci¨®n y cada d¨ªa han visto el noticiario en espera de informaci¨®n sobre ellos mismos. Ya por fin recibieron una luz; no volver¨¢n a pagar 900 d¨®lares a los coyotes para una traves¨ªa por suelo nicarag¨¹ense. ¡°Por eso fue tanta la alegr¨ªa. Casi llor¨¦. En Costa Rica nos han tratado muy bien, pero la meta no era quedarnos aqu¨ª. Salimos de Cuba para ir a Estados Unidos y sab¨ªamos que iba a ser dif¨ªcil, pero no tanto¡±.