Europa frente al islam
Unos, como Donald Trump, lo dicen de forma insultante y grotesca. Otros con argumentos hist¨®ricos y eruditos, como Niall Ferguson. Pero el mensaje es id¨¦ntico y alarmante. Es el fin de la civilizaci¨®n occidental, a la que ha declarado la guerra el terrorismo yihadista. Si el multimillonario estadounidense que pugna por la candidatura republicana a la Casa Blanca culpa directamente a Angela Merkel por abrir las puertas a los refugiados sirios, el historiador brit¨¢nico considera que la actual situaci¨®n de la Uni¨®n Europea es muy similar a la ca¨ªda de Roma por la invasi¨®n de los b¨¢rbaros.
¡°Como el Imperio Romano a principios del siglo V¡±, ha escrito Ferguson en un art¨ªculo publicado en estas mismas p¨¢ginas, ¡°Europa ha dejado que sus defensas se derrumbaran. A medida que aumentaba su riqueza han disminuido su capacidad militar y su fe en s¨ª misma. Se ha vuelto decadente, con sus centros comerciales y sus estadios. Al mismo tiempo, ha abierto las puertas a los extranjeros que codician su riqueza sin renunciar a su fe ancestral.¡± (Par¨ªs, v¨ªctima de la complacencia, EL PA?S, 19 de noviembre de 2015).
No se trata de ideas marginales o de locuras demag¨®gicas. Basta observar la evoluci¨®n del mapa electoral europeo de los ¨²ltimos a?os para percibir c¨®mo ideas similares prosperan y se instalan en las sociedades y en los gobiernos. Con la excepci¨®n realmente notable y curiosa de la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica ¡ªque requerir¨ªa una reflexi¨®n sobre las peculiaridades de Espa?a y Portugal para que no cuenten en sus parlamentos con la lacra de partidos xen¨®fobos y racistas¡ª, Europa se est¨¢ convirtiendo en un continente cada vez m¨¢s inclinado hacia la derecha m¨¢s extrema, con ya dos pa¨ªses como Hungr¨ªa y Polonia en manos de partidos antieuropeos y xen¨®fobos.
La dificultad para gestionar la doble crisis de los refugiados sirios y del terrorismo yihadista es enorme. Es evidente que una y otra solo tienen que ver en el origen: la inseguridad provocada por el califato terrorista est¨¢ expulsando a centenares de miles de civiles que buscan refugio y prosperidad all¨ª donde puede estar, que es en Europa. Aunque es cierto que algunos de los autores de los atentados de Par¨ªs se camuflaron entre los refugiados para cruzar fronteras, estos ¨²ltimos no son causa sino efecto del terrorismo yihadista y solo la demagogia de quienes amalgaman islam y terror, como hacen Trump y los Gobiernos h¨²ngaro y polaco, permite deducir que hay que prohibir la entrada de musulmanes a Occidente.
No son tan solo los Gobiernos de extrema derecha los que propugnan pol¨ªticas de extrema derecha. Entre las propuestas para combatir el terrorismo barajadas por el presidente franc¨¦s, el socialista Fran?ois Hollande, hay ideas que atentan al concepto republicano de ciudadan¨ªa, como ser¨ªa la creaci¨®n de dos clases de ciudadanos, los que tienen ancestros franceses de pura cepa y los que son inmigrantes de segunda generaci¨®n ya nacidos en Francia, los ¨²nicos a los que se podr¨ªa desposeer de la nacionalidad; o la alternativa, todav¨ªa m¨¢s extravagante, de que cualquier franc¨¦s pudiera ser despose¨ªdo.
Lo peor de la propuesta es su intenci¨®n electoralista y sus nulos efectos disuasivos: ?acaso un yihadista suicida va a preocuparse por su nacionalidad? Si prospera, quedar¨¢ erosionada la idea francesa del ius solis, derecho de la tierra que declara franc¨¦s a quien nace en territorio franc¨¦s, opuesta al ius sanguinis, el derecho de sangre etnicista, que da la nacionalidad solo al hijo de quien ya la tiene. Hollande teme a Sarkozy, quien a su vez teme a Marine Le Pen, y lo que al final est¨¢ en juego es que en mayo de 2017 la presidencia francesa caiga tambi¨¦n en manos de la extrema derecha y Europa se haga m¨¢s oscura, m¨¢s negra.
Si Hollande se juega la presidencia en el combate contra el terrorismo, Merkel se juega la canciller¨ªa en la gesti¨®n ordenada de la oleada de refugiados (1,1 millones) que han llegado a su pa¨ªs en 2015. El a?o 2016, decisivo para competir en buenas condiciones en las elecciones en 2017, no ha empezado con buen pie para la canciller que se propuso convertir la integraci¨®n de los refugiados en el gran reto alem¨¢n y europeo. La mala noticia se la proporcionaron los numerosos robos y agresiones sexuales a mujeres por parte de centenares de j¨®venes, identificados por la polic¨ªa como norteafricanos, principalmente en Colonia, pero tambi¨¦n en otras ciudades.
Hay m¨¢s de 120 denuncias, pero tambi¨¦n mucha confusi¨®n en los hechos de Nochevieja. No se comprende por qu¨¦ las noticias tardaron tanto en conocerse. Tampoco la reacci¨®n y la actitud de la polic¨ªa, que en principio no reconoc¨ªa los incidentes. Son escasas las identificaciones y pruebas. Hay sospechas de que pudo haber coordinaci¨®n a trav¨¦s de las redes sociales, en una especie de flash mob o acci¨®n falsamente espont¨¢nea y coordinada con m¨®viles. Tambi¨¦n hay la certeza de que la identificaci¨®n de los refugiados con masas de machos musulmanes embriagados que roban y violan a mujeres alemanas conviene a movimientos xen¨®fobos como Pegida (Patriotas Europeos contra la Islamizaci¨®n de Occidente).
La guerra que ha declarado el terrorismo yihadista contra Occidente quiere erosionar el Estado de derecho, las libertades y los valores europeos, y en buena medida lo consigui¨® ya con George Bush tras el 11-S cuando era Al Qaeda quien la conduc¨ªa. Y lo est¨¢ consiguiendo bajo conducci¨®n del ISIS tambi¨¦n ahora en Francia, con Hollande, tras el 13-N. Pero pretende algo m¨¢s, tal como ha explicado Gilles Kepel, como es enervar las actitudes racistas, victimizar a los musulmanes y provocar una atm¨®sfera de islamofobia generalizada. ¡°Denunci¨¢ndola constantemente, convertida en tara cong¨¦nita de las sociedades europeas, y sustituyendo al antisemitismo como pecado cardinal de Occidente, los islamistas se esfuerzan en establecer fronteras comunitarias culturalmente infranqueables para todos los europeos de ascendencia musulmana¡±. (Terreur dans l¡¯Hexagone. G¨¨nese de la djihad fran?aise. Gallimard).
Para conseguir este objetivo de separar los musulmanes en una comunidad aparte, el terrorismo tiene buenos aliados. No hay que hacer correr mucho la imaginaci¨®n para sospechar que los hechos de Nochevieja en Alemania van m¨¢s all¨¢ de un inaceptable comportamiento espont¨¢neo de j¨®venes extranjeros, principalmente de origen ¨¢rabe, y que son en cambio acciones fomentadas e incluso coordinadas por organizaciones hostiles a la sociedad europea.
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