La fuga argentina retrata la corrupci¨®n en sus c¨¢rceles
En las prisiones de la provincia de Buenos Aires ¡ªcomo la que vio fugarse a los tres sicarios¡ª hay 20.000 plazas para 35.000 reclusos


La fuga de tres narcos, que ha tenido en vilo a Argentina 14 d¨ªas, ha evidenciado la corrupci¨®n y decadencia de las c¨¢rceles, parecida a la de otros pa¨ªses latinoamericanos. Cada a?o se investigan m¨¢s de 800 casos de torturas y malos tratos, y en 2014 hubo 25 muertos solo en c¨¢rceles federales. En las prisiones de la provincia de Buenos Aires ¡ªcomo la que vio fugarse a los tres sicarios¡ª hay 20.000 plazas para 35.000 reclusos, seg¨²n el director del comit¨¦ contra la tortura de la Comisi¨®n Provincial por la Memoria, Roberto Cipriano.
Daniel Rubio es un espa?ol que pas¨® casi tres a?os encarcelado en Argentina. ¡°De existir un infierno, estar¨ªa a la par con ese terrible lugar¡±, dice sobre la prisi¨®n del barrio de Devoto, en Buenos Aires. Unos 219 kil¨®metros al sur de all¨ª, en el pueblo de General Alvear, tres sicarios vinculados al tr¨¢fico de drogas -uno de los cuales acusaba de narcotr¨¢fico al exfuncionario kirchnerista An¨ªbal Fern¨¢ndez- se escaparon con un arma de juguete y empujando un coche para hacerlo funcionar de un penal de m¨¢xima seguridad. La fuga ha puesto de manifiesto otra vez ese infierno de corrupci¨®n, hacinamiento y violaciones de los derechos humanos.

¡°Es descarada la corrupci¨®n de los (agentes) penitenciarios, que entran los tel¨¦fonos, armas y drogas en cantidades industriales. Hay tr¨¢fico de favores, abusos de poder. Con dinero, ah¨ª todo se puede¡±, denuncia Rubio. ¡°Hay constantes cortes de luz y agua. Hay veces que nos ten¨ªan sin sacar la basura durante semanas. Estaba lleno de hongos, cucarachas, ratas, ara?as, hormigas¡±, cuenta el expresidiario, que viv¨ªa en un gran sal¨®n con 80 personas, pero solo cuatro duchas y dos letrinas.
"Hay violaciones, asesinatos y torturas. Sufr¨ªamos constantes agresiones, humillaciones, extorsiones, tanto por parte de los dem¨¢s presos como de los funcionarios del penal. A m¨ª me golpearon una vez los penitenciarios. Hay gente enferma que no recibe atenci¨®n m¨¦dica y ni siquiera nos dejaban comprar nuestras medicinas. Sufr¨ªamos constantes robos y destrozos de nuestras pocas posesiones, como ropa, tabaco, tarjetas telef¨®nicas, cuchillas de afeitar y papel higi¨¦nico. No ve¨ªamos la luz del sol m¨¢s que una hora los viernes, y eso si les apetec¨ªa sacarnos al patio. Los colchones no son colchones... son papel de fumar. Y hay gente que est¨¢ en prisi¨®n preventiva m¨¢s de tres a?os y los procesos judiciales no avanzan¡¡±, describe Rubio.
El director del comit¨¦ contra la tortura de la Comisi¨®n Provincial por la Memoria, Roberto Cipriano, coincide: ¡°Yo conozco la c¨¢rcel de General Alvear y de ah¨ª nadie sale por la puerta as¨ª nom¨¢s. La corrupci¨®n es estructural. Est¨¢ corrompido el Servicio Penitenciario Bonaerense desde el nivel central, en sus compras y licitaciones [subastas], desde los directores de prisiones con los proveedores hasta los agentes que cierran la reja, que ingresan la droga, los celulares [m¨®viles]¡±, describe Cipriano.
Francisco Mugnuolo, el procurador penitenciario federal encargado de proteger los derechos humanos de los reos, advierte de que ¡°en casi todas las c¨¢rceles se repite el cuadro de corrupci¨®n, hacinamiento y violencia¡±. En las c¨¢rceles federales, donde se alojan detenidos por delitos como el narcotr¨¢fico, se bati¨® en 2015 la marca hist¨®rica de presos (unos 10.641) y aunque las autoridades informan de que hay 11.850 plazas, Mugnuolo advierte de que muchos duermen en los pasillos.
¡°La mayor¨ªa de los detenidos son pobres, sus familias se esfuerzan por llevarles comida, pero los agentes se la quitan. Tambi¨¦n est¨¢n los pabellones VIP, que no est¨¢n permitidos pero los penitenciarios les cobran a los presos por estar all¨ª. Hace tiempo se allan¨® una c¨¢rcel y hab¨ªa mujeres, bebidas alcoh¨®licas, d¨®lares. Ah¨ª van traficantes y los integrantes de barras bravas del f¨²tbol con contactos en la pol¨ªtica¡±, advierte Mugnuolo.
¡°Argentina no es una excepci¨®n respecto al resto de Am¨¦rica Latina¡±, lamenta Paula Litvachky, experta del Centro de Estudios Legales y Sociales. ¡°Los Gobiernos delegan autonom¨ªa a los servicios penitenciarios para no tener conflictos, pero despu¨¦s aparecen problemas de gobernabilidad como los que generaron esta fuga¡±, advierte Litvachky.
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