Y ahora, la gran pregunta

?C¨®mo reaccionar¨¢ el continente? China intent¨® influir en el electorado taiwan¨¦s reforzando la alternativa del Kuomintang (KMT): cumbre Ma-Xi en Singapur, tel¨¦fono rojo, principios de acuerdo para el transbordo de viajeros en Taipei o el intercambio de oficinas representativas a ambos lados del estrecho¡­ La certificaci¨®n de la idoneidad del KMT para conducir el di¨¢logo se complement¨® con las advertencias dirigidas a los m¨¢s renuentes. Pero al igual que las diatribas de los grupos de inter¨¦s, pol¨ªticos y econ¨®micos, que ha plantado en Taiw¨¢n en los ¨²ltimos a?os, le ha servido de poco para ilusionar a los electores y mitigar las divisiones internas del campo azul o nacionalista.

Cabe reconocer que las mejoras en las relaciones a trav¨¦s del estrecho durante el mandato del KMT han sido muchas obligando incluso al Partido Democr¨¢tico Progresista (PDP) a alejarse de sus postulados soberanistas. La ganadora Tsai Ing-wen no reclama la independencia sino la defensa del statu quo que pretende apuntalar con ¡°comunicaci¨®n, comunicaci¨®n y comunicaci¨®n¡±. Pero el Partido Comunista Chino (PCCh) es muy hostil al PDP y se niega a dialogar en tanto no suscriba el principio de una sola China y acepte el Consenso de 1992, uno de los caballos de batalla de esta campa?a electoral. Por ello, Tsai fue reiteradamente acusada de no tener una pol¨ªtica clara con respecto al estrecho de Taiw¨¢n.

La ampl¨ªsima victoria del PDP deja al KMT inmerso en una profunda crisis. La presidencia de Ma Ying-jeou acerc¨® Taiw¨¢n al continente pero a costa de acentuar las divisiones internas. Precisar¨¢ tiempo para reorganizarse y reagruparse, si ello es posible. M¨¢s all¨¢ de los liderazgos, la clave de futuro radica en su capacidad de reconexi¨®n con la sociedad taiwanesa que, en buena medida, aun le considera una expresi¨®n org¨¢nica de cierta di¨¢spora (y su Rep¨²blica de China la plasmaci¨®n de un gobierno en exilio) sin adaptarse del todo a los cambios experimentados en la isla en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Esa traves¨ªa del KMT supondr¨¢ para el PCCh cierta orfandad en los pr¨®ximos a?os. Los intentos de establecer otros puentes con la isla no han cuajado del todo.

Xi puede esperar y ver o intentar valerse de la coacci¨®n para influir en el comportamiento pol¨ªtico del PDP. Aunque Tsai prometa por activa y por pasiva su rechazo a buscar la independencia, la presi¨®n castigar¨ªa su nula voluntad unificadora. Pek¨ªn ans¨ªa establecer alg¨²n tipo de compromiso acerca del sacrosanto principio de una sola China. Descartando acciones intimidatorias en el plano militar, dispone de herramientas notables en el orden econ¨®mico dada la acusada dependencia de ambos mercados. Tambi¨¦n en el diplom¨¢tico, donde no se le resultar¨ªa dif¨ªcil restarle de buenas a primeras un buen paquete de aliados que ya forman fila ante Pek¨ªn desde hace tiempo.

Tras el fracaso de la reforma electoral en Hong Kong, este nuevo rev¨¦s en Taiw¨¢n puede incrementar la ansiedad pol¨ªtica en Pek¨ªn. Pero, a su vez, necesita sosiego en su vecindario para abrir paso a sus otras prioridades en la regi¨®n.

Xulio R¨ªos es autor de Taiwan, el problema de China (La Catarata, 2005).