?Obama, el deportador?
Las redadas siembran el miedo en los vecindarios hispanos de Estados Unidos
Hace un a?o Barack Obama dio un paso controversial: haciendo uso de su autoridad ejecutiva y actuando contra la voluntad del Congreso, hizo elegibles para un permiso temporal de residencia y trabajo a casi la mitad de los 11 millones de inmigrantes indocumentados que residen en EE UU. Sus adversarios reaccionaron con furia, argumentando que las acciones son ilegales. De hecho, 26 estados demandaron a Obama y lograron suspender temporalmente las medidas.
?Qu¨¦ explica entonces que el presidente que se las jug¨® para amparar a millones de la deportaci¨®n ordene ahora la expulsi¨®n de familias y ni?os centroamericanos a trav¨¦s de redadas que muchos, incluyendo m¨¢s de 140 congresistas de su partido, han llamado crueles e innecesarias?
Para ser justos, la Casa Blanca no miente cuando dice que las redadas encajan con su pol¨ªtica migratoria. En 2014, cuando anunci¨® las medidas ejecutivas, Obama revel¨® las nuevas directrices que regir¨ªan las deportaciones de indocumentados. Las prioridades ser¨ªan los criminales y las personas que han entrado ilegalmente al pa¨ªs a partir de 2014. El gobierno dice que las redadas son una simple implementaci¨®n de esta pol¨ªtica. Se est¨¢ expulsando a centroamericanos que ingresaron durante los pasados dos a?os y tienen orden de deportaci¨®n.
El problema es que estas ¨®rdenes son enga?osas. Parte de la raz¨®n que motiv¨® las redadas es el recrudecimiento de la crisis de migrantes centroamericanos: las miles de familias y ni?os que, escapando la violencia en sus pa¨ªses, han cruzado la frontera buscando refugio en EE UU. Esta crisis, que se inici¨® en 2011 y alcanz¨® su pico en 2014, hab¨ªa amainado?¡ª?principalmente porque Washington convenci¨® a M¨¦xico de detener a los centroamericanos antes de que llegaran a la frontera. Pero repunt¨® a finales de 2015. S¨®lo en octubre y noviembre 10.500 menores ingresaron a EE UU.
La Casa Blanca no miente cuando dice que las redadas encajan con su pol¨ªtica migratoria
?Qu¨¦ conecta esta nueva ola de migrantes a las redadas? Ante la amenaza de otra crisis como la de 2014, que abrum¨® el sistema migratorio de EE UU, Obama decidi¨® enviar un fuerte mensaje a futuros migrantes: si cruzan ilegalmente la frontera ser¨¢n deportados.
Pero otro factor quiz¨¢ influy¨® la decisi¨®n del presidente. Poco antes de las redadas, el Congreso aprob¨® una partida de 750 millones de d¨®lares para ayudar a Honduras, El Salvador y Guatemala a disminuir la violencia, el desempleo y atacar otras causas de fondo de las migraciones. Las redadas son otra manifestaci¨®n del esfuerzo de Obama para ¡°balancear¡± su pol¨ªtica; dejar claro que as¨ª como hay disposici¨®n para ayudar a Centroam¨¦rica y ofrecer protecci¨®n legal a millones de indocumentados en EE UU, tambi¨¦n hay disposici¨®n para expulsar a las personas con orden de deportaci¨®n. Si el gobierno hace un esfuerzo para regularizar a inmigrantes que cumplen con determinadas condiciones, ?no se debe aplicar la ley a los que no las cumplen? No castigar a nadie equivaldr¨ªa a apoyar una pol¨ªtica de fronteras abiertas.
Bajo circunstancias normales esta l¨®gica es irrebatible. Pero la crisis de migrantes centroamericanos complica la ecuaci¨®n. Activistas y ONG aseguran que la amplia mayor¨ªa los migrantes de Centroam¨¦rica califican para el asilo, pero no reciben adecuada asesor¨ªa legal y no cuentan con los recursos ni la educaci¨®n para demostrarlo ante las autoridades. Por eso muchos son injustamente deportados. La burocracia estadounidense prioriza la deportaci¨®n de aquellos que ingresaron ilegalmente a partir de 2014. Pero no hace el mismo esfuerzo para identificar a los que merecen asilo y separarlos de los migrantes comunes.
Por otro lado, las redadas no van a desalentar las migraciones. Quien piense lo contrario subestima la desesperaci¨®n que lleva a muchos migrantes a abandonar sus hogares e iniciar un recorrido a la frontera que los expone a ser robados, extorsionados y violados. ?Y por qu¨¦ deciden irse? Porque la alternativa?¡ª?quedarse?¡ª?es peor. No hay que olvidar: Honduras, El Salvador y Guatemala est¨¢n entre los pa¨ªses m¨¢s violentos del mundo. Las pandillas criminales irrumpen en las escuelas para reclutar menores y los matan si se resisten. S¨®lo la magnitud de las migraciones deber¨ªa persuadir hasta el m¨¢s esc¨¦ptico. M¨¢s de 100 mil ni?os han cruzado solos la frontera durante los ¨²ltimos cinco a?os.
Lo que si logran las redadas es sembrar miedo en los vecindarios hispanos de EE UU. Ya hay reportes de inmigrantes que, por el ruido de las deportaciones, tienen miedo de ir al trabajo o llevar sus hijos a la escuela. Para enviar un mensaje que no tendr¨¢ el efecto deseado, el gobierno est¨¢ atemorizando a comunidades y deportando a personas que merecen protecci¨®n.
Una oscura iron¨ªa asoma al fondo de esta controversia. Si la nueva ola de migrantes se debe al aumento de la violencia en partes de Centroam¨¦rica, las familias que no han obtenido asilo podr¨ªan volver a lugares donde estar¨¢n bajo mucho mayor riesgo que cuando se fueron.
Alejandro Tarre es escritor y periodista. Twitter @alejandrotarre
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