El largo camino de Myriam Hern¨¢ndez a la gaviota de platino en el Festival de Vi?a del Mar
La m¨¢s popular cantante internacional chilena vivi¨® su carrera sobre el escenario. Fue invitada, jurado, animadora y acompa?ante en la Quinta Vergara. Igual hubo que firmar un decreto alcaldicio de urgencia para que le entregaran el premio

Sobre el escenario Myriam Hern¨¢ndez era ovacionada por la multitud, que premiaba su larga trayectoria, el retorno a un escenario que la acogi¨® como joven promesa, como artista consagrada y, en cinco oportunidades, como animadora. Protagonista absoluta de la fiesta, el Festival de la Canci¨®n de Vi?a del Mar, la cantante chilena de 57 a?os disfrutaba de su ¨¦xito cuando el p¨²blico comenz¨® a pedir Gaviota de Platino para ella.
Un premio que apenas se hab¨ªa entregado en cinco oportunidades en el escenario de la Quinta Vergara. Luis Miguel, Miguel Bos¨¦, Isabel Pantoja (en reconocimiento a Juan Gabriel), Lucho Gatica (de manera p¨®stuma) y Los Jaivas. Desconcertados, los animadores del certamen avisaron que, para entregar el galard¨®n, ¡°deb¨ªan cumplirse ciertos requisitos¡±.
La Gaviota de Plata fue originalmente la estatuilla con que se premiaba a los ganadores de la competencia nacional y folcl¨®rica, pero con el paso de los a?os se transform¨® en el galard¨®n que otorgaba la concurrencia a los artistas invitados que cumplieran una buena actuaci¨®n. As¨ª fue hasta que, para aquellos que encandilaban al respetable, se cre¨® una Gaviota de Oro.
Entendiendo que la profusi¨®n de premios terminaba por desvirtuar el galard¨®n, durante la d¨¦cada de los 80 se intent¨® eliminar la Gaviota, creando La Antorcha de Plata para los invitados, reservando la estilizada ave para las competencias. Hasta que, en 1988, el a?o del plebiscito que marc¨® el fin de la dictadura, el cantante venezolano Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez, El Puma, subi¨® al escenario, se llev¨® la Antorcha (de plata y de oro a esas alturas) y marc¨® uno de los momentos m¨¢s pol¨¦micos en la historia del evento.
Cuando el p¨²blico comenz¨® a pedir la Gaviota ¡ªque de manera excepcional la organizaci¨®n, la alcaldesa y el p¨²blico le hab¨ªan entregado ya a la humorista Gloria Benavides dos d¨ªas antes¡ª El Puma la quiso para s¨ª tambi¨¦n. Y alent¨® la reacci¨®n popular. Se qued¨® sobre el escenario, en silencio, durante m¨¢s de veinte minutos, y cuando vio que la alcaldesa Mar¨ªa Eugenia Garrido, designada por el r¨¦gimen de Pinochet, no estaba dispuesta a entregarla, pronunci¨® la c¨¦lebre frase ¡°a veces hay que escuchar la voz del pueblo¡±.
Alcaldesa de la dictadura, Garrido finalmente cedi¨®, subi¨® al escenario y sin muchas ganas otorg¨® el galard¨®n al cantante, en un festival que estuvo marcado por las alusiones pol¨ªticas y los gestos sobre el escenario. Dos a?os m¨¢s tarde, el cantante Enrique Iglesias, al recibir la Gaviota de Plata y dejando en claro que no conoc¨ªa ni su historia ni la de su padre, Julio, sobre ese escenario, decidi¨® devolv¨¦rsela al p¨²blico. La arroj¨® a la platea hiriendo a dos mujeres, una en su cara y otra en los dedos de la mano.
A Miguel Bos¨¦, otro que cumpli¨® varios ciclos en la Quinta Vergara, se le homenaje¨® en el 2018 en su d¨¦cima presentaci¨®n, anunciando que ser¨ªa la ¨²ltima. Como ya no le quedaban premios por recibir le obsequiaron un collage de fotos, que qued¨® en la historia del festival como el premio m¨¢s ordinario jam¨¢s entregado. No se repiti¨® la experiencia.
Por eso, cuando la gente, emocionada y vibrante con la actuaci¨®n de Myriam Hern¨¢ndez, la cantante chilena m¨¢s reconocida en Latinoam¨¦rica, pidi¨® la Gaviota de Platino, las autoridades quisieron hacer un nuevo gesto. Acompa?ada de una c¨¢mara en vivo que la segu¨ªa a sus espaldas, la alcaldesa Macarena Ripamonti, representante de la colaci¨®n gobernante por el Frente Amplio, recientemente reelegida por voto popular, quiso distanciarse del circo romano instaurado por la dictadura.
Al final de su recorrido lleg¨® a una oficina donde sesionaba el comit¨¦ organizador del festival, y haciendo una charada burocr¨¢tica, procedi¨® a firmar el decreto edilicio que otorgaba el premio a la artista, quien, sobre el escenario, esperaba con paciencia que terminara el tr¨¢mite burocr¨¢tico que pondr¨ªa broche a su actuaci¨®n. Acompa?ada por sus dos hijos y sobrellevando su reciente separaci¨®n de quien era su manager y esposo por 35 a?os, Jorge Saint Jean.
Perplejo, el p¨²blico presente y el televidente comprendi¨® at¨®nito que se trataba de una puesta en escena, y no un homenaje a la ¡®permisolog¨ªa¡¯, un t¨¦rmino que se ha puesto de moda en la pol¨ªtica en los ¨²ltimos a?os para dar cuenta del exceso de tr¨¢mites que se debe cumplir en la administraci¨®n p¨²blica para ciertas materias.
Con el decreto firmado y timbrado, se procedi¨® a la entrega de la anhelada gaviota. A diferencia de la dictadura de 1988, donde s¨®lo se requer¨ªa del pulgar arriba de la autoridad edilicia. Tras cuatro presentaciones en Vi?a (89,91,94 y 2001), cinco a?os de animadora entre el 2002 y el 2006, una como jurado y dos acompa?ando a otras estrellas (Jos¨¦ Feliciano y Karol G), Myriam Hern¨¢ndez recibi¨® una Gaviota de Platino, tras haber cumplido con todos los ¡®requisitos¡¯ establecidos por la ordenanza municipal. Lo atestigua un decreto con timbre, firma y autorizaci¨®n notarial. Como corresponde.
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