Poemas para ¡®desenterrar¡¯ a los muertos por la violencia en Colombia
Una mujer que perdi¨® a su marido y a su hijo pretende rehabilitar su cementerio con los ingresos de un libro que ha escrito
Odilia Le¨®n no escribe para sanar. A los 64 a?os y con su vida marcada por la guerra en Colombia dice que es dif¨ªcil curar lo que el conflicto dej¨®. Su esposo, Parm¨¦nides Cuenca, integrante del partido pol¨ªtico de izquierda Uni¨®n Patri¨®tica (UP), fue asesinado a finales de los a?os ochenta a tiros por la espalda. Su hijo, despu¨¦s de ser testigo de presiones e intimidaciones a su familia por cuestiones ideol¨®gicas, termin¨® metido en las FARC y muri¨® en combate. ¡°Perd¨ª todo por la guerra¡±. La guerra que lleva uniforme camuflado, como el que su hijo us¨® durante cuatro a?os, y la de las ideas. Seg¨²n ella, sus hermanos y sobrinos tambi¨¦n fueron asesinados, uno a uno, por cuestiones pol¨ªticas. ¡°Ser de izquierda era visto como ser guerrillero¡±, dice. Estuvo dos veces en la c¨¢rcel se?alada de ide¨®loga de grupos ilegales, pero las pruebas nunca fueron suficientes y siempre logr¨® demostrar su inocencia.
Con una cicatriz en la pierna derecha que le recuerda la noche en que una balacera la dej¨® en el piso y mat¨® a su esposo, Odilia Le¨®n trabaja de d¨ªa en el archivo de una oficina de la Alcald¨ªa de Bogot¨¢ y en el tiempo libre escribe. No para sanar, como lo dice con insistencia, sino para ¡°desenterrar¡± a los muertos que ha dejado m¨¢s de 50 a?os de violencia en Colombia. Con Paloma sin nido, un libro de poemas publicado de forma independiente y con el que se estrena en el mundo editorial, busca recursos para adecuar un cementerio en el Meta, donde fue enterrado su hijo. ¡°Es un lugar que quiero que al menos est¨¦ bien por la memoria de ¨¦l y de otras tantas personas que murieron en medio del conflicto¡±.
Le¨®n, que no tuvo formaci¨®n profesional, pero que el inter¨¦s por el tema pol¨ªtico la llev¨® en los a?os ochenta a seminarios internacionales, escribi¨® y guard¨® durante a?os sus impresiones de un pa¨ªs marcado por la muerte. Sus percepciones fueron llevadas al texto que el pr¨®ximo 4 de febrero ser¨¢ presentado en Bogot¨¢ con el respaldo del Centro de Memoria, Paz y Reconciliaci¨®n.
¡°A muchos se nos neg¨® el derecho a estudiar, a tener una vida normal, pero no pudieron quitarnos la posibilidad de observar y de contar lo que pas¨® en Colombia¡±, advierte. Desde muy joven estar de un lado de la pol¨ªtica la oblig¨® a desplazarse de su pueblo, La Palma, en el centro del pa¨ªs. Recorri¨® varias regiones buscando donde hablar sin ser juzgada, hasta que la violencia le demostr¨® que pod¨ªa quitarle a su familia y decidi¨® radicarse en Bogot¨¢. All¨ª estableci¨® un negocio de costura, hasta que los problemas de salud y la presi¨®n que todav¨ªa la persegu¨ªa la obligaron a abandonarlo.
Como invitada ocasional a clases universitarias habla de su experiencia y dice lo que piensa de este pa¨ªs. Relata c¨®mo es la vida con hijo muerto en la guerrilla y un esposo asesinado por defender sus ideas haciendo pol¨ªtica. ¡°Los j¨®venes de ahora deben conocer lo que pas¨® en Colombia, pero por boca de las v¨ªctimas no del Estado¡±. ¡°La historia tenemos que contarla nosotros. Ojal¨¢ cada persona que sufri¨® la violencia del pa¨ªs tuviera la posibilidad de hablar, de sacar todo lo que tiene adentro, de ¡®resucitar¡¯ a sus muertos¡±, dice. Ella lo pretende hacer con poemas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.