Los ¡°trapitos¡± que extorsionan por dejar el coche indignan a Argentina
Una brutal agresi¨®n a un joven que se neg¨® a pagar calienta el debate de un problema que se ha convertido casi en un asunto de Estado imposible de resolver
El ¨²nico debate electoral, en noviembre, entre los dos principales candidatos a presidir Argentina, Mauricio Macri y Daniel Scioli, tuvo un momento estelar. "No pudiste terminar con los trapitos y hablas de solucionar el narcotr¨¢fico", le espet¨® Scioli, entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, a Macri, entonces alcalde de la capital. Los trapitos, personas que exigen dinero a cambio de cuidar el coche en la calle y suelen llevar un trapo en la mano, son un problema frecuente en grandes capitales del mundo pero en Argentina se est¨¢ convirtiendo en un asunto de Estado, tanto que fue clave en ese debate, donde Macri no supo qu¨¦ responder. Despu¨¦s gan¨® las elecciones y dej¨® en la alcald¨ªa a su mano derecha, Horacio Rodr¨ªguez Larreta, pero el problema sigue. Los trapitos se han convertido en un grupo de extorsi¨®n generalizado que est¨¢ ya en casi todos los barrios de la capital y tambi¨¦n en el llamado conurbano, la concentraci¨®n urbana aldededor de Buenos Aires, que conforma as¨ª una de las mayores megal¨®polis del planeta.
Una brutal agresi¨®n a un joven que se negaba a pagar la tarifa marcada por los trapitos en San Martin (al noroeste de la capital) ha puesto de nuevo en primer plano el problema que a¨²n nadie ha sido capaz de resolver y en el que claramente hay una connivencia policial y pol¨ªtica. Los trapitos suelen tener vinculaciones directas con el mundo de los barra bravas (ultras del f¨²tbol) que tienen potentes v¨ªnculos pol¨ªticos porque se utilizan para batallas locales entre dirigentes de partidos o sindicatos.
La agresi¨®n a Leonel Biassutti, de 26 a?os, tiene todos los componentes para mostrar la realidad del submundo de los trapitos, que recaudan miles de pesos a lo largo del a?o con tarifas que van desde los 40 pesos (poco menos de 3 d¨®lares) por aparcar en la v¨ªa p¨²blica en una zona de discotecas o actividades infantiles -el zoo por ejemplo- hasta los 100 pesos en los alrededores de un estadio o un concierto de m¨²sica (poco m¨¢s de 7 d¨®lares).
Todos cuentan con una importantes organizaci¨®n detr¨¢s. En los alrededores de La Bombonera, el estadio de Boca Juniors, por ejemplo, los trapitos piden al cliente que deje el coche en tercera o cuarta fila sin freno de mano y ellos los van moviendo por toda la calle a medida que la gente abandona el estadio. Incluso entregan al cliente su n¨²mero de tel¨¦fono para mayor garant¨ªa. Todo a plena luz del d¨ªa y con la evidente connivencia policial. En algunos lugares, sobre todo parques p¨²blicos los fines de semana, son m¨¢s suaves y solo piden "la voluntad", esto es algo opcional. Otros son mucho m¨¢s agresivos, especialmente en los barrios de restaurantes y discotecas. Aunque uno aparque correctamente su coche en una zona permitida, aparecer¨¢ el trapito para cobrar la tarifa. Casi nadie se niega por miedo a que le destruyan el coche en cuanto desaparezca.
El agredido en San Mart¨ªn sin embargo se resisti¨® a pagar a una mujer que hac¨ªa de trapito en una zona de discotecas. Apareci¨® su supuesto jefe, un hombre corpulento, y le peg¨® un pu?etazo que lo tumb¨®. Tiene fracturada la mand¨ªbula y la ¨®rbita del ojo y cinco puntos en la nuca. Tendr¨¢ una fijaci¨®n en la boca durante 40 d¨ªas. Esta situaci¨®n ser¨ªa una m¨¢s si no fuera porque la agresi¨®n qued¨® registrada en un v¨ªdeo que ha indignado a los argentinos.
La historia se cierra al saber que el agresor, Fernando Abelik, trabaja en el ayuntamiento precisamente en el ¨¢rea de Tr¨¢nsito (tr¨¢fico), lo que apunta a una organizaci¨®n dentro del propio municipio para cobrar esa tarifa ilegal por estacionar en la calle. El agresor niega que tenga que ver nada con los trapitos y asegura que solo defendi¨® a la mujer, pero ha sido detenido.
Ahora los pol¨ªticos de uno y otro bando se tiran el problema a la cabeza. En San Mart¨ªn gobierna Gabriel Katopodis, un hombre que despu¨¦s de estar aliado con el kirchnerismo y romper con ellos volvi¨® a pactar en las ¨²ltimas elecciones con el grupo que lidera Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner. Katopodis asegur¨® que el empleado municipal ser¨¢ despedido y remat¨®: "Estos tipos van a terminar en la c¨¢rcel".
El macrismo reaviv¨® su intenci¨®n de aprobar una ley contra los trapitos, algo que ya se intent¨® sin ¨¦xito en cinco ocasiones. Los trapitos suelen quedar sin sanci¨®n porque es muy dif¨ªcil probar que el pago no fue voluntario sino fruto de una extorsi¨®n. Un problema sin aparente soluci¨®n que ya es un tema de m¨¢xima relevancia para los ciudadanos.
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