El giro de Tsipras
El primer ministro griego cambia la posici¨®n frente a Israel e inquieta a la UE por su relaci¨®n con Rusia
En la primavera de 2011, un a?o despu¨¦s del hundimiento de la flotilla humanitaria del Mavi M¨¢rmara por Israel, el entonces l¨ªder de Syriza, Alexis Tsipras, recib¨ªa con frecuencia a variadas delegaciones de la izquierda europea, embarcadas en esas fechas en proyectos de desigual ¨¦xito para reeditar el frustrado env¨ªo turco de ayuda a Gaza; la iniciativa no lleg¨® a puerto, pero los contactos proliferaron como la espuma. Por los pasillos de la quinta planta de Kumunduru, la sede ateniense de Syriza donde estaba el despacho del jefe, no era dif¨ªcil encontrarse con discretas comitivas de Izquierda Unida ¡ªPodemos a esas alturas a¨²n no exist¨ªa ni como germen¡ª lideradas por Willy Meyer, a la saz¨®n europarlamentario. Con precarios barcos prestados, amarrados indefinidamente en el puerto del Pireo, la izquierda europea pretend¨ªa acudir en ayuda de los palestinos de la Franja. Y Syriza era parte fundamental de esa iniciativa.
Apenas un lustro despu¨¦s, investido ya como hombre de Estado, es Tsipras el que acude a Israel para mantener conversaciones al m¨¢s alto nivel con su hom¨®logo Benjam¨ªn Netanyahu. El l¨ªder de Syriza parece haberle cogido afici¨®n a la ruta; es la segunda vez que visita oficialmente el Estado hebreo en menos de tres meses, en esta ocasi¨®n para una cumbre bilateral. La cartera de intereses comunes ¡ªseguridad, defensa, energ¨ªa, turismo¡ª es tan abultada que explica sobradamente la frecuencia de los viajes, pero no el cambio de rumbo de un pol¨ªtico que ha pasado de proponer ¡ªcuando estaba en la oposici¨®n¡ª la ruptura de toda cooperaci¨®n militar con Israel (as¨ª aparec¨ªa en el programa electoral de 2012) a convertir a este pa¨ªs en socio de altura, suscribiendo con ¨¦l importantes convenios de defensa y la realizaci¨®n de maniobras militares conjuntas. Desde que Syriza lleg¨® al poder, hace ahora un a?o, ha habido tambi¨¦n un fluido peregrinaje de ministros griegos (Defensa, Exteriores, Energ¨ªa) a aquel pa¨ªs.
El giro de Tsipras resulta a¨²n m¨¢s llamativo si se tiene en cuenta la tradicional adhesi¨®n de Grecia a las diversas causas ¨¢rabes, muy especialmente la palestina (el filoarabismo fue uno de los sellos del carism¨¢tico Andreas Papandreu en los ochenta, cuando el socialista Pasok parec¨ªa de verdad un partido de izquierda). Pero su pol¨ªtica exterior es una caja de sorpresas: Rusia, Ir¨¢n o Egipto son hoy tambi¨¦n socios privilegiados, en una especie de minimovimiento no alineado que ha puesto los pelos de punta a Bruselas. La presunta connivencia griega con el n¨²cleo duro del Kremlin ¡ªAtenas ha criticado repetidamente las sanciones a Mosc¨² por el conflicto en el este de Ucrania¡ª no ha sido bien acogida en Europa, aunque con respecto al poco presentable Abdelfat¨¢ al Sisi, el presidente egipcio ¡ªotro estrecho socio de Atenas¡ª, el resto de pa¨ªses europeos no puedan decir mucho, pues tambi¨¦n lo frecuentan. Antes incluso de que se levantaran las sanciones internacionales, Ir¨¢n fue destino del ministro de Energ¨ªa griego, por razones obvias.
En una curiosa diplomacia triangular, gran parte de la pol¨ªtica exterior griega pasa por Chipre debido a los evidentes intereses econ¨®micos que ha suscitado el hallazgo de gas natural en sus aguas, y tambi¨¦n en las israel¨ªes. En apenas un a?o Grecia ha celebrado varias trilaterales con Egipto y Chipre, y en paralelo tambi¨¦n con Chipre e Israel, como la que este jueves se desarrollar¨¢ en la dividida isla, que los intereses en torno al gas podr¨ªan ayudar a reunificar. La realpolitik a la oriental de Tsipras se ha impuesto pues en el flanco oriental del Mediterr¨¢neo, y en ello mucho tiene que ver tambi¨¦n esa peculiar estrategia que hace de los enemigos de tu enemigo tus amigos: Israel y Grecia, frente a Turqu¨ªa, o contra ella. Turqu¨ªa es tel¨®n de fondo en la animadversi¨®n com¨²n de griegos e israel¨ªes, y un escenario estrat¨¦gico en una zona tan delicada geogr¨¢ficamente como explosiva, por la doble presi¨®n del ISIS y la grave crisis migratoria.
Decir digo donde se dijo diego no resulta nada extra?o en pol¨ªtica, pero s¨ª lograr el dif¨ªcil equilibrio de contentar a todos, un ejercicio que, de la mejor manera oriental, Tsipras intenta al mantener tambi¨¦n ¡ªo preservar cuando menos¡ª las buenas relaciones con los palestinos. As¨ª, recibi¨® con todos los honores en Atenas al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, cuando, a finales de diciembre, el dirigente de Fatah visit¨® oficialmente Grecia con motivo del reconocimiento simb¨®lico de Palestina como Estado por parte del Parlamento griego, una moci¨®n no vinculante que en nada obliga al Gobierno de Atenas. Para curarse en salud ante Netanyahu, el propio Tsipras subray¨® que a¨²n queda tiempo para el reconocimiento oficial, ya que se trata de "un asunto muy complejo cuya soluci¨®n debe satisfacer a todas las partes".
Aun sin corbata, el Tsipras que en 2011 recib¨ªa a Willy Meyer ¡ªy otros conspicuos miembros de IU y de otras fuerzas internacionalistas europeas¡ª ya no es el que este mi¨¦rcoles se reuni¨® con Bibi Netanyahu en Israel. Si la pol¨ªtica hace extra?os compa?eros de viaje, el poder puede llegar al extremo de quitarte hasta el equipaje, el ideol¨®gico al menos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.