La Haya juzga por primera vez a un expresidente, el marfile?o Gbagbo
El expresidente rechaza los cr¨ªmenes que se le imputan cuando perdi¨® las elecciones de 2010
Laurent Gbagbo, expresidente de Costa de Marfil, ha rechazado este jueves la acusaci¨®n de cr¨ªmenes contra la humanidad que pesa sobre ¨¦l ante la Corte Penal Internacional (CPI). Es la primera vez que la instituci¨®n juzga a un exjefe de Estado, y el costamarfile?o, de 70 a?os, se ha mostrado en todo momento seguro de s¨ª mismo cuando la fiscal¨ªa ha desgranado el pliego de cargos: asesinatos, violaci¨®n, persecuci¨®n y otros actos inhumanos, presuntamente cometidos por sus leales tras su derrota en las elecciones legislativas de 2010.
El plan para mantenerle en el poder deriv¨® en una ¡°campa?a sistem¨¢tica contra los civiles que apoyaron a su rival (y actual presidente) Alassane Ouattara, pero tambi¨¦n en persecuci¨®n por motivos religiosos, ¨¦tnicos y xen¨®fobos¡±. Hubo 3.000 muertos y la acusaci¨®n sostiene que Gbagbo prepar¨® la estrategia violenta, y sus aliados crearon la estructura necesaria para llevarla a cabo. Uno de los m¨¢s cercanos fue Charles Bl¨¦ Goud¨¦, de 44 a?os, antiguo ministro de la Juventud, ¡°que transmit¨ªa sus ¨®rdenes y reclut¨® a j¨®venes para que entraran en combate¡±. Acusado de los mismos delitos que su jefe, ha negado los cargos diciendo que ¡°no los reconoc¨ªa¡±.
¡°Estamos aqu¨ª para decirle a todos los que pretenden mantenerse en el poder por medio del uso de la fuerza, que ser¨¢n juzgados por ello ante la justicia internacional. Para recordar que los cr¨ªmenes que amenazan la paz de todos se cometen contra la humanidad entera. No es un proceso pol¨ªtico, sino legal, y por eso mi oficina investiga asimismo los desmanes cometidos por los rivales de estos acusados¡±, ha dicho Fatou Bensouda, fiscal jefe de la Corte. Sus palabras eran una advertencia para otro jefe de Estado, el sudan¨¦s Omar Al Bashir, en ejercicio a pesar de estar acusado de genocidio por la CPI, y sobre el que pesa una orden internacional de busca y captura.
El alegato subraya tambi¨¦n el reto afrontado por la Corte para acabar con la impunidad de los poderosos. Por eso Bensouda ha confirmado que ¡°se busca a todos los culpables y que el caso de Costa de Marfil sigue abierto¡±. Si bien ha pedido tiempo para progresar en las investigaciones sobre los desmanes del bando de los fieles a Ouattara, nadie ha sido acusado todav¨ªa. Consciente de ello ha concluido asegurando que ¡°no pararemos hasta lograrlo¡±.
Hace seis a?os, Laurent Gbagbo se neg¨® a abandonar la presidencia de su pa¨ªs despu¨¦s de haber logrado el 46% de los sufragios, contra el 54% de los obtenidos por Ouattara. Durante los cuatro meses siguientes a su derrota, ocurrida en noviembre de 2010, Costa de Marfil sufri¨® los efectos de una ola de violencia que los fiscales de la Corte califican de ¡°empresa criminal concebida para que siguiera en su puesto nombrando y ascendiendo a pol¨ªticos, o bien milicianos, para que se lanzaran contra los manifestantes¡±. En esos d¨ªas, el acusado calific¨® a sus contrarios de ¡°terroristas y enemigos de la Rep¨²blica, y anim¨® e incit¨® a sus partidarios a cometer cr¨ªmenes de los que, asegur¨®, no tendr¨ªan que responder¡±. Despu¨¦s, entorpeci¨® las investigaciones sobre lo ocurrido.
Bl¨¦ Goud¨¦, que gozaba de gran predicamento en virtud de su cargo, apoy¨® con sus discursos el plan criminal. ¡°Cre¨® una atm¨®sfera favorable utilizando una ret¨®rica xen¨®foba, animando a los j¨®venes a buscar extranjeros entre la poblaci¨®n misma, y haciendo uso de los medios de comunicaci¨®n para propagar el odio¡±. Como consecuencia de ello, entre las 3.000 v¨ªctimas hab¨ªa civiles originarios de Mali, Burkina Faso y Nigeria.
El equipo de la defensa de ambos acusados ha criticado la presencia de las v¨ªctimas en el proceso (una de las caracter¨ªsticas especiales de la CPI) ¡°como si fueran una tercera parte implicada, y no como meros participantes¡±. Seg¨²n los letrados, que tengan acceso a los documentos oficiales, incluidos los confidenciales, desequilibrar¨¢ el procedimiento. ¡°La defensa trabaja ante dos partes, el fiscal y la v¨ªctimas, que buscan una condena a toda costa. Y as¨ª no prevalece la presunci¨®n de inocencia¡±, han se?alado. El proceso puede ser largo, aunque los magistrados de la Sala han advertido de que no tolerar¨¢n retrasos innecesarios.
La guerra civil que estall¨® en 2002 en Costa de Marfil puso fin a varias d¨¦cadas de estabilidad pol¨ªtica y social. Los rebeldes, que controlaban el norte, de mayor¨ªa musulmana, y las tropas del Gobierno, atrincheradas en el sur, sobre todo cristianas, pelearon hasta 2007. Durante una tregua fallida, en 2003 se intent¨® lograr un Gobierno de reconciliaci¨®n nacional. Ambos bandos acordaron formarlo por fin a partir de 2007, pero el camino hacia las elecciones de 2010 estuvo plagado de incidentes. En 2010, el choque entre los partidarios de Gbagbo y de Ouattara desemboc¨®, de facto, en una segunda guerra civil. Por la violencia all¨ª desatada responden, ¡°como individuos y no como revancha pol¨ªtica¡±, en palabras de la fiscal¨ªa, el presidente depuesto y su lugarteniente, Bl¨¦ Goud¨¦.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.