¡°Quieren destruir la revoluci¨®n cubana con el abrazo del oso¡±
Considerado el jefe de la red de cinco agentes de la Isla detenidos en EE UU, se proclama revolucionario con las mismas convicciones que hace casi 20 a?os
¡°Quieren destruirnos con el abrazo del oso¡±. Gerardo Hern¨¢ndez, de 50 a?os, militante desde los 15, no es un miembro m¨¢s del Partido Comunista de Cuba (PCC), ni las intenciones que atribuye a Estados Unidos son ret¨®ricas. Considerado el jefe operativo de la red de cinco agentes cubanos detenidos en 1988 por el FBI, condecorados todos en la isla con el t¨ªtulo de H¨¦roes de la Rep¨²blica, y liberados en el marco de la distensi¨®n binacional anunciada el 17 de diciembre de 2014, Hern¨¢ndez tiene acceso a Ra¨²l Castro y al v¨¦rtice del partido. Se proclama revolucionario con las convicciones que hace casi 20 a?os le llevaron a aceptar una misi¨®n peligrosa: infiltrarse entre los grupos anticastristas m¨¢s violentos de Florida e informar sobre sus actividades.
Su excarcelaci¨®n despu¨¦s de 16 a?os en prisi¨®n fue la principal exigencia del r¨¦gimen cubano para abrir el proceso hacia la normalizaci¨®n diplom¨¢tica. El caso de Hern¨¢ndez era el m¨¢s complejo y la pena impuesta por un tribunal federal, la m¨¢s dura: dos cadenas perpetuas con cargos de espionaje, conspiraci¨®n para el asesinato y falsedad documental. Hace pocos d¨ªas viaj¨® a Espa?a para agradecer la solidaridad de sus simpatizantes y visitar Gran Canarias, donde naci¨® su madre, fallecida en 2009. Hern¨¢ndez considera que la nueva pol¨ªtica norteamericana, el turismo, los intercambios diplom¨¢ticos, comerciales, culturales y deportivos, se asemejan al ¡°abrazo del oso¡± porque su objetivo es socavar el sistema desde dentro.
¡°Tenemos razones para ser muy cautelosos. Estados Unidos siempre ha visto a mi pa¨ªs como su patio trasero y hay poderosos intereses que ven ahora una oportunidad para lograr lo que no han podido por otros medios durante medio siglo¡±, declara durante una entrevista en la embajada de Cuba en Madrid. ¡°Muchas personas quieren un acercamiento real, pero congresistas con influencia y tambi¨¦n la propia Administraci¨®n no ha renunciado a sus objetivos con Cuba. Y el objetivo siempre ha sido destruir la revoluci¨®n. Est¨¢n apostando a que ahora podr¨¢n hacerlo con el abrazo del oso¡±. La biograf¨ªa de Hern¨¢ndez no presenta fisuras ideol¨®gicas: destaca en la Uni¨®n de J¨®venes Comunistas, (UJC), cumple 54 misiones de combate en Angola (1989) y a mediados de los noventa dirige en EE UU la denominada red de espionaje Avispa.
Contrariamente a quienes sospechan de compromisos todav¨ªa sin desvelar, sostiene que las negociaciones entre Estados Unidos y Cuba comenzaron sin condiciones previas ni temas inabordables, pero sin que el Gobierno cubano aceptara promover aperturas pol¨ªticas en la isla a cambio del levantamiento de sanciones. ¡°No s¨¦ lo que tendr¨¢n ellos en mente, pero yo le aseguro que este proceso se inici¨® sobre la base de que se discutir¨ªa de igual a igual, sin precondiciones, con respeto y soberan¨ªa¡±. En enero de 2015 naci¨® su ¨²nica hija, concebida a la distancia, desde la c¨¢rcel, porque se prohibi¨® cualquier visita de su esposa. La reproducci¨®n asistida fue autorizada durante las conversaciones secretas previas al anuncio oficial de 2014
El exagente de inteligencia desconf¨ªa de Washington. ¡°Hay partidas, grandes sumas, p¨²blicas o no, dedicadas a la subversi¨®n en Cuba, pero los cambios que vayan a ocurrir ocurrir¨¢n por la voluntad y el deseo de los cubanos¡±. No cree en el pluripartidismo porque dice que atenta contra ¡°nuestra propia historia. Ya Mart¨ª habl¨® del partido de la naci¨®n cubana. No tengo una bola de cristal para predecir el futuro y los cambios y consensos que pueda haber en nuestra poblaci¨®n. Las circunstancias cambian, y nuestra propia realidad, pero ahora la gran mayor¨ªa de los cubanos quiere que nuestro sistema siga siendo socialista¡±. A continuaci¨®n, la entrevista con este baluarte revolucionario.
Pregunta. ?Puede cuantificar el apoyo social de la revoluci¨®n?
Respuesta. No podr¨ªa decirle si en el a?o 70 tuvo un 90% y ahora un 77%. No creo que nadie tenga los n¨²meros, pero puede estar convencido de que sin la mayor¨ªa del pueblo la revoluci¨®n no resiste.
P. Entonces habr¨ªa que consultar al pueblo para confirmar esa mayor¨ªa, ?no?
R. Ya se hizo. Uno de los procesos de consulta popular fue para discutir los lineamientos (documentos del VI Congreso del partido de 2011) Se recogieron millones de opiniones de la poblaci¨®n sobre hacia donde quiere que Cuba vaya y qu¨¦ modificaciones hacemos.
P. ?Es posible incorporar la participaci¨®n pol¨ªtica de sectores ajenos al partido?
R. Nuestro sistema electoral establece esa posibilidad. Hay casos de personas sin afiliaci¨®n que se han propuesto a nivel de comunidad. No es una limitaci¨®n no ser del partido.
P. Pero la gente se inhibe porque cree que no hay nada que hacer.
R. Ser¨ªa il¨®gico que un Gobierno al que cost¨® una guerra hacer una revoluci¨®n estimulara su propia oposici¨®n.
P. Propone perfeccionar el socialismo. ?A qu¨¦ socialismo se refiere?
R. Yo insisto en el apellido de cubano porque ya cometimos el error de copiar de otras latitudes y no nos sali¨® bien. Tiene que incorporar cualquier mecanismo siempre que beneficie a la mayor¨ªa y cuente con el apoyo de la mayor¨ªa
P. ?Y los medios de producci¨®n en manos del Estado?
R. No est¨¢ en los planes de nuestra revoluci¨®n privatizarlos. Eso ir¨ªa en contra de los principios fundamentales del socialismo.
P. Tambi¨¦n las desigualdades sociales originadas con la privatizaci¨®n de los servicios van contra el socialismo. ?No?
P. Son riesgos que se corren. Lo importante es darle a la gente la igualdad de oportunidades. El igualitarismo a ciegas no conduce a nada. Si un hombre est¨¢ haciendo dinero con su trabajo sin explotar a nadie bienvenido sea.
P. Da la impresi¨®n de que la juventud cubana vive ajena a la ideolog¨ªa.
R. Ellos [EE UU] conf¨ªan en el cambio generacional de nuestra dirigencia hist¨®rica: en que los j¨®venes cubanos tienen otra mentalidad, y no tienen el mismo compromiso con la revoluci¨®n. A eso aspiran. Y es algo para lo que debemos prepararnos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.