El futuro de Siria no importa
Parece vislumbrase un pacto por el que EE UU acepta que Rusia sirva a Bachar el Asad para desmantelar la amenaza de Daesh
La actual ofensiva del r¨¦gimen sobre Alepo marca un salto cualitativo en la etapa iniciada en octubre pasado, con la irrupci¨®n militar de Rusia. Si antes fueron los pasdaran iran¨ªes y el Hezbol¨¢ liban¨¦s quienes le permitieron revertir una negativa tendencia que le llev¨® a abandonar las provincias del este, sin por ello poder asegurar el control de su n¨²cleo vital (Damasco, el corredor que conecta con Alepo y Latakia), ahora Mosc¨² le permite pasar al ataque generalizado.
As¨ª viene ocurriendo en el sur, al retomar el control de buena parte de las provincias de Quneitra y Deraa, expulsando a las fuerzas del insurgente Frente Sur del Ej¨¦rcito Libre de Siria. Simult¨¢neamente, en el este se detectan movimientos en la provincia de Al Hasaka, donde estadounidenses y rusos (por separado) habilitan instalaciones a¨¦reas que hacen pensar en inminentes ataques contra Daesh (tambi¨¦n conocido como ISIS), utilizando como carne de ca?¨®n local a milicianos kurdos de las Unidades de Protecci¨®n Popular (UPP), que ya controlan una amplia zona desde la frontera con Irak hasta el r¨ªo ?ufrates. Los movimientos de estos ¨²ltimos generan notables recelos en Ankara, que a su vez desarrolla operaciones de limpieza de zonas minadas en su frontera con Siria, como preparativo de una probable ofensiva para crear una zona segura en la que ubicar a quienes huyen de la violencia, y para frenar a las UPP en su intento de proseguir hacia el oeste.
Volviendo a Alepo, el r¨¦gimen cuenta no solo con apoyo a¨¦reo y artillero ruso e iran¨ª, sino tambi¨¦n con intervenci¨®n directa de sus fuerzas terrestres, suministro de armas, inteligencia y asesor¨ªa operativa. Aprovecha asimismo el empuje de las UPP hacia Manbij (controlada a¨²n por Daesh) y de las fuerzas de rebeldes de Mare Operations Room (respaldadas por Turqu¨ªa) a lo largo de la frontera com¨²n turcosiria. Es eso lo que le est¨¢ permitiendo expulsar a Daesh, Al Nusra y otros grupos rebeldes de localidades del norte de Alepo, cortar sus v¨ªas de suministro y aspirar a recuperar la segunda ciudad del pa¨ªs.
Mientras tanto, en Londres se han repetido promesas de ayuda que pronto quedar¨¢n en nada, en Ginebra se han suspendido las negociaciones por desacuerdo sobre qui¨¦n debe estar sentado a la mesa y en la frontera turca vuelven a agolparse los civiles sirios desesperados por escapar del conflicto. Un conflicto en el que parece vislumbrarse un pacto por el que Washington acepta que Mosc¨² sirva a Bachar el Asad (sin olvidar a las milicias de las UPP, a las tropas turcas ¡ªsi finalmente Rusia garantiza una entente que evite choques directos¡ª y hasta las saud¨ªes y emirat¨ªes) para desmantelar la amenaza de Daesh. Lo dem¨¢s, incluyendo el futuro de Siria y de los sirios, no importa.
Jes¨²s A. N¨²?ez Villaverde es codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acci¨®n Humanitaria (IECAH).
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