El Papa que adora a Caravaggio ante M¨¦xico, el pa¨ªs de los claroscuros
Figuras de la cultura opinan sobre la visita de Bergoglio Hay optimistas con razones. Y pesimistas con razones
El Papa que adora a Caravaggio se acerca al pa¨ªs de los claroscuros, y en una consulta entre figuras de la cultura mexicana afloran deseos de que su visita sirva para alumbrar rincones de sombra. ¡°Es una ocasi¨®n para enfocar nuestros problemas, como la desaparici¨®n de los estudiantes de Ayotzinapa o la corrupci¨®n end¨¦mica¡±, opina el m¨²sico Camilo Lara, ateo convencido y experto remezclador de electr¨®nica con ritmos populares.?Dice Lara que si le encargasen hacer de dj para recibir a Francisco, pondr¨ªa la misma canci¨®n que se puso de moda en 1979 con la primera visita de Juan Pablo II, Amigo, de Roberto Carlos, pero sin bases electr¨®nicas: ¡°Es tan buena que s¨®lo le dar¨ªa a play¡±.
Bilbao: "M¨¦xico necesita a alguien que le toque los puntos d¨¦biles"
Si bien cabe esperar que el Papa argentino no deje un impacto tan grande en el imaginario popular como Wojtyla, cuyo rostro lleg¨® a estamparse en este pa¨ªs hasta en las bolsas de patatas fritas, se conf¨ªa en que su contribuci¨®n cr¨ªtica sea de alcance: ¡°Es muy bonito que te pinten una realidad que no existe, pero lo que necesitamos en M¨¦xico es alguien que nos toque los puntos d¨¦biles¡±, dice la arquitecta Tatiana Bilbao, que destaca el hecho de que Jorge Mario Bergoglio haya incluido en su ruta a Ciudad Ju¨¢rez, ¡°un lugar en el que se concentran todas las realidades del pa¨ªs: migraci¨®n, desigualdad, violencia, feminicidio y droga¡±.
Loaeza: "El Papa es aire fresco para la tristeza perenne de M¨¦xico"
¡°El Papa es aire fresco para la tristeza perenne de M¨¦xico¡±, afirma la escritora y periodista Guadalupe Loaeza. ¡°Viene a darnos ¨¢nimos en un momento en el que estamos de capa ca¨ªda por la econom¨ªa, por el d¨®lar, por los desaparecidos, abrumados de malas noticias. Todo esto nos est¨¢ doliendo mucho, y para un pa¨ªs cat¨®lico como el nuestro, s¨®lo escucharlo, a un Papa tan natural, tan espont¨¢neo como ¨¦l, que habla castellano, al que le gusta el f¨²tbol y que incluso ha mencionado el tequila, todo eso, por m¨¢s que en M¨¦xico no haya un gusto especial por los argentinos, ser¨¢ fundamental. Porque Francisco, adem¨¢s, dice cosas que a todos nos conciernen¡±. El gui?o et¨ªlico al que refiere ocurri¨® en enero en Roma, cuando un mexicano dijo al paso del Papa, ¡°?Te esperamos en M¨¦xico!¡±, y el Santo Padre de Buenos Aires improvis¨®: ¡°?Con tequila o sin tequila?¡±.
Boone: "Ser¨¢ una verbena, no una invitaci¨®n a la reflexi¨®n"
Con o sin ¨¦l, tambi¨¦n hay, por supuesto, escepticismo. Como el de Felipe Ehrenberg, un artista de largo recorrido y con huesos de calavera tatuados sobre la mano izquierda, que dice: ¡°Yo viajo a diario en transporte p¨²blico, trayectos largos, rutina multitudinaria, y confieso que no he o¨ªdo ni un m¨ªnimo susurro de expectativa ante la visita del prelado. Si esto tiene alg¨²n significado para la cultura mexicana ser¨¢ acaso por el bombardeo propagand¨ªstico¡±. A Ehrenberg le escuece especialmente que una comisi¨®n cultural de la Iglesia mexicana haya organizado en las mismas fechas de la visita papal una exposici¨®n de Yoko Ono. ¡°Es un dato que no me parece coincidencial. Ambas celebridades lanzan el mismo preg¨®n de amor y paz, tan sobado en los a?os sesenta y tan vacuo¡±.
Ehrenberg: "El Papa trae el mismo preg¨®n que Yoko Ono: paz y amor..."
Criado en la fe cat¨®lica, pero distanciado de ella desde hace tiempo, el joven poeta Luis Jorge Boone tampoco ve alicientes en la llegada de Francisco: ¡°No comparto el fervor por la visita del l¨ªder de una organizaci¨®n que tiene tantas zonas oscuras. El abuso infantil, sus riquezas inmensas, la discriminaci¨®n y la condenaci¨®n de la diferencia. Veo que la visita se toma como una verbena, pero no como una invitaci¨®n a la reflexi¨®n. M¨¦xico es un pa¨ªs creyente, y la fe no excluye la acci¨®n, pero me parece que es f¨¢cil perderse en el laberinto de las buenas intenciones¡±. A las esquinas sombr¨ªas tambi¨¦n apunta la escritora Margo Glantz: ¡°Francisco no se va a meter con el tema de Ayotzinapa y eludir¨¢ el problema de la pederastia. Me parece que se lava las manos. Cre¨ª que era un Papa m¨¢s interesante¡±.
Glantz: "Francisco eludir¨¢ los problemas. Va a lavarse las manos"
Qui¨¦n s¨ª defiende la relevancia del acontecimiento es el ensayista Sergio Gonz¨¢lez Rodr¨ªguez, autor de la Biblia period¨ªstica sobre los asesinatos de mujeres en Ciudad Ju¨¢rez, Huesos en el desierto. ¡°Esto tiene importancia por dos razones: en primer lugar, porque cerca de 90 millones de mexicanos son cat¨®licos; en segundo lugar, porque Francisco encarna una postura cr¨ªtica respecto de los excesos del modelo econ¨®mico y pol¨ªtico vigente en el mundo actual, algo significativo para un pa¨ªs como M¨¦xico. Contra la propaganda triunfal del Gobierno, la visita de este Papa implica la posibilidad de un discurso disidente y solidario con las tribulaciones de los mexicanos¡±.
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