La ola de deportaciones revive el movimiento de santuario en iglesias de Estados Unidos
Una guatemalteca refugiada en un templo de Austin con su hijo de 9 a?os se suma a la lista de inmigrantes acogidos por iglesias para evitar la deportaci¨®n
¡°Enfrent¨¦ mucho maltrato violencia familiar y discriminaci¨®n en Guatemala, porque soy ind¨ªgena. Vine a Estados Unidos para pedir ayuda y no me ir¨¦ sin dar la pelea¡±. As¨ª describe Hilda Ram¨ªrez, guatemalteca de 28 a?os, su batalla por quedarse en el pa¨ªs junto a su hijo de 9 a?os, Iv¨¢n. Ambos se albergan desde esta semana en la iglesia St Andrew¡¯s Presbyterian en Austin, Texas. Son el ¨²ltimo ejemplo del movimiento santuario, que implica a las iglesias en la protecci¨®n de inmigrantes y que est¨¢ reviviendo en Estados Unidos ante la ola de deportaciones de las familias centroamericanas que llegaron en la reciente crisis migratoria.
Desde el que ser¨¢ su hogar de manera indefinida, Ram¨ªrez recuerda los 11 meses que estuvo detenida en el centro para familias de Karnes, Texas, desde agosto de 2014, antes de que pudiera salir con un brazalete de vigilancia. ¡°Yo me entregu¨¦, vine a pedir ayuda a la inmigraci¨®n, pero no me esperaba lo que me iba a pasar. Estar en Karnes fue muy triste, muy duro, especialmente para los ni?os. Hab¨ªa muy mala alimentaci¨®n, no ten¨ªamos m¨¦dicos, ni medicina. Los ni?os se enfermaban gritaban, les daba diarrea. Nos despertaban en la noche y nos trataban muy mal¡±, detall¨®.
Al salir de Karnes lleg¨® a Posada Esperanza, un refugio para familias sin hogar, pero el juez de inmigraci¨®n orden¨® su deportaci¨®n y luego escuch¨® sobre las redadas que efectu¨® el gobierno tras el a?o nuevo. ¡°Me dio p¨¢nico¡±, confes¨®.
Fue entonces cuando concluy¨® que su ¨²nica alternativa era albergarse en una iglesia y as¨ª seguir el camino con el que otros 11 inmigrantes indocumentados han conseguido detener su deportaci¨®n, seg¨²n datos de la organizaci¨®n Church World Service. Este grupo est¨¢ enfocado en construir una red de santuarios en iglesias para centroamericanos que enfrentan deportaci¨®n. En esta red han incluido a luteranos, cat¨®licos, metodistas y otros l¨ªderes cristianos.
La organizaci¨®n asegur¨® que desde 2014 han documentado 13 casos de congregaciones que han dado santuario a inmigrantes indocumentados y en 11 de ellos se consigui¨® frenar la deportaci¨®n.
Congregaciones en Atlanta, Phoenix, Chicago, Portland entre otras, han albergado a inmigrantes. S¨®lo un comienzo si se compara con el movimiento visto en los a?os 80 cuando m¨¢s de 500 congregaciones se sumaron al esfuerzo.
Hasta ahora la estrategia parece estar teniendo ¨¦xito. En el memorando emitido por el Servicio de Control de Inmigraci¨®n y Aduanas en 2011 se detall¨® que los agentes evitar¨¢n arrestar personas en iglesias, escuelas, hospitales y demostraciones p¨²blicas.
Pero est¨¢ por verse c¨®mo se desarrollar¨¢ el caso de Ram¨ªrez en un estado como Texas, donde el liderazgo local se opone fuertemente a la inmigraci¨®n ilegal.
El actual vicegobernador republicano Dan Patrick es la voz principal en contra de las ciudades santuario y ha promovido fuertemente una ley que obligue a las agencias de seguridad a cumplir con las leyes de inmigraci¨®n.
Por su parte, la iglesia St Andrew¡¯s Presbyterian est¨¢ preparada para el fuego cruzado y al igual que en el resto del pa¨ªs, desaf¨ªa abiertamente a las autoridades de inmigraci¨®n. Casos parecidos en Arizona y Colorado han resultado en la suspensi¨®n temporal de la deportaci¨®n, pero tras pasar aproximadamente un a?o viviendo encerrados en la iglesia y en alerta.
¡°Esta es la primera vez que damos santuario. La raz¨®n es de justicia. Nuestro pa¨ªs quiere deportar y eso no es justo. Hay millones sin documentos, viven con miedo a la deportaci¨®n, en una situaci¨®n de pobreza y violencia. Nuestra iglesia quiere justicia¡±, explic¨® Crystal Silva, pastora de la iglesia.
Silva dijo que la congregaci¨®n se prepar¨® para una batalla larga. Ram¨ªrez tiene su propio cuarto, muebles y trabajadoras sociales a su disposici¨®n, para lo que necesite. Desde clases de ingl¨¦s hasta un corte de pelo. Ram¨ªrez es evang¨¦lica bautista e incluso arreglaron que un pastor la visitara.
¡°Sabemos que se va a sentir sola. Pedimos a inmigraci¨®n que no la deporte¡±, dijo Silva.
Ram¨ªrez tambi¨¦n sabe que la batalla ser¨¢ de largo aliento. ¡°Yo quisiera que me paren la deportaci¨®n y que ya no me sigan atacando y me quiten el brazalete de mi pie. Estar¨¦ ac¨¢ hasta que lo hagan¡±, asegur¨®.
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