El negocio de detener las balas crece en M¨¦xico
Pol¨ªticos y empresarios a¨²pan la venta coches blindados un 10%, mientras en las carreteras de los estados m¨¢s pobres contin¨²an los secuestros
En el Medell¨ªn de los noventa, cuando cerca de 4.000 asesinatos perforaban cada a?o la ciudad, un pol¨ªtico colombiano decidi¨® blindar su coche con los ¨²ltimos avances tecnol¨®gicos de la ¨¦poca. Antes de sacarlo a la calle, pens¨® que era buena idea quedar con unos amigos y ense?arles las nuevas virguer¨ªas que pod¨ªa hacer su todoterreno. Apret¨® el bot¨®n equivocado en el salpicadero y de los bajos del veh¨ªculo aparecieron dos ca?oncitos retractiles de apenas 10 cent¨ªmetros: ta-ta-ta-ta. Las dos r¨¢fagas de polvo met¨¢lico casi dejan ciegos a sus amigos.
Aquel coche ten¨ªa tambi¨¦n incorporada una sirena como la de la polic¨ªa, micr¨®fonos y altavoces para comunicarse con el exterior sin ni siquiera bajar las ventanillas, placas de acero antibalas reforzando la carrocer¨ªa, bombas de humo y un dispositivo lanza-tachuelas. Y los ca?oncitos retractiles, que a veces disparaban polvo met¨¢lico y otras balas de verdad. ¡°Cuando era gente de confianza s¨ª les ment¨ªamos balas. Si no, se las sac¨¢bamos y les pon¨ªamos limalla. Pero eso ya no lo hacemos. Eso era antes, cuando en Medell¨ªn ten¨ªas que salir agachado a la calle¡±, dice en su despacho Fernando Echeverri, colombiano y presidente de Ballistic Group, una de las f¨¢bricas de blindaje punteras en Distrito Federal.
Echeverri fund¨® la compa?¨ªa en 1990 en Bogot¨¢, cuando el c¨®ctel de narcoterrorismo, paramilitares y guerrilla hab¨ªa estigmatizado a Colombia como uno de los pa¨ªses m¨¢s violentos del mundo. Una d¨¦cada despu¨¦s busc¨® nuevos territorios para su negocio. Pens¨® en Argentina y Brasil ¨Cel primer mercado de coches blindados¨C, pero finalmente se qued¨® con M¨¦xico, que por entonces empezaba a convertirse en el heredero natural del estigma colombiano. En 2006 lleg¨® al poder el panista ¨Cderecha mexicana¨C?Felipe Calder¨®n y decidi¨® sacar al Ej¨¦rcito a la calle para combatir al crimen organizado palmo a palmo. Las cifras oficiales del sexenio son 132.000 homicidios y 13.000 desparecidos.
Acorazar un veh¨ªculo cuesta entre 25.000 y 55.000 d¨®lares
¡°La etapa de Calder¨®n fue la que m¨¢s trabajo nos dio desde la Administraci¨®n.la Administraci¨®n. El primer a?o de Pe?a Nieto, sin embargo, no compr¨® nada¡±, explica Echeverri, que tambi¨¦n es vicepresidente de la Asociaci¨®n M¨¦xicana de Blindadores de Automotores (AMBA), una de la patronales un sector que mueve alrededor de 150 millones de d¨®lares al a?o y genera 10.000 empleos. La vuelta del PRI al poder, en 2013, coincidi¨® con la mayor bajada de ventas ?¨C25%¨C de los ¨²ltimos a?os. El gobierno de Pe?a Nieto tiene en su agenda una reforma del sistema de seguridad, pero el paquete est¨¢ atascado en el congreso.
La tendencia del negocio, que ha crecido un 10% en los ¨²ltimos dos a?os, apunta a un peso cada vez mayor de la demanda privada. ¡°El a?o pasado lo cerramos 75% de ventas a particulares. A los grandes empresarios y familias tradicionales de dinero, se est¨¢ sumando tambi¨¦n gente de la mediana empresa y empleados que est¨¢n todo el d¨ªa en la calle y les asusta que les peguen el cristalazo¡±, se?ala Echeverri.
Las ¨ªndices de violencia han bajado en los ¨²ltimos a?os. Pero varias zonas mexicanas siguen ocupando los primeros puestos en las clasificaciones sobre ciudades m¨¢s violentas del mundo. La segunda semana de enero, un grupo de hombres armados secuestr¨® en una carretera de Guerrero a 27 personas que ven¨ªan de una boda. La semana siguiente, cinco j¨®venes desparecieron en otra carretera cerca de Veracruz. Los invitados a la boda y los muchachos conduc¨ªan coches normales. Acorazar un veh¨ªculo cuesta entre 25.000 y 55.000 d¨®lares. En un pa¨ªs donde m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n es pobre, no todos alcanzan a blindar sus vidas por encima de la debida protecci¨®n del Estado.
Distrito Federal y Monterrey, los centros de poder pol¨ªtico y econ¨®mico del pa¨ªs, son donde m¨¢s se vende. En Polanco, uno de los barrios m¨¢s pudientes de la capital, apoyado en un jeep Grand Cherokee negro, un chofer de un ejecutivo de un banco, que prefiere guardar el anonimato, explica que aparentemente no hay muchas diferencias: ¡°El carro anda igual, s¨®lo que vale m¨¢s lana¡±.
El crimen organizado es el otro usuario habitual de los coches blindados
La tela de malla, las l¨¢minas de acero y los vidrios reforzados a?aden al veh¨ªculo al menos 200 kilos de m¨¢s. ¡°Modifica su din¨¢mica, se frena a m¨¢s distancia, cuesta m¨¢s tomar las curvas¡±, apunta Gerardo Corona, director de la consultora Prorescue, que asesora a los nuevos pilotos blindados. Para recibir los cursos es necesario presentar los datos fiscales de la empresa. Corona reconoce que esa es la prueba de oro para detectar si los alumnos tienen algo que ver con el crimen organizado, el otro usuario habitual de los coches blindados. ¡°Gran parte del negocio va ah¨ª. Aunque hay un registro p¨²blico, el narco tiene capacidad para compararlos por medio de pantallas y testaferros¡±.
En Tamaulipas, en pleno territorio Zeta, los militares decomisaron hace algunos a?os un cami¨®n blindado de m¨¢s 30 toneladas de peso, cubierto con gruesas capas de acero y defensas reforzadas con rieles de ferrocarril. M¨¢s que un cami¨®n, parec¨ªa un tanque de la segunda guerra mundial.
Ballistic presume de no contar con ninguna muerte entre su clientela. ¡°Te matan a un cliente y se te hunde el negocio¡±, dice Echeverri. El a?o pasado un empresario sufri¨® un intento de secuestro en una gasolinera en Durango, al oeste del M¨¦xico. Dos furgonetas intentaron cerrarle el paso, pero consigui¨® zafarse. Despu¨¦s de 15 minutos de persecuci¨®n y 34 balas incrustadas en la carrocer¨ªa, el empresario sali¨® ileso. La regla de oro en caso de asalto o secuestro es moverse. Echeverri recuerda otro caso de un conductor al que le pusieron un revolver pegado a la ventanilla. El tipo entr¨® en p¨¢nico y se paraliz¨®. El asaltante percuti¨® el vidrio a balazos, siempre en el mismo punto, hasta que el cristal venci¨®. ¡°El blindaje tiene su l¨ªmite¡±, reconoce el director de Ballistic.
En su despacho, sobre una estanter¨ªa tiene una colecci¨®n de coches en miniatura. Y colgado en la pared, un rifle Winchester que le regal¨® un cliente. A Echeverri lo secuestr¨® la guerrilla cuando dirig¨ªa la empresa textil de su familia en Medell¨ªn. ¡°As¨ª es como llegu¨¦ a este negocio¡±. Desde entonces siempre va en coche blindado. Por publicidad y por seguridad.
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