Los reformistas de Ir¨¢n impulsan el voto ¨²til para frenar a los ultra
Marginados del poder desde las protestas de 2009, luchan contra la irrelevancia pol¨ªtica
Apenas hay carteles electorales en Teher¨¢n. Ni carteles ni entusiasmo ante los comicios del pr¨®ximo viernes, cuando 55 millones de iran¨ªes est¨¢n convocados a renovar el Parlamento y la Asamblea de Expertos (la c¨¢mara que elige al l¨ªder supremo). Algunos analistas lo achacan a la falta de beneficios econ¨®micos tangibles del acuerdo nuclear, pero la ausencia de verdaderas alternativas tambi¨¦n pesa. Tras ver a la mayor parte de sus candidatos vetados para concurrir a las elecciones, los reformistas apoyan a los moderados para frenar el ascenso de los ultras.
¡°Nos han dicho que se ha cancelado¡±, declaran defraudadas Malihe Dorkesat y Maryam Yusef¨ª a las puertas del Estadio Shirud¨ª, en la calle Mofateh. Han venido para escuchar a Ali Akbar Hachem¨ª Rafsanyan¨ª y Mohamed Reza Aref, las cabezas visibles del bloque de moderados y reformistas que apoyan los esfuerzos de apertura del Gobierno de Hasan Rohan¨ª. Pero las presiones de sus rivales les han obligado a suspender el mitin de cierre de campa?a. ¡°[Los ultras] quieren unas elecciones sin m¨ªtines y sin candidatos¡±, apuntan tres hombres obligados a darse media vuelta.
Las dos mujeres, que se definen como reformistas, se muestran convencidas de que esa corriente pol¨ªtica tiene el apoyo de la mayor¨ªa de los iran¨ªes (¡°hasta el 92%¡±, aventura Dorsekat, que es maestra). El problema, explican, es que no todos los candidatos tienen las mismas oportunidades. Mientras que los ultraconservadores cuentan con el respaldo de los poderes f¨¢cticos (su candidatura a la Asamblea de Expertos usa sin pudor las im¨¢genes del l¨ªder supremo, el ayatol¨¢ Jamene¨ª, y del fundador de la Rep¨²blica Isl¨¢mica, el ayatol¨¢ Jomein¨ª, cuya utilizaci¨®n electoral est¨¢ prohibida), los reformistas luchan para salir de la clandestinidad a la que est¨¢n relegados desde las protestas de 2009.
Prueba del giro hacia el centro que se han visto obligados a ejecutar es el pacto sellado entre Aref y Ali Lariyan¨ª, el conservador expresidente del Parlamento. Al apoyar la candidatura de Lariyan¨ª en Qom, los reformistas conf¨ªan en frenar el ascenso de los candidatos ultras vinculados a los Guardianes de la Revoluci¨®n (los temidos Pasdar¨¢n). Aducen que el influyente pol¨ªtico (uno de cuyos hermanos preside el Poder Judicial) fue clave en evitar que el Legislativo saboteara el acuerdo nuclear. Tampoco tienen otra alternativa, ya que solo cuentan con candidatos para una cuarta parte de los 290 esca?os en liza debido al veto de Consejo de Guardianes.
Ni siquiera esa significativa desventaja de partida tranquiliza a los principalistas, que es como se denomina el campo ultraconservador. Faltos de logros pol¨ªticos que ofrecer al electorado, han recurrido a la vieja teor¨ªa de la conspiraci¨®n. Sus rivales pol¨ªticos, aseguran, est¨¢n al servicio del extranjero, concretamente del Reino Unido, un pa¨ªs al que tradicionalmente los iran¨ªes atribuyen todos sus males.
¡°No a la intervenci¨®n inglesa¡±, corea un auditorio a rebosar en una escuela de arte cercana al puente de Hafez, en el centro de Teher¨¢n. En el estrado, Ali Reza Panahian, un cl¨¦rigo muy popular entre los Basiy¨ªes (los voluntarios isl¨¢micos), acaba de acusar a la BBC (en persa) de llevar a cabo una campa?a para que no se vote a los ayatol¨¢s Janat¨ª, Yazd¨ª y Mesbah. Su argumento es que, dado que esa emisora apoya a los candidatos alternativos, estos necesariamente deben ser agentes brit¨¢nicos, ergo traidores.
La burda manipulaci¨®n del reportaje en el que la BBC informa de una campa?a en los medios sociales contra esos ayatol¨¢s ultraconservadores no desanima el entusiasmo patri¨®tico de los presentes, medio millar de personas en una ciudad de 14 millones. ¡°Muerte a los enemigos del l¨ªder supremo¡±, se arranca uno de los veteranos de la guerra contra Irak que, en sillas de ruedas, ocupan la primera fila. ¡°Abajo con EE UU¡±, corea otro espont¨¢neo en un precario ingl¨¦s. Todo vale para desprestigiar el menor intento de apertura al exterior que sospechan va a acabar con la independencia de su pa¨ªs y el sistema que les permite vivir del cuento.
¡°Sin duda que apoyo el acuerdo nuclear, es un asunto nacional y en eso estamos con el l¨ªder supremo¡±, explica Mohamed Reza Abu Tulabi, un seminarista presente en el mitin. ¡°Pero eso no tiene que ver con estas elecciones, ni significa que vayamos a tener otras relaciones con Occidente¡±, a?ade.
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