Polonia turbulenta
Un periodo de polarizaci¨®n pol¨ªtica azota Polonia en un momento clave para definir los ejes fundamentales de su desarrollo
Polonia ha entrado en una etapa de serias turbulencias pol¨ªticas. Tras la victoria del partido conservador Ley y Justicia (PiS, en sus siglas polacas) el pasado octubre, observamos c¨®mo la nueva ¨¦lite pol¨ªtica est¨¢ replanteando los principales logros de la transici¨®n democr¨¢tica del pa¨ªs. Pero al mismo tiempo muchos ciudadanos, que durante la ¨²ltima d¨¦cada ¡ªmarcada por una relativa bonanza econ¨®mica y mejoras en el nivel de vida¡ª parec¨ªan centrados en su mundo privado, han decidido volver al espacio p¨²blico. Este fen¨®meno explica tanto el reciente ¨¦xito de Ley y Justicia, presidido por el ex primer ministro Jaroslaw Kaczynski, como el debate surgido en torno a sus pol¨ªticas.
Durante los primeros 25 a?os tras la ca¨ªda del comunismo, Polonia ha experimentado avances impresionantes en su democratizaci¨®n, desarrollo econ¨®mico y reintegraci¨®n con Occidente. Sin embargo, a pesar de que ha mejorado la calidad de vida de la mayor¨ªa de los ciudadanos, la transformaci¨®n se ha visto acompa?ada por el mantenimiento de las desigualdades, que incluso en algunas ¨¢reas han aumentado. Tambi¨¦n la r¨¢pida reintegraci¨®n con Occidente ha suscitado las resistencias de algunos ambientes pol¨ªticos y sociales que temen la p¨¦rdida de soberan¨ªa y el apego a la tradici¨®n por parte de Polonia.
El partido PiS, que en 2015 asumi¨® el pleno poder ¡ªdesde el Parlamento hasta el palacio presidencial, hogar del jefe del Estado¡ª, ha sabido instrumentalizar muy bien el creciente descontento social y tambi¨¦n el apetito de una parte de la sociedad por una gesti¨®n pol¨ªtica de raza pura y no solo un Gobierno m¨¢s t¨¦cnico, de perfil tecn¨®crata.
Porque la transici¨®n democr¨¢tica en Polonia ha ido acompa?ada de una p¨¦rdida gradual del inter¨¦s general en la pol¨ªtica. Entre 1994 y 2015, la satisfacci¨®n de la sociedad polaca con la situaci¨®n financiera y las condiciones materiales de vida ha mejorado radicalmente, pero al mismo tiempo se ha fortalecido la convicci¨®n entre los ciudadanos de que se lo deben a s¨ª mismos y no al Estado.
Este es un factor que permite entender mejor las causas del ¨¦xito tan radical de PiS en 2015. El partido de Kaczynski se ha convertido en el principal beneficiario de la voluntad de castigar al anterior Gobierno de la Plataforma C¨ªvica y su socio, el Partido Campesino (PSL), tras ocho a?os en el poder. Es tambi¨¦n verdad que la desmovilizaci¨®n del electorado contribuy¨® a la victoria de PiS. Hubo un 17% de votos perdidos (es decir, a favor de los partidos que no han sobrepasado el umbral electoral), el resultado m¨¢s alto desde 1993. De ah¨ª la paradoja de que Ley y Justicia ostente un poder sin precedentes con solo un 19% de los votos entre los electores autorizados, un resultado peor del obtenido por los dos anteriores Gobiernos.
Hay que reconocer que la formaci¨®n presidida por Kaczynski ha propuesto una visi¨®n de hacer pol¨ªtica distinta a la del anterior Gobierno. Es una aproximaci¨®n m¨¢s heroica, frente al estilo m¨¢s conciliador y t¨¦cnico de su inmediato rival. Es una pol¨ªtica soberanista con un fuerte elemento patri¨®tico y moralista, en el que se pone el ¨¦nfasis en la idea nacionalista de una Polonia que, seg¨²n los pol¨ªticos de PiS, ¡°se levanta de estar de rodillas¡± ante el exterior.
Seg¨²n los sondeos del a?o pasado, la mayor¨ªa de los polacos quer¨ªan alg¨²n tipo de cambio, no tanto para mejorar su vida, sino porque esta se hab¨ªa vuelto aburrida y opinaban que se pod¨ªan permitir un riesgo. Esto explicar¨ªa por qu¨¦, desde diciembre de 2015, ha crecido significativamente el apoyo al Gobierno de Beata Szydlo. Eso a pesar de la puesta en marcha de una serie de controvertidas medidas, criticadas tambi¨¦n desde Bruselas, por parte del Ejecutivo, como la paralizaci¨®n del Tribunal Constitucional, la politizaci¨®n de los medios p¨²blicos y de la Administraci¨®n, unos proyectos preocupantes del aumento del gasto p¨²blico y el comportamiento torpe en las relaciones exteriores con socios clave como Alemania y EE?UU.
Pero, aparte de esta pol¨ªtica m¨¢s activista, PiS tambi¨¦n pretende reescribir la historia m¨¢s reciente del pa¨ªs. Esto se ha puesto de manifiesto en los ¨²ltimos d¨ªas con la publicaci¨®n precipitada de unos documentos del servicio secreto comunista que supuestamente desacreditan a Lech Walesa: el icono de Solidaridad, premio Nobel de la Paz en 1983 y el primer presidente del pa¨ªs tras 1990. Sin ni siquiera esperar a los resultados de un an¨¢lisis grafol¨®gico ¡ªy extendiendo la eventual colaboraci¨®n de Walesa en los principios de los a?os 1970 a la evaluaci¨®n de todos sus logros posteriores¡ª, los pol¨ªticos de PiS, junto con medios privados y p¨²blicos simpatizantes, est¨¢n llevando a cabo un verdadero linchamiento medi¨¢tico. Su objetivo ser¨¢ sembrar dudas sobre los ¨¦xitos de toda la transici¨®n democr¨¢tica de los ¨²ltimos 25 a?os, sustituyendo los antiguos h¨¦roes con otros, como Lech Kaczynski, el expresidente, hermano gemelo del l¨ªder de PiS, fallecido en el accidente a¨¦reo en 2010, cuyo rol en la transici¨®n democr¨¢tica era sin duda mucho menor que el de Walesa.
Mientras, hay otra parte de la sociedad que despert¨® tras las elecciones de 2015, temiendo las consecuencias que la pol¨ªtica de PiS podr¨ªa tener sobre la fortaleza de las instituciones democr¨¢ticas y sinti¨¦ndose cada vez menos c¨®moda con su ret¨®rica de traidores y enemigos. El debate sobre la democracia, las libertades ciudadanas y la soberan¨ªa (que antes se discut¨ªa en ambientes intelectuales elitistas) ha cobrado actualidad, ha comenzado a implicar a los ciudadanos. Esto se puede observar en la prensa y en las redes sociales. Lo muestran tambi¨¦n las manifestaciones en contra del Gobierno en muchas ciudades polacas.
Se ha avivado el debate pol¨ªtico en la sociedad, pero al mismo tiempo se ha agravado la divisi¨®n entre campos opuestos. La escena pol¨ªtica polaca se ha vuelto m¨¢s plural y m¨¢s fresca. Lo muestra tanto la presencia del nuevo partido liberal (Nowoczesna) en el Parlamento como la creciente popularidad del tambi¨¦n nuevo partido de la izquierda antiliberal (Razem). Lo emblem¨¢tico es que los j¨®venes de Razem, que hacen referencia directa a la experiencia del espa?ol Podemos, no toman parte en las protestas de la oposici¨®n, criticando al supuesto consenso liberal del ¨²ltimo cuarto de siglo de la misma manera como hace PiS.
Quiz¨¢, despu¨¦s de un periodo de sturm und drang, la nueva energ¨ªa pol¨ªtica y social pueda ser dirigida a la soluci¨®n de los dilemas reales y fundamentales de Polonia y de la UE. Pero arreglar la actual polarizaci¨®n no ser¨¢ f¨¢cil. Por el momento, Polonia se vuelve claramente muy ensimismada, convirti¨¦ndose en un problema m¨¢s para una Europa ya bastante fracturada.
Pawel Zerka es director de investigaci¨®n en demosEUROPA-Centro para la Estrategia Europea, un think tank independiente con sede en Varsovia.
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