El ocaso de los mes¨ªas
No mejorar la calidad de vida de los pueblos es un fracaso hist¨®rico e imperdonable
Si aquel 11 de abril de 2002, los golpistas venezolanos tras hablar con los Gobiernos que los apoyaban ¡ªentre ellos, el Ejecutivo espa?ol de Aznar, seg¨²n Hugo Ch¨¢vez¡ª, hubieran subido en un avi¨®n al comandante, el chavismo hubiera muerto en una playa de Cuba. Pero los insurrectos determinaron que eso ser¨ªa muy sencillo y que Ch¨¢vez deb¨ªa pagar, por lo que le negaron el viaje a La Habana que ¨¦l solicit¨®. A partir de ah¨ª, lo dem¨¢s es historia. Los propios militares sembraron la duda y una serie de errores permitieron la liberaci¨®n del entonces presidente y la construcci¨®n de su revoluci¨®n bolivariana tal y como la conocemos.
Todo esto no hubiera sido posible sin el 11-S porque con las Torres Gemelas tambi¨¦n se derrumb¨® el gran basti¨®n y el eslogan de ¡°Am¨¦rica para los americanos¡±. Desde ese momento, Ch¨¢vez agarr¨® la manguera del petr¨®leo y comenz¨® a inundar Am¨¦rica Latina de un sentimiento que recog¨ªa la frustraci¨®n de tantos a?os y la marca antiimperialista o antiyanqui que une a todas las Am¨¦ricas. Sin embargo, el paso de la historia y una serie de eventos encadenados muestran que ese ciclo ideol¨®gico ha llegado a su fin.
La salida de la expresidenta de Argentina, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, por soberbia y por errores en el tratamiento de sus aliados y enemigos internos, sumada a la decidida intenci¨®n de cambio del nuevo presidente, Mauricio Macri, y a la prolongada espera ¡ªdespu¨¦s de 12 a?os de kirchnerismo¡ª de poderes f¨¢cticos que van desde la prensa a ciertos empresarios, ofrecen una cara muy distinta de Argentina.
Por su parte, Venezuela es pr¨¢cticamente un cad¨¢ver pol¨ªtico con m¨²ltiples problemas para reinventarse desde dentro. Cuando Ch¨¢vez se?al¨® a Nicol¨¢s Maduro como su heredero, qued¨® claro que estaba mostrando ¡ªpor si hab¨ªa alguna duda¡ª que el fen¨®meno chavista se circunscrib¨ªa a su persona. Despu¨¦s de ¨¦l, el caos. Y en efecto, ahora es el caos lo que domina Venezuela. Lo que pudo haber sido una transici¨®n pactada, amenaza con convertirse en un ba?o de sangre y la garant¨ªa de que eso no suceda reside en que el Ej¨¦rcito venezolano siga comport¨¢ndose como lo ha hecho desde las elecciones del 6 de diciembre. Esa neutralidad podr¨ªa permitir que el juego pol¨ªtico desplace lo que fue una marea dial¨¦ctica y uno de los ejemplos de dilapidaci¨®n econ¨®mica y social m¨¢s importantes de los ¨²ltimos a?os.
El refer¨¦ndum fallido para permitir un cuarto mandato de Evo Morales en Bolivia es otro de los grandes temas pendientes de Am¨¦rica Latina, que es esa tendencia casi en piloto autom¨¢tico contra EE UU. Porque tanto Evo Morales en Bolivia, como Rafael Correa en Ecuador, Nicol¨¢s Maduro en Venezuela y los Kirchner en Argentina tuvieron no s¨®lo la tentaci¨®n totalitaria, sino la insensibilidad democr¨¢tica de pensar que ten¨ªan derecho a permanecer en un ciclo ininterrumpido de poder, cuya ideolog¨ªa fuera representada s¨®lo por su presencia en los palacios presidenciales.
Rafael Correa tambi¨¦n atraviesa por diversas dificultades y creo que es el gobernante de la regi¨®n que al final nos dejar¨¢ m¨¢s claro que la tentaci¨®n goebbeliana siempre existir¨¢ porque, al final, el problema no es que las cosas est¨¦n bien o mal, sino que el mensajero las cuente. Y en ese sentido, estamos como en el Imperio Romano con la gran tentaci¨®n de matar al mensajero, antes de lograr que las cosas vayan bien.
Todo este recorrido s¨®lo es la parte m¨¢s evidente de la ceguera con la que han vivido esos gobernantes porque el resto de la crisis s¨®lo apunta a la posibilidad de un giro copernicano desde ideolog¨ªas populistas basadas en la izquierda hasta el triunfo del neoliberalismo.
Pero el mayor crimen de esos Gobiernos, incluido el factor determinante que representa la reanudaci¨®n de relaciones diplom¨¢ticas entre Cuba y Estados Unidos, no es la corrupci¨®n, ni la decepci¨®n y tampoco el mal uso ideol¨®gico. Es el fracaso hist¨®rico e imperdonable de no haber aprovechado la ilusi¨®n popular y el adecuado manejo de los inmensos recursos naturales de esos pa¨ªses para mejorar sustancial y estructuralmente la calidad de vida de sus pueblos.
En ese sentido, Eva Per¨®n, la madre de los descamisados, siempre fue criticada porque en lugar de modificar las estructuras hizo caridad selectiva que resolv¨ªa el problema de hoy, pero que no cortaba el pan de ma?ana. La misma cr¨ªtica que se puede hacer a la mayor parte de estos Gobiernos latinoamericanos que ahora naufragan.
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