Pemex sufre la mayor p¨¦rdida de su historia: 30.000 millones de d¨®lares en 2015

M¨¦xico tiene un problema. Petr¨®leos Mexicanos?(Pemex), la mayor compa?¨ªa del pa¨ªs, ha entrado en barrena. Tras encadenar 13 trimestres negativos, la empresa estatal ha alcanzado sus mayores p¨¦rdidas en la historia: casi 30.000 millones de d¨®lares en 2015 (m¨¢s de 27.900 millones de euros). Un agujero negro insostenible, efecto tanto de su anquilosada estructura (150.000 empleados y 100.000 pensionistas) como del impacto de la ca¨ªda del precio del crudo, el descenso de la producci¨®n y la depreciaci¨®n del peso. Tres factores que la empresa, estrangulada por la falta de liquidez y una sobrecarga de deuda, trata ahora de compensar con un recorte de 100.000 millones de pesos (5.500 millones de d¨®lares).

Pemex necesita ayuda. La compa?¨ªa que un d¨ªa fuera el orgullo de la econom¨ªa mexicana, est¨¢ al borde del colapso financiero. A sus p¨¦rdidas, se suman una deuda de 87.000 millones de d¨®lares y un pasivo de 190.000 millones, la mitad de origen laboral. Esta combinaci¨®n ha generado un grave problema de liquidez. La compa?¨ªa apenas tiene capacidad para pagar a sus proveedores (les lleg¨® a adeudar 8.000 millones de d¨®lares) y en el horizonte no se advierte ning¨²n remedio f¨¢cil; la crisis del petr¨®leo ha venido para quedarse y los costes de producci¨®n no han hecho sino aumentar.

En este laberinto, el Gobierno ha tomado la l¨ªnea recta como salida. Defenestr¨® hace dos semanas al director general de Pemex, un supuesto mago de la finanzas que hab¨ªa quedado atrapado en las tripas del mastodonte, y dio el mando Jos¨¦ Antonio Gonz¨¢lez Anaya, un economista de alta cualificaci¨®n, cuyo principal blas¨®n es haber reducido en un tercio el d¨¦ficit de la Seguridad Social.

Hombre cercano al todopoderoso secretario de Hacienda, Luis Videgaray, el nuevo directivo se ha estrenado con un fuerte recorte estructural. Su objetivo es poner orden en una compa?¨ªa que tiene siete veces m¨¢s personal que petrolera p¨²blica noruega Statoil. El motivo alegado para el ajuste es un sonoro fallo en las previsiones presupuestarias, que tomaron como referencia un precio del barril de 50 d¨®lares para este a?o, cuando la realidad es que se situar¨¢ en torno a los 25 d¨®lares. ¡°Tenemos un problema de liquidez, no de solvencia, y nos tenemos que adaptar a un entorno de precios m¨¢s bajos de lo previsto. Para ello, hemos puesto en marcha tres l¨ªneas acci¨®n: aumentar la eficiencia, diferir inversiones no rentables y ajustar el gasto a operaciones que sean rentables con un barril a 25 d¨®lares¡±, explic¨® Gonz¨¢lez Anaya.

Los dos mayores tijeretazos recaer¨¢n en la divisiones de exploraci¨®n y producci¨®n (46.800 millones de pesos) y de transformaci¨®n (36.200 millones). Aunque la direcci¨®n de la empresa no se refiri¨® a ello, esta reducci¨®n implicar¨¢ despidos masivos, calculados por el propio Gobierno en al menos 10.000 puestos de trabajo. ¡°Las medidas se ir¨¢n tomando paso a paso, ahora mismo no tenemos cifra cerrada¡±, se?al¨® Gonz¨¢lez Anaya.

La respuesta sindical est¨¢ asegurada, pero la c¨²pula de Pemex cuenta con el apoyo absoluto del Gobierno y, sobre todo, de un plan de salvamento que tratar¨¢ de recapitalizar la compa?¨ªa. ¡°El programa de ajuste presentado es responsable y contribuye a resolver los problemas de liquidez, es una base sobre la que podemos dar apoyo de capital federal¡±, afirm¨® el subsecretario de Hacienda, Miguel Messmacher.

El golpe a Pemex es una se?al que trasciende el ¨¢mbito de la petrolera. El deterioro de la compa?¨ªa llega en un momento especialmente delicado, cuando la reforma energ¨¦tica ya hab¨ªa culminado su tramo legislativo y desde el Ejecutivo se esperaba cosechar inversiones multimillonarias y dinamizar un sector esclerotizado despu¨¦s de d¨¦cadas de monopolio. Pero el resultado ha quedado muy lejos de las expectativas. La crisis del crudo ha enfriado los apetitos inversores y la ca¨ªda del barril ha tenido un efecto directo sobre las arcas del Estado. Si en 2014 el 30% de los ingresos p¨²blicos llegaron por esta v¨ªa, en 2015 se redujeron al 20%. Ante este s¨²bito desplome, el Gobierno ha ordenado por segundo a?o consecutivo recortes generales y ha puesto en marcha toda su maquinaria pol¨ªtica para salvar a Pemex. Pero nadie en M¨¦xico cree en una mejora clara a corto plazo. Los grandes pozos petrol¨ªferos est¨¢n llegando a su fin y muy poco conf¨ªan en que la apertura del mercado permita una pronta recuperaci¨®n. El invierno no ha hecho m¨¢s que empezar.