La tortura de demandar al Gobierno de la Ciudad de M¨¦xico por una infracci¨®n
Los conductores de la capital mexicana que son multados injustamente pueden impugnar la sanci¨®n, pero precisan de tiempo y mucha paciencia
En la Ciudad de M¨¦xico es dif¨ªcil encontrar un conductor que nunca haya sido sancionado. La vialidad de esta urbe es tan ca¨®tica que casi todos, en alg¨²n momento, caen en alguna falta, sea por accidente, ignorancia del reglamento o por la desesperaci¨®n de avanzar. Pero las multas no siempre se aplican al que lo merece: a veces son arbitrarias. En esos casos, los capitalinos pueden impugnarlas y exigir la devoluci¨®n de su pago, someti¨¦ndose a una aut¨¦ntica prueba de resistencia.?
El laberinto empieza en el Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal, instancia desconcentrada del Gobierno que resuelve las inconformidades ciudadanas por multas, tr¨¢mites o decretos del Gobierno. El ¡®quejoso¡¯ debe acudir a ese lugar (al sur de la ciudad) entre las 09.00 y 15.00 horas en d¨ªas h¨¢biles, de manera que los oficinistas tendr¨¢n que ausentarse de su empleo cuando presenten su queja y cada vez que se les requiera. Los documentos que le requerir¨¢n son identificaci¨®n oficial, la infracci¨®n, la tarjeta de circulaci¨®n del auto y la tenencia pagada (o refrendo de placas, en su caso). Los jueces tardan en promedio tres meses en emitir una sentencia y, de resultar favorable al ciudadano, ¨¦ste debe acudir de nuevo para recibir los documentos con los que exigir¨¢ su pago en la Tesorer¨ªa. Llevarlos a la que le corresponde ¨Cseg¨²n el domicilio con el que est¨¦ registrado el veh¨ªculo- e ingresar el tr¨¢mite de devoluci¨®n.
El Gobierno tiene un plazo legal de 15 d¨ªas para pagar, pero si esto no ocurre (lo m¨¢s com¨²n en M¨¦xico) el quejoso deber¨¢ notificarlo al Tribunal para que ¨¦ste emita una queja por incumplimiento, que se castiga con una multa directa al funcionario que retiene el pago, en este caso, el tesorero de la Ciudad. La mala noticia es que el dinero de esa multa por el retraso no llega a manos del ciudadano afectado, sino que va a las arcas del mismo Gobierno: el quejoso no recibe indemnizaci¨®n alguna por la arbitrariedad de la que fue v¨ªctima, s¨®lo su dinero de vuelta sin ninguna compensaci¨®n (aunque el Gobierno s¨ª cobra recargos cuando el ciudadano tarda en pagar sus impuestos).
Una vez ingresado el tr¨¢mite, lo que sigue es insistir v¨ªa telef¨®nica y presencial durante varios meses para que sea liberado el pago. El querellante necesitar¨¢ una f¨¦rrea voluntad y estoicidad para resistir los embates de la pasmosa burocracia mexicana, que en muchos casos termina por agotar al ciudadano y hacerlo abandonar su lucha.
Dos demandas ganadas, tres a?os perdidos
Una conductora -de identidad reservada- ha impugnado dos infracciones arbitrarias y, en ambos casos, recibi¨® su dinero de vuelta un a?o y medio despu¨¦s. La primera vez aparc¨® en un lugar prohibido, pero en su multa iba incluido el ¡°arrastre¡± (la cuota por retirar el veh¨ªculo y llevarlo a un dep¨®sito), aunque fue ella quien lo retir¨®. Demand¨®, el Tribunal fall¨® a su favor y orden¨® a la Secretar¨ªa de Seguridad P¨²blica devolverle los 860 pesos (unos 46 d¨®lares) que pag¨®, pero ah¨ª apenas hab¨ªa concluido la primera parte de la odisea. Lo siguiente fue una relaci¨®n de 14 meses con la Tesorer¨ªa: ¡°ya nada m¨¢s falta una firma pero el encargado no est¨¢, se?orita¡±; ¡°nosotros le notificaremos cuando ya est¨¦¡±, eran las excusas que recib¨ªa cada vez que monitoreaba su pago. Cuando finalmente tuvo el dinero en sus manos crey¨® que todo hab¨ªa terminado, pero 10 meses despu¨¦s¡ el juego volvi¨® a empezar.
Esta vez, la conductora no cometi¨® ninguna falta. Una noche al salir de su oficina, el coche no estaba. Una gr¨²a se lo llev¨® hacia un dep¨®sito aunque no era un lugar prohibido. Pag¨® la infracci¨®n -porque no hay otra forma de recuperar el veh¨ªculo- e inici¨® un nuevo proceso de impugnaci¨®n. Otra vez, la sentencia fue a su favor. Otro a?o y medio despu¨¦s cobr¨® el dinero (54 d¨®lares esta vez) y us¨® la mitad para pagar los derechos anuales por la matr¨ªcula del coche¡ a la misma tesorer¨ªa de la Ciudad.
Una batalla ganada, que casi nadie emprende
Casi todas las infracciones impugnadas en la Ciudad de M¨¦xico se resuelven a favor del ciudadano y, sin embargo, el n¨²mero de demandas no llega ni al 1% de las multas impuestas. La directora del Tribunal de lo Contencioso, Yasm¨ªn Esquivel, explica que las pocas demandas que gana el Gobierno es por default: ya sea porque el quejoso no present¨® su demanda dentro del plazo establecido (15 d¨ªas), o porque desisti¨® y ya no se present¨® a firmar los documentos. En cambio, la gran mayor¨ªa de las demandas que gana la ciudadan¨ªa es porque la informaci¨®n en las infracciones est¨¢ incompleta.
Por ello, subray¨® la funcionaria, es importante que el ciudadano verifique que su boleta de infracci¨®n contenga todos los datos del veh¨ªculo, del propietario y del oficial que se la impone; de no ser as¨ª, la multa pierde validez.
Fallas que dejan millones
En 2014, la Secretar¨ªa de Seguridad P¨²blica impuso 953.196 infracciones, de las cuales s¨®lo 1.947 fueron impugnadas. De esas demandas, la SSP gan¨® s¨®lo nueve. El Gobierno recaud¨® por dichas infracciones 505 millones de pesos (unos 27,5 millones de d¨®lares).
En 2015 impuso 918.015 multas, de las que fueron impugnadas 2.500 y, de nuevo, s¨®lo en nueve casos el Tribunal fall¨® a favor de la SSP. Lo recaudado por el Gobierno en ese a?o por infracciones fue de 443 millones de pesos (24 millones de d¨®lares) hasta el corte de septiembre.
Fuentes: Tribunal de lo Contencioso
Secretar¨ªas de Seguridad y de Finanzas del DF
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