Esta dependencia de Turqu¨ªa es arriesgada

La cumbre entre la Uni¨®n Europea y Turqu¨ªa indica un cambio en la estrategia migratoria europea. Tras el fracaso de la UE para alcanzar un acuerdo interno, ahora centra sus esfuerzos en lograr un pacto externo. Una vez cerrado un acuerdo, Turqu¨ªa probablemente acepte la readmisi¨®n de migrantes irregulares e introduzca controles de movilidad m¨¢s estrictos. A cambio, la UE entregar¨¢ a Turqu¨ªa miles de millones de euros y se compromete a acelerar las conversaciones de adhesi¨®n del pa¨ªs a la UE. Turqu¨ªa tambi¨¦n est¨¢ exigiendo que por cada persona devuelta, al menos un refugiado sirio sea reasentado en Europa.

Esta ¡°estrategia de contenci¨®n turca¡± se ha convertido en el plan A de Europa, y no hay plan B. Tras los atentados de Par¨ªs y las agresiones en Colonia, y ante el aumento de la xenofobia, cerrar la ruta de los Balcanes se ha convertido en el objetivo principal de los Gobiernos europeos. Sin embargo, este cierre ha dejado aislada a una Grecia ya asediada, cuyas islas son escenario de la tragedia y el caos. La cumbre del 7 de marzo contemplaba dos mecanismos de apoyo al pa¨ªs heleno: el acuerdo con Turqu¨ªa y la creaci¨®n de un programa centralizado de reasentamiento por toda Europa para las personas reconocidas como refugiados en Grecia o reasentadas desde Turqu¨ªa. Sin embargo, esto ¨²ltimo ha resultado pol¨ªticamente inviable hasta el momento, y ahora la UE parece depender completamente de la cooperaci¨®n turca.

Esta gran dependencia de Turqu¨ªa para que funcione el acuerdo entra?a enormes riesgos.

En segundo lugar, existen desaf¨ªos para los derechos humanos. La semana pasada Turqu¨ªa cerr¨® Zaman, uno de los principales peri¨®dicos de la oposici¨®n. Erdogan tiene un historial nefasto en materia de derechos humanos, muestra muy poco respeto por la democracia y ha atacado a sus propios ciudadanos. Europa ya ha tenido experiencias negativas colaborando con reg¨ªmenes autoritarios, como la Libia de Gadafi, en cuestiones migratorias. Emparejarse con Erdogan y ofrecerle unos incentivos tan suculentos con tan pocas condiciones amenaza con socavar a¨²n m¨¢s los valores liberales esenciales de la Uni¨®n Europea.

En tercer lugar, el acuerdo con Turqu¨ªa podr¨ªa ser incompatible con nuestras obligaciones conforme al derecho internacional de los refugiados. Los Estados miembros de la UE, a diferencia de Turqu¨ªa, han ratificado todas las convenciones internacionales relevantes sobre refugiados. Aunque no est¨¢n obligados a ofrecer asilo a todo el que llegue, s¨ª tienen la obligaci¨®n de permitir que los refugiados, como m¨ªnimo, busquen asilo. Recurrir al despliegue naval de la OTAN para desmantelar las redes de los traficantes amenaza con impedir el acceso a poblaciones vulnerables, y solo conseguir¨ªa desviar las rutas del tr¨¢fico de personas.

Sigue sin quedar claro el tipo de personas que la UE devolver¨¢ a Turqu¨ªa y el trato que recibir¨¢n; en caso de expulsar a todos los ciudadanos no sirios, se correr¨ªa indirectamente el riesgo de volver a someter a la persecuci¨®n a personas que podr¨ªan tener buenos motivos para buscar asilo en Europa. Es m¨¢s, el acuerdo no hace absolutamente nada para desincentivar los peligrosos viajes a trav¨¦s del Egeo; si acaso, refuerza el tr¨¢fico de personas como la ¨²nica ruta viable hacia Europa.

?Qu¨¦ deber¨ªamos hacer? Europa necesita una pol¨ªtica de refugiados con una dimensi¨®n tanto interna como externa. Por supuesto, es fundamental cooperar con los principales pa¨ªses de acogida de ciudadanos sirios: Turqu¨ªa, L¨ªbano y Jordania. Deber¨ªamos fomentar el acceso a trabajos, educaci¨®n y oportunidades sostenibles para los refugiados en esos pa¨ªses. Pero tambi¨¦n tenemos que preservar el asilo en Europa y trabajar para reconstruir el fallido Sistema Europeo Com¨²n de Asilo de la UE. Es indispensable que siga ofreci¨¦ndose un acceso seguro al asilo en la UE, un reasentamiento directo desde los pa¨ªses vecinos de Siria y un reparto equitativo de la responsabilidad entre los 28 Estados miembros.

Alexander Betts es director del Centro de Estudios sobre Refugiados de la Universidad de Oxford. Se le puede seguir en Twitter en @alexander_betts.

Traducci¨®n de News Clips.