La frontera digital, el ¨²ltimo frente de batalla en Corea del Norte
Amnist¨ªa denuncia el control absoluto del r¨¦gimen de las tecnolog¨ªas de la comunicaci¨®n
Hacer una llamada internacional es una de las cosas m¨¢s dif¨ªciles para un norcoreano de a pie dentro de su pa¨ªs. El acceso a las comunicaciones con el exterior es una de las ¨¢reas sobre las que m¨¢s control y represi¨®n ejerce el r¨¦gimen desde la llegada al poder de Kim Jong-un hace m¨¢s de cuatro a?os. Su uso para ponerse en contacto con seres queridos que han huido al extranjero puede acarrear a?os de prisi¨®n. As¨ª lo denuncia el informe de Amnist¨ªa Internacional ¡°Conexi¨®n Denegada: Restricciones a los Tel¨¦fonos M¨®viles e Informaci¨®n del Exterior en Corea del Norte¡± publicado este mi¨¦rcoles.
¡°La frontera digital es el ¨²ltimo frente de batalla de los intentos del Gobierno norcoreano por aislar a su ciudadan¨ªa y ocultar la informaci¨®n sobre la atroz situaci¨®n de los derechos humanos en el pa¨ªs¡±, denuncia la organizaci¨®n.
La completa cerraz¨®n de anta?o del r¨¦gimen ya no es tan aparente a primera vista. Se han introducido nuevas tecnolog¨ªas y una serie de cambios que, por ejemplo, permiten a los extranjeros conservar su m¨®vil dentro del pa¨ªs y utilizar una tarjeta SIM norcoreana. Desde 2008 existe un servicio de telefon¨ªa m¨®vil en Corea del Norte, Koryolink -fruto de una joint-venture con la compa?¨ªa egipcia Orascom-, que cuenta con m¨¢s de tres millones de suscriptores.
Pero el estricto control sobre las comunicaciones se mantiene: esa red de telefon¨ªa tiene bloqueadas las llamadas internacionales. Solo unos pocos ciudadanos cuidadosamente seleccionados, o los extranjeros, pueden acceder a Internet. Algunos norcoreanos tienen acceso a una intranet que da acceso a p¨¢ginas web nacionales y a correo electr¨®nico. Y la SIM para extranjeros no permite llamar a tel¨¦fonos norcoreanos.
El objetivo, seg¨²n explica en conversaci¨®n telef¨®nica desde Hong Kong Arnold Fang, investigador de AI para Asia Oriental, parece ser ¡°impedir que se filtre la verdad de lo que est¨¢ ocurriendo dentro del pa¨ªs¡± y las graves violaciones de los derechos humanos que ah¨ª se perpetran. Tambi¨¦n evitar que ¡°el mundo exterior tenga la oportunidad de contar a los norcoreanos lo que pasa, por ejemplo, en Corea del Sur¡ Eso es exactamente lo que el Gobierno quiere evitar¡±.
Una manera de evitar este bloqueo es el uso de tel¨¦fonos m¨®viles que puedan conectarse a la red china, algo posible en las zonas fronterizas. Estos tel¨¦fonos, conocidos en Corea del Norte como ¡°m¨®viles chinos¡±, con independencia de su marca, comenzaron a entrar en el pa¨ªs cuando la hambruna de los 90 forz¨® a la poblaci¨®n a tejer redes informales de comercio con China. Esos aparatos no solo facilitan un comercio que ha sido esencial para que la econom¨ªa crezca, sino que permiten a sus usuarios saltar los controles a las l¨ªneas terrestres y comunicarse directamente con personas fuera del pa¨ªs.
Aunque hablar con gente que resida fuera del pa¨ªs no es ilegal, s¨ª lo es el comercio privado de dispositivos de comunicaci¨®n procedentes de otros pa¨ªses, recuerda Amnist¨ªa. Sus usuarios pueden afrontar la c¨¢rcel y cargos como el comercio ilegal. Si se ponen en contacto con residentes en pa¨ªses ¡°enemigos¡±, como Corea del Sur, pueden ser acusados de traici¨®n.
El informe pone de relieve que durante el mandato de Kim Jong-un ha aumentado la capacidad del r¨¦gimen para neutralizar esos tel¨¦fonos, mediante el uso de bloqueadores de se?al y la importaci¨®n de dispositivos modernos de vigilancia y detecci¨®n. ¡°A finales de los 90 era relativamente f¨¢cil captar la se?al¡ Recientemente, en 2012 y 2013, se hab¨ªa hecho muy dif¨ªcil y ten¨ªa que adentrarme mucho en las monta?as, lejos de las zonas residenciales. Es posiblemente porque el Gobierno sabe que existen estos tel¨¦fonos¡±, explica en el informe Yon-hwa, seud¨®nimo de una mujer que sali¨® de Corea del Norte en 2013.
Aunque no se utiliza ¨²nicamente la tecnolog¨ªa: tambi¨¦n es generalizada la vigilancia de unas personas a otras, denuncia el informe.
Para evitar ser detectados, quienes participan en llamadas internacionales usan seud¨®nimos, hablan desde zonas apartadas y monta?osas y mantienen di¨¢logos cortos. Quienes no poseen uno pueden pagar a un intermediario para concertar una conversaci¨®n. Estos intermediarios pueden llegar a cobrar como comisi¨®n el 30% de una transferencia m¨ªnima de mil d¨®lares en efectivo. Una cantidad exorbitante donde 16 d¨®lares, o 100 yuanes chinos, pueden dar de comer a una persona durante un mes.
El informe se hace p¨²blico en momentos en los que han empezado a aplicarse nuevas sanciones internacionales contra Corea del Norte despu¨¦s de la prueba nuclear de ese pa¨ªs en enero. Hasta el momento no est¨¢ claro si tendr¨¢n alg¨²n efecto en la represi¨®n del Estado a las comunicaciones internacionales.
¡°Desde luego las sanciones afectar¨¢n a la econom¨ªa en Corea del Norte, y debido a eso es posible que la gente quiera aumentar su comercio informal y quiera para eso aumentar sus comunicaciones con el exterior¡±, opina Fang. ¡°Si eso va a llevar a m¨¢s castigos por parte del Estado, depende. Tambi¨¦n puede pasar lo contrario. Puede necesitar m¨¢s ese comercio informal y tener que tolerarlo¡±.
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