El despertar estrat¨¦gico de Jap¨®n
La instalaci¨®n de misiles chinos en el mar de la China meridional ha puesto en guardia a Tokio, que revisa su pol¨ªtica militar
Salvo alg¨²n sobresalto proveniente de Pyongyang, Jap¨®n ha vivido una c¨®moda siesta estrat¨¦gica durante varias d¨¦cadas tras su derrota en la II Guerra Mundial. Ahora est¨¢ despertando a una nueva realidad en la que se siente rodeado por potencias que responsables y expertos japoneses consideran llenas de ¡°incertidumbres¡± e ¡°impredecibles¡±. ¡°Estamos en una zona gris¡±, apuntan en el Ministerio de Defensa en Tokio: ¡°ni de paz absoluta, ni de conflicto¡±, con una Corea del Norte nuclearizada y con misiles bal¨ªsticos de medio y largo alcance; una China emergente con problemas internos que repercuten sobre su pol¨ªtica exterior y de defensa; y una Rusia que ya no se ve como amenaza, aunque haya multiplicado sus incursiones a¨¦reas. E incluso est¨¢ el ISIS, o Estado Isl¨¢mico, que parec¨ªa ajeno a Jap¨®n hasta que degoll¨®, hace algo m¨¢s de un a?o, a Kenji Goto, un periodista japon¨¦s, en una grabaci¨®n que supuso un choque para esta tranquila sociedad. Al tiempo, aumenta la preocupaci¨®n por un yihadismo m¨¢s cercano en el Sudeste asi¨¢tico.
Pero la obsesi¨®n es con China, con su rearme y creciente actividad militar, abierta o encubierta. No se la califica de ¡°amenaza¡±, ni siquiera de ¡°adversario¡± ¡ªlas relaciones econ¨®micas y ahora humanas (turismo) son demasiado intensas¡ª pero la preocupaci¨®n va en aumento. ¡°El reto n¨²mero uno es si China ha empezado a desafiar el orden regional o no¡±, se?ala en el Instituto de Jap¨®n para Asuntos Internacionales, Tetsuo Kotani. El primer ministro japon¨¦s Shinzo Abe y el presidente chino Xi Jinping tardaron dos a?os y medio en encontrarse.
La militarizaci¨®n china de algunas islas en el Mar del Sur de China, con la supuesta instalaci¨®n de misiles y radares y una zona exclusiva a¨¦rea no reconocida ha hecho saltar todas las alarmas en Tokio, en muchos pa¨ªses de la regi¨®n y en EE UU. Porque puede poner en peligro la libertad de tr¨¢fico mar¨ªtimo en una zona por la que pasa un 80% de las importaciones de petr¨®leo y gas de Jap¨®n (y de China), adem¨¢s de otras mercanc¨ªas. No se cree que China trate solo de defender sus costas, donde se sit¨²a la mayor parte de su riqueza econ¨®mica, o de donde vinieron las invasiones occidentales y japonesas que llevaron a los ¨²ltimos ¡°siglos de humillaci¨®n¡±, sino de afianzar su control sobre ese ¨¢rea. No hay tantas rutas para ir del Pac¨ªfico al Oc¨¦ano ?ndico y a Oriente Medio, esencial por su petr¨®leo, para China y para Jap¨®n. Este pa¨ªs, Taiw¨¢n, Filipinas, entre otros, y, naturalmente EE??UU, son obst¨¢culos a una expansi¨®n estrat¨¦gica china que pone en peligro la libertad de navegaci¨®n. Seg¨²n Kotani, China empez¨® su ¡°acci¨®n asertiva¡± a partir de 2008, aprovechando que EE UU entr¨® en crisis financiera y econ¨®mica. Con esto tiene que ver que Jap¨®n condenara la anexi¨®n de Crimea por Rusia, o a la ocupaci¨®n de facto de una parte del Este de Ucrania. Se trata de evitar precedentes. Y accidentes.
Jap¨®n despliega su pol¨ªtica ¡°minilateral¡±, tejiendo una red de relaciones con pa¨ªses como Australia y Filipinas
Seg¨²n Kotani, el gobierno japon¨¦s ten¨ªa tres opciones esenciales de seguridad frente a China: la acomodaci¨®n (seguida por el anterior Gobierno), aumentar su propio poder¨ªo, o trabajar con otros pa¨ªses. Abe ha optado por una combinaci¨®n de estas dos ¨²ltimas. Jap¨®n est¨¢ tejiendo una red de relaciones estrat¨¦gicas bilaterales con Australia, Filipinas, probablemente Vietnam en un futuro, discretamente con Taiw¨¢n, y Malasia, entre otros. Y m¨¢s all¨¢, la esencial pero complicada India. No busca poner en pie una estructura de seguridad regional a la europea (OTAN y OSCE). Kotani califica esta pol¨ªtica de ¡°minilateral¡± o ¡°trilateral¡±. B¨¢sica es la relaci¨®n con el garantizador de la seguridad en la zona, EE UU, con el que tiene Jap¨®n una alianza profunda para su seguridad. Aunque a Kotani y otros interlocutores les preocupa que EE UU, ahora de nuevo atareado en Oriente Pr¨®ximo y con Rusia, no sea capaz de sostener su pol¨ªtica de reequilibrio con China.
Con Pyongyang, el problema es lo impredecible del r¨¦gimen. Las sanciones econ¨®micas no le detienen. Y China, pese a su apoyo a la ¨²ltima resoluci¨®n del Consejo de Seguridad, no acaba de cooperar pues aunque le preocupa la nuclearizaci¨®n del vecino, no querr¨ªa que una unificaci¨®n de la pen¨ªnsula llevara a soldados estadounidenses hasta sus propias fronteras. Le interesa una zona colch¨®n. O porque como se?ala el profesor Akio Takahara, de la universidad de Tokio, la de China y Corea del Norte es un poco ¡°una relaci¨®n madre/hija¡±. Pero con misiles bal¨ªsticos con alcances que pueden llegar a partes de EE UU y a Europa.
Jap¨®n no se cree que China trate solo de defender sus costas, donde se sit¨²a la mayor parte de su riqueza econ¨®mica, sino que quiere afianzar su control sobre ese ¨¢rea
Estas son las circunstancias en las que se ha producido la revisi¨®n de la pol¨ªtica de seguridad impulsada por Abe. Con cuatro objetivos centrales, seg¨²n el exministro de Defensa Satoshi Morimoto: aumentar la capacidad de informaci¨®n y vigilancia; pasar su foco del norte al sureste en Asia; reforzar la defensa contra misiles, y participar en operaciones de mantenimiento de la paz (aunque sea en labores esencialmente log¨ªsticas). Hay desde septiembre pasado una nueva legislaci¨®n sobre paz y seguridad ¡ª¡°normalizaci¨®n de la autodefensa¡±, seg¨²n la describen los interlocutores ¡ª, que reinterpreta y ampl¨ªa el margen de actuaci¨®n limitado por el famoso Art¨ªculo 9 de la Constituci¨®n ¡ªque limitaba la autodefensa ¡ª. Entrar¨¢ en vigor pr¨®ximamente pese a una importante oposici¨®n de la opini¨®n p¨²blica. Las fuentes consultadas no creen que se pueda modificar la Constituci¨®n a este respecto pues no existe el consenso social y pol¨ªtico necesario. Esto hace que Jap¨®n siga sin poder intervenir en defensa de otro pa¨ªs atacado, a trav¨¦s de una alianza como la OTAN, con la que, sin embargo, mantiene relaciones estrechas. Mientras, ha aumentado el presupuesto militar ¡ªde los seis m¨¢s importantes del mundo ¡ª, hasta casi un 1% del PIB. Pero si no fuera por la alianza con EE UU el presupuesto militar japon¨¦s tendr¨ªa que pasar a un 2 o 3% del PIB, asegura Kazuya Sakamoto, profesor en la Universidad de Osaka.
Desde Tokio se critica la falta de sensibilidad estrat¨¦gica hacia lo que est¨¢ ocurriendo en Extremo Oriente por parte de una Europa que solo parece ver los aspectos econ¨®micos de su relaci¨®n con esa parte del mundo. No se le pide nada ¡°f¨ªsico¡± pero si tomas de postura m¨¢s claras.
Andr¨¦s Ortega, investigador s¨¦nior en el Real Instituto Elcano, acaba de realizar un viaje de informaci¨®n a Jap¨®n.
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