El gran defensor del bosque de agua mexicano malvive en prisi¨®n
La fiscal¨ªa acusa al l¨ªder ambientalista Ildefonso Zamora de robo agravado. Organizaciones denuncian una campa?a en su contra, instigada por los ¡®talabosques¡¯

La entrada en prisi¨®n del l¨ªder ambientalista Ildefonso Zamora en noviembre pasado ilustra la fragilidad de su tarea en M¨¦xico. Hace un mes, el pa¨ªs atestiguaba ojipl¨¢tico c¨®mo una empresa destru¨ªa un manglar en Canc¨²n para construir hoteles y departamentos tur¨ªsticos. La excusa de las autoridades fue que la ley amparaba a la empresa en el momento en que las autoridades autorizaron su plan urban¨ªstico. Ahora es el propio estado, concretamente la fiscal¨ªa del Estado de M¨¦xico, el m¨¢s poblado del pa¨ªs, quien acusa a un destacado defensor de los bosques de la entidad de robo agravado.Organizaciones nacionales e internacionales defienden la inocencia de Ildefonso y acusan a la fiscal¨ªa de ceder ante las presiones de los talamontes.

Entre 15 y 20 agentes de la polic¨ªa ministerial llegaron aquella tarde a la oficina de Ildefonso Zamora. Ser¨ªan las 13 horas del viernes 20 de noviembre de 2015. Era festivo, aniversario de la revoluci¨®n mexicana. Esa ma?ana, el ayuntamiento de Ocuil¨¢n, al sur del Estado de M¨¦xico, a dos horas de la capital, hab¨ªa organizado un desfile. Ildefonso Zamora, regidor de Turismo y Medio Ambiente, deb¨ªa velar por que todo saliera bien y as¨ª fue, el desfile transcurri¨® con normalidad. Ildefonso regres¨® a su oficina a eso de la una de la tarde. No llevaba cinco minutos all¨ª, cuando los agentes de la fiscal¨ªa estatal irrumpieron en la dependencia y le detuvieron. La fiscal¨ªa, supo despu¨¦s, le acusaba de un robo cometido tres a?os antes, del hurto de 20.000 d¨®lares a los due?os de una tortiller¨ªa que funcionaba a 200 metros de su casa.
Nadie, ni la esposa del regidor, Modesta G¨®mez, ni sus hijos, imaginaban que Ildefonso acabar¨ªa aquella noche en prisi¨®n. Y menos por el robo a la tortiller¨ªa, asunto que, pensaban, nada ten¨ªa que ver con ellos. Ildefonso, explicaban el martes pasado, es un defensor de los bosques de las lagunas de Zempoala y Huitzilac, una de las quince zonas en M¨¦xico catalogada como regi¨®n cr¨ªtica en cuanto a la tala ilegal. A Ildefonso, aseguraban, le incriminaron por levantar la voz contra los talabosques.
El pasado martes, la familia de Ildefonso recibi¨® a un grupo de reporteros en su casa de San Juan Atzingo, cerca de Ocuil¨¢n. En un terreno arcilloso, empinado, frente a una cancha de f¨²tbol, varias chozas de madera conforman su morada, siendo la cocina el habit¨¢culo principal. De las paredes de la cocina colgaban cazuelas de barro y cacerolas. Cuatro troncos ard¨ªan en la cocina de piedra y una mesa enorme de madera dominaba la estancia. Varios pl¨¢sticos cubr¨ªan las paredes por dentro, tapando as¨ª las rendijas entre los tablones. ¡°Es para cubrir el viento¡±, explicaba la se?ora Modesta, ¡°antes ten¨ªamos cartones pero una chispa se quiso saltar y¡ Ahora tenemos pl¨¢sticos¡±.
Ildefonso sigue preso, acusado por un delito de robo agravado, herido en un dedo, el pulgar de la mano izquierda, producto de su detenci¨®n: Ildefonso es diab¨¦tico y cualquier herida tarda en coagular
La humildad de la estancia contrasta con la idea de los 20.000 d¨®lares que se habr¨ªa robado Ildefonso, de acuerdo a la acusaci¨®n de la fiscal¨ªa. La mayor riqueza de la familia, a juzgar por los tlacoyos que sirvieron por la tarde, reside en las mazorcas que guardan en el granero junto a la cocina. Pero el hecho es que Ildefonso sigue preso, acusado por un delito de robo agravado, herido en un dedo, el pulgar de la mano izquierda, producto de su detenci¨®n: Ildefonso es diab¨¦tico y cualquier herida tarda en coagular.
La abogada Gabriela Carre¨®n del Centro Miguel Agust¨ªn Pro, que organiz¨® la visita en colaboraci¨®n con Greenpeace, dec¨ªa que el caso no se sostiene. ¡°Existe un historial de hostigamiento contra Ildefonso y su familia. En el caso de la tortiller¨ªa, la due?a, la se?ora Felicitas, su hija, un sobrino y una se?ora, que primero dice que es su cu?ada y luego una amiga, declararon que el d¨ªa del robo vieron a Ildefonso salir de all¨ª con un fajo de billetes. Pero, por ejemplo, ni siquiera se ha probado que tuvieran ese dinero. Ellas dicen que era dinero de remesas que mandaban familiares desde EEUU, pero ni siquiera tienen las boletas. Luego, aquel d¨ªa, el del robo, Ildefonso estaba en Toluca, en la notaria, hay testigos que lo acreditan. Y sobre todo, las se?oras nunca dijeron que Ildefonso se llevara el dinero con violencia¡±.
Respecto al hostigamiento, Greenpeace y el Centro Pro han armado un documento que recuerda el asesinato a balazos de uno de los hijos de Ildefonso en 2007, Aldo Zamora, de 21 a?os. Misael, otro de sus hijos, que entonces contaba 16 a?os, resulto herido en un pulm¨®n. El mismo Misael fue detenido el a?o pasado, acusado, precisamente, de tala il¨ªcita, asunto que provoc¨® la movilizaci¨®n de sus familiares y la comunidad de San Juan Atzingo.
¡°Es una persecuci¨®n¡±, insist¨ªa la abogada.

A 200 metros del terreno de la familia Zamora G¨®mez, yace la casa de la se?ora Felicitas, que tambi¨¦n padece de diabetes. Su nieto Alexander Javier nos explic¨® en la ma?ana del martes que su abuela hab¨ªa salido. Le quer¨ªamos preguntar qu¨¦ recordaba exactamente del robo, en qu¨¦ momento vio a Ildefonso salir con la plata, c¨®mo vest¨ªa, detalles, en fin, de ese momento. Tambi¨¦n si alguien le hab¨ªa presionado para que declarara en el sentido que declaro, si alguien -?qui¨¦n?- le hab¨ªa pedido que incriminara a Ildefonso, el guardi¨¢n del gran bosque de agua del Estado de M¨¦xico, diez mil hect¨¢reas de pinos, oyates y matorral que subsisten entre el hero¨ªsmo de sus cuidadores y la desidia del Gobierno Federal: seg¨²n Greenpeace la Procuradur¨ªa de Protecci¨®n del Ambiente cuenta con 700 inspectores para cubrir dos millones de kil¨®metros cuadrados de zonas boscosas en el pa¨ªs.
La se?ora Felicitas no lleg¨® el martes, pero su nieto explic¨® que aquel 11 de julio de 2012, unas 50 personas llegaron a su casa con piedras y palos; que ocuparon parte de la estancia y que ¨¦l y su familia salieron huyendo. Alexander, que tiene 15 a?os, dice que todos los 50 eran chavos y que no recuerda ninguna persona mayor, como Ildefonso.
Su hijo Misael, recuperado del pulm¨®n, concluy¨®: ¡°Mi pap¨¢ se atrevi¨® a hacer el trabajo que los inspectores no se atreven. Y ahora est¨¢ preso¡±.
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