Obama acaba en Bariloche su gira argentina entre cr¨ªticas por su reacci¨®n al ISIS

Barack Obama termin¨® este jueves su visita a Argentina entre cr¨ªticas en Estados Unidos por no haber suspendido el viaje tras los atentados del Estado Isl¨¢mico en Bruselas. Acompa?ado por la primera dama, Michelle, sus hijas, Sasha y Malia, y su suegra, Marian Robinson, Obama pas¨® unas horas en Bariloche, la peque?a poblaci¨®n entre monta?as nevadas y lagos trasl¨²cidos en el sur del pa¨ªs, una aut¨¦ntica joya argentina no solo por el turismo sino tambi¨¦n como centro de tecnolog¨ªa punta donde se dise?an incluso sat¨¦lites orbitales. A Obama se le reprocha que haya asistido a un partido de b¨¦isbol en Cuba, unas horas despu¨¦s de los atentados del martes, as¨ª como las im¨¢genes de ¨¦l bailando un tango en Buenos Aires.

La ¨²ltima etapa del viaje argentino y latinoamericano, que comenz¨® el domingo en Cuba, fue una visita privada a uno de los parajes m¨¢s pintorescos de Argentina. Bariloche ha contado, entre sus visitantes estadounidenses m¨¢s c¨¦lebres, desde los presidentes Eisenhower y Clinton hasta los forajidos Butch Cassidy y Sundance Kid, que en 1901 huyeron all¨ª desde EE UU.

Obama camin¨® por el camino de Villa Tacul, naveg¨® por el lago Nahuel Huapi con el barco Modesta Victoria y cen¨® en el lujoso hotel alpino Llao Llao. Despu¨¦s de seis horas en Bariloche, en las que estuvo acompa?ado tambi¨¦n por el matrimonio Macri, abandon¨® esta localidad y tras una breve escala en Buenos Aires parti¨® rumbo a Washington a medianoche.

Los problemas de timing ¡ªla palabra que en ingl¨¦s designa la capacidad para actuar en el momento adecuado¡ª han dominado el viaje de Obama a Argentina.

Que el presidente de EE UU visitase Argentina el 24 de marzo, aniversario de golpe militar, se ha visto en este pa¨ªs como una decisi¨®n inoportuna, para algunos como un desaire, por el papel que Washington tuvo en el golpe. Esta efem¨¦ride era controlable, al contrario que la matanza de Bruselas, donde murieron 31 personas.

Que Obama no suspendiese el viaje a Argentina tras los atentados, o que no alterase su programa ha suscitado preguntas de la prensa y cr¨ªticas de los adversarios pol¨ªticos habituales. Pero tambi¨¦n de personas neutrales que cuestionan la conveniencia de que trabajase y descansase ¡°en la periferia del mundo¡±, como escribe la agencia Associated Press, mientras la alerta de disparaba en Europa.

Obama replica que alterar su agenda cada vez que haya un ataque ya representar¨ªa una peque?a victoria de los terroristas. El mi¨¦rcoles, en la rueda de prensa? junto a su hom¨®logo, Mauricio Macri, en la Casa Rosada, la sede gubernamental de Argentina, puso como ejemplo la ciudad de Boston, que retom¨® la vida cotidiana tras el atentado de 2013.

¡°Somos fuertes. Nuestros valores son los correctos. No ofrec¨¦is nada m¨¢s que muerte¡±, dijo.

Obama ha hecho de la templanza un estilo de gobernar. No quiere dejarse dominar por cada crisis. Cree que a largo plazo el deshielo con Cuba, o la recuperaci¨®n de Argentina como aliado, ser¨¢n m¨¢s fruct¨ªferas que interrumpir una gira preparada al detalle durante meses. Y que la clave contra los yihadistas no es dar im¨¢genes ante la galer¨ªa sino encontrar la respuesta militar, judicial y diplom¨¢tica adecuada.

La cr¨ªtica a Obama es que proyecte una imagen de ocio y diversi¨®n mientras el Estado Isl¨¢mico siembra el terror en Europa y mientras la estrategia para combatirlo est¨¢ en cuesti¨®n.

Los reproches se centran en la asistencia al partido de b¨¦isbol en Cuba y en el tango que Obama bail¨® en la cena oficial que le ofreci¨® Macri.

¡°Fue un error tremendo [bailar tango]", dijo a la cadena MSNBC Richard Haass, presidente del Consejo de Relaciones Exteriores, el principal laboratorio de ideas en EE UU en pol¨ªtica internacional. ¡°Est¨¢ bien ir a Argentina. Hay que hacer el trabajo. Pero hay que ir con mucho cuidado con estas peque?as fotograf¨ªas y con la ¨®ptica. Partidos de b¨¦isbol y tangos: esto es inconsistente con la seriedad del d¨ªa¡±.

En Bariloche no jug¨® al golf, una de sus pasiones, como hizo Bill Clinton en 1997. Despu¨¦s de la visita, los Obama deb¨ªan volar a Buenos Aires y, desde all¨ª, despegar a medianoche hacia Washington en el Air Force One.