¡®Viagra¡¯, ¡®cacique¡¯, ¡®dr¨¢cula¡¯, ¡®momia¡¯ y otros motes de pol¨ªticos brasile?os
Las empresas brasile?as no deber¨ªan tratar a los pol¨ªticos, por poco respeto que les infundan, como caciquillos de una republiqueta
A algunos les ha hecho re¨ªr, a otros les ha obligado a pensar. Me refiero a los motes con los que aparecen muchos de los m¨¢s de doscientos pol¨ªticos en la lista de los subvencionados por Odebrecht, no se sabe a¨²n si l¨ªcita o ilegalmente. M¨¢s que la responsabilidad de una de las mayores empresas de Brasil, que tiene presencia en m¨¢s de 20 pa¨ªses, de financiar ilegalmente a pol¨ªticos es que revela el poco respeto que dichos personajes parecen merecer a ojos de la compa?¨ªa. ?En la lista hay de todo: ministros, senadores, diputados, gobernadores, alcaldes y hasta expresidentes de la Rep¨²blica.
Con pocas excepciones, como la del expresidente Jos¨¦ Sarney, que figura como ¡°el escritor¡±, por ser miembro de la Academia de las Letras, el resto son registrados con motes de desprecio o de burla: Cangrejo, Viagra, Nervosito, Guapito, Momia, Feria, Dr¨¢cula, Escondidito, Enjabonado, Candombl¨¦, Colorido, Pasivo, Bruto, Eva, Cacique, etc.
¡°No son una cuadrilla de bandidos de la Rocinha (favela famosa de R¨ªo), son los personajes que conducen la pol¨ªtica brasile?a¡±, ha escrito ir¨®nico, en O Globo, Nelson Motta. Son los personajes, a?adir¨ªa yo, que representan o han representado, el motor pol¨ªtico y econ¨®mico de Am¨¦rica Latina, esa potencia mundial que sigue siendo Brasil a pesar de la crisis que la azota en este momento.
Nos extra?amos en estos d¨ªas que los pol¨ªticos de cualquier rango y formaci¨®n ideol¨®gica sean tratados, sin sutiles distinciones, como ladrones y corruptos en medio del hurac¨¢n de pasiones que la crisis despierta en la gente de a pie, algo que aparece cada vez m¨¢s evidente y peligroso en las redes sociales
M¨¢s grave quiz¨¢s resulte el reconocimiento que esa falta de respeto y estima por los pol¨ªticos, hasta por los de mayor renombre, aparezca ahora entre las grandes empresas, responsables por un buen pellizco del PIB del pa¨ªs. Para ellas, dichos pol¨ªticos son vistos con el poco respeto que le otorgan con los motes jocosos o de desprecio, dibujados al lado de sus nombres de pila bautismal.
M¨¢s importante, quiz¨¢s, que el posible desenlace de la crisis institucional que podr¨ªa conducir a un recambio del actual sistema pol¨ªtico brasile?o, sea hoy, y con urgencia, que los pol¨ªticos, los de hoy y los que puedan llegar con las pr¨®ximas elecciones, recuperen un m¨ªnimo de dignidad y respeto no s¨®lo entre la poblaci¨®n sino entre las empresas responsables por el crecimiento econ¨®mico del pa¨ªs.
No existe hoy en el mundo civilizado una democracia s¨®lida que no se apoye en el respeto y defensa de la pol¨ªtica para la que no hay un sustitutivo v¨¢lido. Todas las otras aventuras, fuera de la pol¨ªtica representativa, llevan siempre el hedor del autoritarismo. Las empresas llamadas a crear riqueza y a demostrar que no es inconciliable el capitalismo moderno con el respeto a la democracia y a la defensa de las conquista sociales son indispensables para forjar el bienestar p¨²blico y el creciminto del empleo.
Cuando hasta ellas prefieren, sin embargo, divertirse con un espect¨¢culo de ¡°feria¡± de compra y venta de pol¨ªticos que puedan favorecerlas en sus juegos de intereses en la sombra de la impunidad no tenemos el derecho de criminalizar a la sociedad cuando insurge contra los pol¨ªticos, a veces hasta con ira.
¡°En Brasil, todo sucede antes de lo imaginado¡±, ha escrito Claudia Jorge Imenes en una red social. Ojal¨¢ sea profeta y tengamos la sorpresa de que la recuperaci¨®n econ¨®mica, ¨¦tica, pol¨ªtica y de confianza de los brasile?os en sus instituciones, llegue ¡°antes de lo imaginado¡±.
Ojal¨¢ llegue sin excesivos desgarros, sea cual fuere el desenlace final para que los brasile?os demuestren al mundo que son capaces de mantener viva y en pie su democracia y la fuerza a¨²n no corrompida de sus instituciones en las que tienen los ojos puestos fuera de sus fronteras. Vean si no la nueva Argentina de Macri o el poderoso l¨ªder americano, Barack Obama. Ambos, y con ellos muchos m¨¢s, est¨¢n observando hacia donde camina Brasil, que no es una rep¨²blica de las bananas en Am¨¦rica Latina, ni siquiera Venezuela. Es un pa¨ªs continente con vocaci¨®n de imperio, algo que pocos le niegan.
Las empresas brasile?as, apreciadas en el exterior, no deber¨ªan entrar en el juego de tratar a los pol¨ªticos, por poco respeto que les infundan, como si se tratara de caciquillas de una republiqueta. Brasil es m¨¢s que eso. M¨¢s que sus pol¨ªticos y que sus propias empresas. Brasil son los m¨¢s de 200 millones de habitantes conscientes de que su tierra, su capacidad de salir a flote de las crisis, les permitir¨ªa vivir no s¨®lo sin pobreza sino participar, sin irritantes desigualdades sociales, del fest¨ªn que les corresponde.
No porque ¡°Dios es brasile?o¡±, sino porque Brasil es capaz de hacer milagros con la fuerza de su creatividad y la habilidad innata de saber ¡°arregl¨¢rselas¡±. Lo conseguir¨¢ mejor uniendo fuerzas y esperanzas que enfrent¨¢ndose, sacudido por las pasiones de la pol¨ªtica con min¨²scula.
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