¡°Europa es incapaz de hacer pol¨ªtica colectiva para enfrentarse a un problema real¡±
Craig Calhoun, presidente de la afamada instituci¨®n inglesa, la deja para dirigir el Instituto Berggruen
Craig Calhoun (Watseka, Illinois, 1952), director y presidente de la London School of Economics (LSE), advierte sobre la importancia de lo que uno piensa en la ducha. ¡°?Piensa en las cosas importantes o en una reuni¨®n de comit¨¦ a la que va a asistir por la tarde?¡±, explica. ¡°Como director de una universidad, todas tus duchas est¨¢n dedicadas a reuniones de comit¨¦. La LSE es una instituci¨®n fascinante, pero para m¨ª ser¨¢ bueno tener m¨¢s tiempo para pensar en lo importante¡±. Por eso, este verano Calhoun dejar¨¢ la prestigiosa universidad londinense, que ha pilotado durante cuatro a?os, para convertirse en presidente del Instituto Berggruen, el think tank con sede en Los ?ngeles, especializado en sistemas de gobernanza, fundado por Nicolas Berggruen (accionista de PRISA, editor de EL PA?S).
El profesor, en cuya extensa obra confluyen la sociolog¨ªa, la cultura, la comunicaci¨®n, la pol¨ªtica, la filosof¨ªa y la econom¨ªa, asegura que echar¨¢ de menos el contacto con los alumnos. Pero est¨¢ ansioso por la oportunidad de ¡°poner el buen conocimiento a trabajar para dar forma a una gobernanza m¨¢s fuerte, a m¨¢s s¨®lidas bases para la cooperaci¨®n global, mejores soluciones a los grandes problemas a los que nos enfrentamos y un mejor entendimiento Oriente-Occidente¡±.
Pregunta. Nicolas Berggruen, al anunciar su nombramiento, mencion¨® su trabajo en China y su conocimiento de Asia y Occidente. ?Ser¨¢ una de sus prioridades en su nuevo puesto?
Respuesta. Uno de los grandes temas que necesitan estudio es el de las relaciones Oriente-Occidente, especialmente de China con Occidente. Tenemos cierto conocimiento superficial: vendemos, compramos, tenemos intercambios. Pero hace falta un entendimiento a un nivel m¨¢s profundo, a un nivel de filosof¨ªa y cultura.
P. Usted vivi¨® en China las revueltas de Tiananmen y, desde entonces, ha estudiado los movimientos de protesta en todo el mundo, de Occupy a los indignados. ?Estamos asistiendo ahora a la materializaci¨®n pol¨ªtica de esas protestas?
R. No lo creo. Esas protestas fueron muchas pero relativamente d¨¦biles cada una. No constituyen una transformaci¨®n dram¨¢tica de la sociedad, en parte porque son ambiguas en su relaci¨®n con la vieja izquierda, los sindicatos, el socialismo. No proporcionan una alternativa profunda al capitalismo. Ofrecen cr¨ªticas a varios Gobiernos y a c¨®mo han manejado los problemas. Pero mi sensaci¨®n es que, dado lo severa que ha sido la crisis financiera, la respuesta ha sido relativamente suave.
P. Se va de Europa cuando el proyecto se enfrenta a uno de sus mayores desaf¨ªos con la crisis de los refugiados.
R. La magnitud del desaf¨ªo es enorme. La crisis de los refugiados ha demostrado el fracaso de hacer pol¨ªtica a nivel europeo. Ha revelado que Europa es incapaz de hacer pol¨ªtica colectiva para enfrentarse a un problema real. Y eso lo perturba todo. Todo ello viene despu¨¦s de una crisis financiera, en la que Europa tambi¨¦n tuvo dificultades para producir una respuesta unificada. Y coincide con el debate sobre el Brexit en Reino Unido. Las tres cosas juntas est¨¢n desestabilizando profundamente Europa. Personalmente creo que la UE es una cosa buena. Querr¨ªa ver una UE fuerte y efectiva.
P. Reforzar el entendimiento intercultural es una de las nuevas prioridades del instituto Berggruen. ?Eso incluye el fen¨®meno de la radicalizaci¨®n islamista dentro de las sociedades occidentales?
R. Hay que preguntarse de d¨®nde viene el ISIS. Tiene que ver con la acci¨®n de los Gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido al invadir Irak y despu¨¦s en Siria. Las intervenciones en Oriente Medio produjeron las condiciones para la creaci¨®n del ISIS. Tambi¨¦n est¨¢n en el origen del flujo de refugiados al que se enfrenta Europa. Los Gobiernos occidentales contribuyeron a crear las condiciones de un vac¨ªo de poder, al que accedi¨® gente que quer¨ªa organizarse. Tambi¨¦n es la historia del petr¨®leo. Hasta el a?o pasado el ISIS pod¨ªa vender tanto como un mill¨®n de d¨®lares de petr¨®leo al d¨ªa. Todo esto es parte de una grande y altamente interrelacionada estructura capitalista il¨ªcita del mundo.
P. Lleva casi tres d¨¦cadas estudiando los nacionalismos. Despu¨¦s de la recesi¨®n, ?el sentimiento nacionalista se ha intensificado?
R. Totalmente. Durante los a?os de crisis financiera y recesi¨®n, los sentimientos e identidades nacionalistas han sido mucho m¨¢s fuertes en Europa. Casi desde el momento en que estall¨® la crisis, los peri¨®dicos que hablaban de avanzar en la integraci¨®n europea empezaron a hablar de relaciones nacionales espec¨ªficas. El debate europeo, de la noche a la ma?ana, se vio transformado por estereotipos nacionales. Hay una gran desconfianza en los esfuerzos de cooperaci¨®n, la gente trata de hacer el trabajo a menor escala. Hacen falta estructuras de conexi¨®n en las que la gente crea, y tanto las estructuras como la confianza en ellas est¨¢n ahora en horas bajas. El neoliberalismo es un ataque a las instituciones, una desautorizaci¨®n de las instituciones sociales b¨¢sicas. Y esto ha minado la solidaridad que la gente naturalmente sentir¨ªa con gente de otras procedencias.
P. Ha investigado sobre los movimientos populistas. ?Asistimos a un auge de esa narrativa?
R. El nacionalismo y el populismo a menudo est¨¢n cerca el uno del otro. El sentimiento populista parte de que la gente ha estado desatendida. El postulado b¨¢sico es que la verdadera base de la sociedad es la gente, y cuidar de la gente deber¨ªa ser el trabajo de los poderes pol¨ªtico y econ¨®mico. El primero garantiza la justicia y el segundo, la prosperidad. El populismo es una pol¨ªtica de la indignaci¨®n, no de la esperanza. Surge de un enfado y puede ser capturado por ide¨®logos de derecha o de izquierda. El mismo resentimiento esta detr¨¢s de Corbyn y de Farage.
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