As¨ª se vive en la villa de Buenos Aires donde manda el dengue
Datos extraoficiales hablan de m¨¢s de 600 casos en la 21-24, una de las barriadas m¨¢s pobres de la capital argentina
La epidemia de dengue es cada vez m¨¢s acuciante en Argentina pero eso no se refleja en las estad¨ªsticas oficiales, las cuales hablan de 41.124 infectados y ninguna muerte. La imprecisi¨®n en las cifras responde a un d¨¦ficit comunicacional desde las provincias, seg¨²n indicaron voceros del ministerio de Salud de la Naci¨®n. Lo que s¨ª reconocen es que, en Buenos Aires, la mayor¨ªa de los casos se dan en las villas miseria, puntualmente, la 21-24, donde se investigan nuevas muertes y Mario G¨®mez, uno de los referentes denunci¨® m¨¢s de 600 contagios.
Se llam¨® ¡°las 3 rosas¡± y fue fundada por una familia proveniente de Santiago del Estero que nunca se imagin¨® que estar¨ªan armando un barrio. Con la llegada de los militares en 1976, miles de personas excluidas del modelo econ¨®mico y el sistema laboral terminaron viviendo all¨ª. Fue en ese proceso que se rebautiz¨® con un c¨®digo num¨¦rico que la iguala con el resto de las villas de la Ciudad en una suerte de dep¨®sito de vidas humanas. Hoy, 70.000 personas habitan la 21-24 y aguardan hace casi una d¨¦cada que los gobernantes le deparen un futuro m¨¢s promisorio. El lugar, ubicado a la vera del Riachuelo en el Barracas (sur), est¨¢ gobernado por el mosquito Aedes Aegypti, transmisor del dengue, el zika y la fiebre Chikungunya.
Juan Caballero no quiere que le hablen de pol¨ªtica. Las ayudas a su familia llegaron muy tarde. En su casa de la calle 12 bis, de la manzana 29, viven ¨¦l y sus 8 hijos. El menor, Pablo, tiene dengue. Hace 15 d¨ªas en la familia eran 10. ¡°En la morgue me dijeron que mi mujer muri¨® por dengue¡±, dijo Juan, que sobrevive revendiendo el cart¨®n que recoge en la calle.
¡°El s¨¢bado 19 llam¨¦ 5 veces al Same (servicio de emergencias de la ciudad) porque mi mujer volaba de fiebre y nunca me mandaban la ambulancia¡±, relat¨® Juan. ¡°El domingo tuve que llamar de nuevo y nada. Esper¨¦ hasta el martes, cuando comenz¨® con las convulsiones¡±. Mar¨ªa Cristina Tartarello ten¨ªa 48 a?os cuando falleci¨®, el martes 22 por la noche. El dengue le baj¨® mucho las defensas y la hizo perder unos 20 kilos. ¡°Sus brazos eran macizos y al final se le notaban los colgajos (carne fl¨¢cida en la zona de los tr¨ªceps)¡±, cont¨® el viudo.
Cristina pesaba 130 kilos, su coraz¨®n estaba averiado y sufr¨ªa de hipertensi¨®n arterial. Esas fueron las comorbilidades con las que vivi¨® toda su vida, aunque con dificultades para desplazarse. Muri¨® con sus hijos acostados a su lado y pas¨® una semana en la morgue judicial antes de que la sepultaran en el cementerio de la Chacarita. La parroquia de la villa, la del Padre Pepe, ayud¨® a Juan a pagar las costas del sepelio.
El gobierno de la Ciudad no relaciona ese deceso a la epidemia de dengue, aunque en la morgue judicial esperan los resultados de un estudio de tejidos y sangre que pueda rectificar el diagn¨®stico que hasta ahora figura en su certificado de defunci¨®n: congesti¨®n y edema agudo de pulm¨®n. No obstante, se?alaron el antecedente sospechoso de dengue que aporta el peque?o Pablo. Cristina podr¨ªa ser la tercera v¨ªctima fatal por la epidemia en la ciudad, tras los casos reconocidos el pasado viernes de la docente Laura L¨®pez y un hombre de 49 a?os, del que se desconoce la identidad.
En la barriada dicen que la prevenci¨®n qued¨® en manos de las escuelas y que se vieron algunas tropillas de fumigaci¨®n en las sinuosas y h¨²medas calles de la villa. Pero la acci¨®n no fue total porque no entraron a las casas ni fumigaron desde el r¨ªo hacia la costa. No signific¨® una variable de peso la composici¨®n social del barrio, habitado en su mayor¨ªa por ciudadanos paraguayos y de las provincias del norte del pa¨ªs, lugares donde la epidemia golpe¨® con m¨¢s fuerza. Todos coinciden que la prevenci¨®n deber¨ªa haber comenzado all¨ª.
Hace 2 a?os, unos 27 promotores del programa de organizaci¨®n comunitaria en salud del ministerio nacional recibieron una capacitaci¨®n en prevenci¨®n de dengue. Pero desde diciembre no tienen asignada ninguna tarea. Son quienes ten¨ªan a su cargo la tarea de informar a los vecinos en el descacharreo y limpieza de los hogares para prevenir la proliferaci¨®n de la larva.
H¨¦ctor Carrica, secretario de Derechos Humanos del gremio ATE, cont¨® a EL PAIS que ¡°en el medio de la m¨¢s grave epidemia de dengue est¨¢n despidiendo gente, pero hay algo peor: est¨¢n falseando las cifras de los hospitales que est¨¢n colapsados y los servicios del ministerio en una gran parte est¨¢n paralizados con los promotores de salud¡±. ¡°Se empieza a configurar un genocidio por planificaci¨®n de la desigualdad social, generado por la transferencia de la riqueza a los que m¨¢s tienen y la presi¨®n inflacionaria¡±, opin¨® el dirigente, quien tambi¨¦n adelant¨® que en los pr¨®ximos d¨ªas presentar¨¢n una denuncia penal por incumplimiento de los deberes de funcionario p¨²blico y por abandono de persona contra el ministro de Salud, Jorge Lemus.
Do?a Mary es un ejemplo de la ausencia de pol¨ªtica p¨²blica. Viaj¨® a su Paraguay natal para visitar a la familia en vacaciones y contrajo dengue. Al volver logr¨® curarse pero ¡°se lo pas¨®¡± a su hijo, quien contrajo la enfermedad hace una semana y todav¨ªa permanece con fiebre. Su casa fue fumigada hace 2 meses pero nunca volvieron, a pesar de vivir a menos de 100 metros del Riachuelo.
En uno de los comedores del barrio hay 5 cocineras contagiadas y se contabilizaron 10 casos entre los ni?os que asisten. Hay muchas familias que se niegan a recibir ayuda y no est¨¢ aceitado el contacto entre los funcionarios del gobierno de Buenos Aires y las organizaciones sociales como para vencer esa barrera.
¡°S¨®lo en mi familia tenemos 6 personas con dengue, asi que cuando alg¨²n funcionario niegue que hay dengue en la 21-24 est¨¢ mintiendo descaradamente¡±, afirma Coco Rivero, uno de los vecinos votados como referente en el barrio. ¡°Tuve yo, mi hija mayor, la hija de ella. En cuarto lugar mi hijo y ahora tengo a mi pareja con una fiebre alt¨ªsima, que ronda los 40 grados¡±,
El Plan Integral de Saneamiento Ambiental de la cuenca Matanza Riachuelo realizado en 2010 est¨¢ agotado. Sin embargo, el macrismo no logr¨® todav¨ªa superar la primera fase, que refiere a las relocalizaciones de las familias que viven a la vera del Riachuelo. All¨ª donde, entre juncos y basura, el mosquito es rey. Una ley dictada por la Corte Suprema de Justicia en 2008 orden¨® a liberar la franja de tierra de 35 metros que linda con el espejo de agua, o lo que se conoce como ¡®camino de sirga¡¯ y construir all¨ª un camino que conecte a la Ciudad y a la Provincia de oeste a este.
Seg¨²n datos oficiales que brind¨® la autoridad encargada del saneamiento (Acumar), el camino de sirga se liber¨® un 89% y est¨¢ pavimentado el 78%. El mayor conflicto est¨¢ precisamente en la Villa 21-24, donde s¨®lo se relocalizaron 110 familias de un total de 1224. Hace m¨¢s de un a?o que la Legislatura de la ciudad aprob¨® una ley para re zonificar la tierra pero todo est¨¢ parado. Incluso, fuentes de Acumar revelaron que el proceso de recambio de autoridades que ya lleva 4 meses hizo que se descuidaran las tareas de car¨¢cter urgente en territorio, como la salud y la vivienda.
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