C¨®mo son los protagonistas de este desembarco in¨¦dito pero previsible

Nadie que se cruzara por las calles de Europa con Zeina al Shamaly, 32 a?os, elegante, moderna, con un toque de carm¨ªn, pensar¨ªa jam¨¢s que esta siria es una refugiada. Ella tampoco se imagin¨® nunca en esta tesitura, pero la guerra se le present¨® en casa y pasados cuatro a?os huy¨®. ¡°Desde el principio de la revoluci¨®n pens¨¦ en irme pero decidirlo no fue f¨¢cil¡±. Hoy los cuatro hermanos est¨¢n dispersos en otras tantas ciudades de tres pa¨ªses. Ella, con su licenciatura en Literatura inglesa, comparte cuarto ahora con siete mujeres en un campo de refugiados de Atenas y su futuro es una inc¨®gnita. Al Shamaly es solo una de las 172.945 personas que hasta este domingo hab¨ªan entrado en Europa irregularmente en una barca neum¨¢tica. Su amigo Ali Shaheen, de 22 a?os, es otro. Huy¨® para no ser reclutado. ¡°Yo no quiero matar a nadie¡±, musita.

Estos dos j¨®venes, que son de Salamiya (al oeste de siria, controlado por el Gobierno) pero se conocieron el mes pasado como refugiados en el puerto del Pireo, son reflejo de varias de las conclusiones del estudio Unpacking a Rapidly Changing Scenario (Desentra?ando un escenario r¨¢pidamente cambiante), realizado por un grupo de acad¨¦micos europeos expertos en migraciones y que analiza de manera cient¨ªfica los viajes y motivaciones del mill¨®n de personas que en 2015 se jug¨® la vida en el mar para llegar a Europa. Dos tercios ten¨ªa educaci¨®n secundaria o universitaria, una proporci¨®n que se dispara hasta el 78% entre los que llegaron a Grecia; y de estos un tercio fueron a la universidad. Y dos tercios del total, ten¨ªan un empleo, seg¨²n las conclusiones de 500 entrevistas a migrantes realizadas en Turqu¨ªa, Malta, Italia y Grecia.

Al Shamaly, que lleg¨® a Lesbos el 3 de marzo, era profesora de ingl¨¦s en un colegio p¨²blico. Ali, diplomado en turismo, era chef. Relatan su historia sentados en el suelo sobre una manta gris de Acnur donde esta noche dormir¨¢n diez o m¨¢s personas.

La crisis de los refugiados tiene un s¨ªmbolo, el ni?o sirio Aylan Kurdi, de tres a?os, que muri¨® en septiembre con un hermano de cinco que qued¨® en el anonimato (Galib se llamaba). Se ahogaron en septiembre, medio a?o despu¨¦s de que los sirios abandonaran la ruta por el Mediterr¨¢neo central hacia Italia y comenzara lo que result¨® un aumento espectacular de llegadas por el Egeo que alcanz¨® magnitud hist¨®rica en octubre.

Nando Sigona, de la Universidad de Birmingham y coautor del estudio, sostiene que lo ocurrido era predecible. ¡°En 2014 ya est¨¢bamos hablando de crisis de refugiados en Europa cuando las llegadas eran cinco veces menores. Y en buena medida es una crisis por la incapacidad de la UE de gestionar las llegadas irregulares. Cosa que es poco sorprendente en vista de la casi total ausencia de canales legales para solicitar asilo en la UE y para inmigrantes econ¨®micos poco cualificados¡±. Para Sigona, la pol¨ªtica de la UE frente al desembarco es ¡°ca¨®tica, descoordinada, y marcada por una falta de solidaridad entre los Estados miembros con algunas destacadas excepciones¡±. La UE ha celebrado al menos cinco cumbres para abordar el asunto pero va siempre varios pasos por detr¨¢s de los acontecimientos.

Los investigadores concluyen que los migrantes tienen un conocimiento parcial de las pol¨ªticas migratorias de los pa¨ªses, que no suelen tener la ruta definida, que van improvisando. El plan de Al Shamaly era buscarse un empleo en Turqu¨ªa y quedarse pero, tras cinco meses de trabajar en Estambul de camarera sin un solo d¨ªa libre ¡ª¡°?los turcos son tan duros con los sirios!¡ª, decidi¨® arriesgarse. Sin saber nadar ni chaleco salvavidas, abord¨® una patera con 12 ni?os y otros 28 adultos. ¡°Nos persiguieron los guardacostas turcos, pero ?lo logramos!¡±, recuerda.

Pero no todo sali¨® como estaba previsto. ¡°Cre¨ª que en una semana estar¨ªa en Alemania¡±, dice, pero no, acababan de cerrar las fronteras y se ha quedado atrapada en Grecia. Le hab¨ªan precedido su cu?ado Mohamad, su hermana Leila, de 28 a?os, (que gracias a la reunificaci¨®n familiar pudo volar legalmente de L¨ªbano a Alemania, hoy viven con su beb¨¦ en Ne¨¹munster), y su hermano, Ali, de 26 a?os (en Stuttgart). La cuarta hermana, Nuseiba, 30, sigue en Siria con la madre.

La preponderancia de la ruta del Egeo y las operaciones de rescate han logrado que la mortalidad haya ca¨ªdo de 16 ahogados o desaparecidos por cada mil llegados en 2014, a cuatro por mil en 2015. El informe tambi¨¦n documenta lo distintas que son la ruta a Grecia y a la Italia. La primera est¨¢ copada por los sirios seguidos de afganos e iraqu¨ªes, la edad media es mayor y son frecuentes las familia (las mujeres y ni?os supon¨ªan el 27% en septiembre y el mes pasado eran ya el 60%). En la segunda, los varones solos son mayor¨ªa y de or¨ªgenes mucho m¨¢s diversos (entre los entrevistados en Italia hab¨ªa 21 nacionalidades).

Fue a partir de la primavera de 2015 cuando la ruta del Egeo empez¨® a tomar tracci¨®n a gran velocidad y las llegadas se multiplicaron. El especialista Sigona explica, a qu¨¦ obedeci¨® el cambio: los sirios ya no pod¨ªan volar a Argelia y T¨²nez ¡°porque la UE les presion¨® para que cambiaran las normas de visados¡± y el naufragio con 800 muertos en abril en el canal de Sicilia ¡°hizo necesario buscar una v¨ªa m¨¢s segura¡±. A eso se a?adi¨®, explica este especialista de la Universidad de Birmingham, que tras cuatro a?os en tiendas o ciudades de la regi¨®n perdieron la esperanza de volver a casa, que el presidente turco, Recep Tayipp Erdogan, abr¨ªa y cerraba la frontera para presionar a la UE, y que su hom¨®logo ruso, Vlad¨ªmir Putin, reforz¨® su implicaci¨®n en la guerra siria e instrumentaliz¨® a los migrantes como armas para desestabilizar a la UE en represalia por las sanciones. Recalca que tampoco hay que subestimar el impacto de ver que la gente observase que la ruta era m¨¢s accesible, menos peligrosa y menos cara y ¡°empezara a seguir a los pioneros¡±.

Y Al Shamaly ha descubierto que lo que en Siria era un lastre, ser una mujer soltera, se ha convertido en una ventaja. Es considerada vulnerable y clara candidata a la reubicaci¨®n aunque no logra cita para formalizar la solicitud porque el n¨²mero de Skype habilitado para ello est¨¢ colapsado. ¡°Me han dicho que ir¨¦ a un pa¨ªs europeo, pero no s¨¦ a cu¨¢l¡±, cuenta sonriente. Tampoco sabe cu¨¢ndo pero est¨¢ convencida de que suceder¨¢. Su amigo Shaheen es la otra cara de la moneda. Tambi¨¦n es soltero, pero var¨®n. Le han dicho que no tiene ninguna opci¨®n de seguir el camino de su amiga. ¡°?Qu¨¦ puedo hacer?¡±, se lamenta.

Por ahora seguir¨¢n en esta situaci¨®n que jam¨¢s contemplaron, en un campo de refugiados en la Uni¨®n Europea, haciendo cola para desayunar a las nueve, comer a las tres y cenar a las ocho.