Un retuit para evitar la c¨¢rcel
Australia castiga con dos a?os de prisi¨®n a los empleados que denuncien abusos en centros de refugiados
#HushTag habla por los que no pueden. O por los que si lo hacen encaran una pena de dos a?os de prisi¨®n. El Gobierno australiano promulg¨® el pasado julio una ley que castiga con hasta 24 meses de c¨¢rcel a los trabajadores que denuncien abusos en los centros de asilo del pa¨ªs. En los ¨²ltimos tres a?os se han sucedido en estas instalaciones ¡ªhay hasta 11 en todo el pa¨ªs¡ª?33 asaltos sexuales, 67 abusos a ni?os y hasta siete muertes, seg¨²n el Consejo de Refugiados de Australia que asegura hasta el momento nadie ha pagado por estos delitos.
Actualmente hay m¨¢s de 30.000 solicitantes de asilo en Australia, un pa¨ªs de poco m¨¢s de 23 millones de habitantes. M¨¢s de 1.500 est¨¢n en centros de detenci¨®n en el interior del pa¨ªs. Pero esta especie de ley mordaza que se denuncia en #HushTag ¡ªcreada por la multinacional MC Staachi, con presencia en casi una treintena de pa¨ªses¡ª?afecta en mayor medida a los centros offshore que est¨¢n destinados a aquellas empleados en centros de detenci¨®n fuera del territorio australiano ¡ªgestionado, eso s¨ª, por Sidney¡ª donde permanecen los refugiados que esperan obtener protecci¨®n internacional. ¡°Es una medida voluntaria designada a proveer una soluci¨®n duradera para varios refugiados que no pueden permanecer donde est¨¢n en la actualidad [un pa¨ªs en conflicto o con unas condiciones personales susceptibles de persecuci¨®n] o que no pueden volver a sus hogares¡±, explica el Consejo de Refugiados de Australia en su p¨¢gina web.
El n¨²mero de centros que responde a la categor¨ªa offshore no es claro. Kirilly Mallard, una de las responsables de la campa?a, afirma que hay 909 personas ¡°detenidas¡± por las autoridades australianas en la isla de Manus (en Pap¨²a Nueva Guinea) y otras 470 en Nauru ¡ªuna isla de Micronesia de tan s¨®lo 21 kil¨®metros cuadrados¡ª, en la que hay m¨¢s de 50 ni?os. ¡°Predominantemente son refugiados de Ir¨¢n, Sri Lanka, Nueva Zelanda, China, Afganist¨¢n, Vietnam y Bangladesh", explica Mallard en un correo electr¨®nico.
El joven soldado Mark Isaacs estuvo en el centro de Nauru, de cuyos recuerdos ha escrito The Undesirables (Los Indeseables). ¡°Me contrataron sin cualificaci¨®n o experiencia a ra¨ªz de una conversaci¨®n telef¨®nica. Me hicieron firmar un escrito de confidencialidad para que no hablara con nadie acerca de lo sucedido durante mi trabajo. (¡) El ¨²nico entrenamiento que recib¨ª fue el de c¨®mo no hablar con un periodista¡±, explica. ¡°#Hushtag es importante porque permite hablar a los trabajadores de centros de detenci¨®n sin miedo a ser perseguidos¡± cuenta a trav¨¦s de un v¨ªdeo de YouTube.
Australia paga una cantidad millonaria (m¨¢s de ocho millones de euros, seg¨²n Mallard) a Nauru en concepto de alquiler para "mantener a los migrantes fuera" del territorio soberano. Es la llamada Pacific Solution (La Soluci¨®n Pac¨ªfica, haciendo un juego de palabras con su ubicaci¨®n en el mapa: en medio del oc¨¦ano hom¨®nimo). ¡°El Gobierno de S¨ªdney ha aumentado el gasto destinado a la detenci¨®n y el procesamiento de los solicitantes de asilo que llegan en barco en un 129% cada a?o¡±, desvela Mallard.
Con esta campa?a?en redes sociales ¡ªaunque ha comenzado solo en Twitter, los creadores deM&C Saatchi?est¨¢n viendo potencial tambi¨¦n en LinkedIn, Facebook e Instagram¡ª el Consejo de Refugiados Australiano pretende derogar la secci¨®n 42 de la Ley de Cuerpos de Fronteras por la que silencia forzosamente las denuncias de los trabajadores en los centros de detenci¨®n gestionados por Australia fuera de sus fronteras. Los trabajadores piden al p¨²blico del mundo entero un mensaje en 140 caracteres: #TheBorderForceActSaysTwoYearsInPrisonForAnyDetentionCentreWorkerWhoSpeaksUpAboutOffshoreRefugeeAbuse. As¨ª los trabajadores se limitan s¨®lo a retuittear, pr¨¢ctica que es perfectamente legal para ellos, pues en teor¨ªa el mensaje no es suyo.
El objetivo de la campa?a es llegar a las 100.000 menciones para mediados de mayo, cuando las dos c¨¢maras (el Congreso y el Senado) tienen previsto reunirse para debatir la norma y, eventualmente, cambiar la agenda pol¨ªtica gracias al ¡°poder monumental¡± de este tipo de acciones, seg¨²n Mallard. Por el momento han conseguido poco m¨¢s de 5.000 menciones aunque el hecho de que gente influyente en la sociedad australiana como la modelo y estilista Chloe Morello, el c¨®mico Tom Ballard o el abogado Julian Nurnside se hayan sumado a la causa, llena de esperanza a los trabajadores cuyas bocas est¨¢n hoy selladas.
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