Los trabajadores de Corea del Norte que dan ox¨ªgeno al r¨¦gimen desde el extranjero
Unos 50.000 norcoreanos empleados fuera del pa¨ªs son una fuente clave de divisas
Kim, vestida de uniforme rojo, y con una tarjeta en el pecho que muestra su nombre y la bandera de Corea del Norte, es una de la media docena de camareras del restaurante ¡°Plato de Jade¡± en la ciudad fronteriza china de Dandong. Su compa?era, vestida con el ¡°hanbok¡± o traje tradicional coreano, ha palidecido notablemente cuando un peque?o grupo de occidentales han entrado en el establecimiento. Un grupo de mujeres norcoreanas se ha marchado precipitadamente al verlos entrar. Todas las mesas, aproximadamente una docena, est¨¢n vac¨ªas.
- ?Eres norcoreana? Tu mandar¨ªn es muy bueno.
- S¨ª, lo soy. Muchas gracias.
- ?Este sitio est¨¢ siempre tan vac¨ªo? No ha venido nadie en todo este rato.
- Hay m¨¢s gente, pero est¨¢n arriba.
- Me gustar¨ªa ir de compras. T¨² que vives aqu¨ª, ?me puedes recomendar alg¨²n sitio para conseguir ropa?
- No conozco ninguno. Yo llevo este uniforme y no necesito comprarme nada.
El nerviosismo de Kim y sus compa?eras es patente, y aumenta a medida que se suceden las preguntas, que reciben las respuestas m¨¢s breves posibles. Un hombre, ostensiblemente el gerente del establecimiento, se asoma a la sala. A diferencia de las camareras, lleva en su chaqueta la caracter¨ªstica insignia con el rostro de Kim Il-Sung o Kim Jong-il que lucen un¨¢nimemente todos los norcoreanos adultos. Alguien corre un biombo que impide a los comensales ver a las camareras, que han buscado refugio en la zona de bar. ¡°!No fotos!¡±, advierte una de ellas. El ¨²nico entretenimiento lo proporciona una pantalla de televisi¨®n, desde donde el informativo de la cadena norcoreana narra las ¨²ltimas andanzas del l¨ªder supremo del pa¨ªs, Kim Jong-un.
¡°Plato de Jade¡± es uno de los varios restaurantes propiedad del Gobierno norcoreano, que suman cerca de un centenar en toda China y aproximadamente 130 en todo el mundo, seg¨²n Se¨²l. La tensi¨®n de sus empleados es esperable. El pasado d¨ªa 8, el Ministerio de Unificaci¨®n surcoreano dio a conocer la fuga del personal al completo de uno de estos establecimientos, el Ryungyong de Ningbo (este de China).
La huida en masa, la mayor de la que se tiene noticia desde la llegada al poder de Kim Jong-un en 2011, es tanto m¨¢s llamativa por cuanto abandonar Corea del Norte para buscar refugio en otro pa¨ªs se ha hecho cada vez m¨¢s dif¨ªcil durante el mandato del l¨ªder supremo. En 2014 escaparon 1.396, el menor n¨²mero en nueve a?os.
Los trabajadores del restaurante ¡°salieron de China legalmente¡±, seg¨²n ha indicado el portavoz del Ministerio de Exteriores de este pa¨ªs, Hong Lei
Para Corea del Norte, estos restaurantes, que ofrecen platos tradicionales del pa¨ªs como los fideos fr¨ªos o el kimchi -col macerada y picante-, representan una preciada fuente de divisas. Seg¨²n los c¨¢lculos surcoreanos, le generan unos 10 millones de d¨®lares al a?o, una cifra nada despreciable para ese pa¨ªs bajo numerosas sanciones internacionales.
Sus camareras, esbeltas, bellas y versadas en cocina, m¨²sica y danza, son universitarias cuidadosamente seleccionadas entre las familias m¨¢s leales al r¨¦gimen. Salir al extranjero est¨¢ considerado un gran privilegio.
Aunque una vez en el exterior, estos grupos de j¨®venes residen juntas y desarrollan una vida estrictamente vigilada. En Pek¨ªn, algunas de ellas residen en la propia embajada, de donde salen a trabajar y regresan bajo la atenta mirada de sus supervisores.
El negocio parece haberse resentido ¨²ltimamente. En febrero el Gobierno surcoreano pidi¨® a sus ciudadanos que se abstuvieran de visitar estos establecimientos en sus viajes al extranjero, como parte de sus medidas de castigo al vecino del norte tras la prueba nuclear de enero y el lanzamiento en febrero de un cohete que Se¨²l considera una prueba encubierta de un misil bal¨ªstico. Los surcoreanos se contaban entre los principales clientes de estos restaurantes.
Como resultado, seg¨²n Radio Free Asia, varios de estos restaurantes en China encaran dificultades financieras. La agencia surcoreana Yonhap asegura que al menos cinco han cerrado.
Cada a?o Corea del Norte env¨ªa a decenas de miles de trabajadores al exterior. Seg¨²n el relator especial de la ONU para derechos humanos en Corea del Norte, Marzuki Darusman, cerca de 50.000 norcoreanos est¨¢n empleados en pa¨ªses extranjeros y proporcionan a su r¨¦gimen ingresos en torno a los 2.200 millones de d¨®lares (unos 1.900 millones de euros), en sectores como la miner¨ªa, la construcci¨®n o el textil. Estos trabajadores -en situaci¨®n mucho peor que camareras como Kim- llegan a trabajar 20 horas al d¨ªa, con comida insuficiente, descanso apenas una o dos veces por mes y salarios que pueden rondar los 100 euros mensuales.
¡°La exportaci¨®n de trabajadores de Corea del Norte est¨¢ organizada, gestionada y supervisada como una cuesti¨®n de pol¨ªtica de Estado¡±, aseguraba en 2014 un informe del Instituto Asan surcoreano.
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